Figura 1.3
Cultivo de quínoa en la comuna de Colchane, región de Tarapacá.
En la región de Antofagasta, la quínoa se concentra en el territorio de la comuna de San Pedro de Atacama, específicamente en las localidades de Socaire, Río Grande, Camar y Talabre, cuyos agricultores son de origen atacameño. Su cultivo en esta área es menor, donde es sembrado aproximadamente por unos 30 (de 200) agricultores pertenecientes al Consejo de Pueblos Atacameños, Lickanantay, cuya misión es la autogestión del desarrollo local, participación en temas ambientales y productivos.
Por otra parte, en la región de Atacama se han ejecutado recientemente diferentes iniciativas con el objetivo de seleccionar genotipos adaptados de quínoa para su establecimiento en ensayos agronómicos y condiciones de restricción hídrica controlada, y generar recomendaciones de manejo agronómico; caracterizar los genotipos según adaptabilidad y rendimiento de grano en respuesta a fertilidad y tasas de riego, considerando parámetros productivos y rentabilidad de agua; diferenciando genotipos de acuerdo a atributos funcionales y con ello sentar las bases para su potencial uso en la industria alimentaria; y transferir tecnologías que permitan difundir los avances, potencial y resultados obtenidos mediante actividades en terreno con productores e interesados (Fuentes et al., 2017).
Macro zona centro
La región de Coquimbo presenta un clima mediterráneo-desértico y semi-desértico, con una marcada estacionalidad, con precipitaciones que se producen en invierno, presentando ocho a diez meses secos por año. Se considera que el cultivo de la quínoa desapareció muy temprano al momento de la conquista española, siendo su reintroducción en la zona más o menos reciente, a través de diversos esfuerzos desarrollados básicamente desde la comunidad científica (Martínez et al., 2015). Este esfuerzo de reintroducción de la quínoa en la zona ha significado la adopción de su cultivo por parte de agricultores locales, básicamente a través de emprendimientos individuales, los cuales han permitido la especialización en su producción y la adquisición de maquinarias para cosecha y procesamiento de su grano.
Las principales zonas de cultivo en la región están en las localidades de Salamanca, Combarbalá, Huentelauquén, Río Hurtado, Montepatria y Los Vilos; así como cultivos experimentales en las localidades de Vicuña, Coquimbo y Pan de Azúcar. Es importante destacar que esta zona de cultivo es considerada la zona límite de adaptación a la sensibilidad de fotoperíodo de la quínoa, donde genotipos del norte de Chile aún son capaces de desarrollarse completamente y producir grano. No obstante, los genotipos predominantes en el área son originarios de la zona del secano costero de la región de O’Higgins (Fuentes et al., 2017).
La región de Valparaíso es considerada una zona emergente para el cultivo de la quínoa. La creación de una red de pequeños productores de quínoa en la provincia de Petorca, ha permitido la producción de quínoa como una posibilidad de reconversión y desarrollo de un nuevo rubro agrícola en la provincia, abarcando diferentes localidades, tales como La Ligua, Papudo, La Higuera, Longotoma, Retamillas, Casablanca y Llolleo. El material genético introducido en estas nuevas experiencias en la región de Valparaíso corresponde al de la zona del secano costero de la región de O’Higgins (Fuentes et al., 2017).
La región Metropolitana representa una nueva zona de cultivo de la quínoa. El desarrollo de la quínoa en la zona es muy incipiente con reducidas superficies en el sector de Colina y como cultivo experimental realizado en la localidad de Pirque. Los genotipos utilizados en la zona son provenientes del área del secano costero de la región de O’Higgins y en ensayos experimentales, genotipos representativos de la región de O’Higgins hasta la región de Los Lagos (Fuentes et al., 2017).
La quínoa en el área del secano costero de la región de O’Higgins es una de las más tradicionales en la macro zona centro. La quínoa en esta zona ha sido mantenida en cultivo como parte de una larga tradición agrícola compartida con el cultivo de trigo, papa y leguminosas. Las principales áreas del cultivo en la región son las comunas de Pichilemu, Pumanque, Paredones, San Fernando, Marchigüe y Lolol. En la zona los agricultores identifican solo un tipo de quínoa, la “blanca”. No obstante, también se señalan distintos sinónimos para el mismo tipo, tales como la “dorada” y “amarilla”. Así, la percepción que tienen agricultores sobre el cultivo de quínoa es la de ser una única semilla, pero con nombres distintos dependiendo de la localidad. El resultado de diversos estudios ha identificado una gran diversidad genética en los genotipos usados en campo, correspondiendo incluso a más de un color típicamente utilizado en la zona, así como a la presencia de diversos grados de precocidad (Figura 1.4) (Madrid et al., 2018).
Figura 1.4
Cultivo de quínoa en la comuna de Paredones, región de O’Higgins (Fotografía gentileza P. Olguín).
El cultivo de la quínoa en la región del Maule ha surgido recientemente como una alternativa a la producción tradicional de cereales. A partir de iniciativas desarrolladas por particulares se han realizado pruebas de genotipos para la producción de quínoa orgánica y algunas pruebas pilotos de presentación de este alimento al mercado internacional. Los genotipos utilizados provienen de la zona del secano costero de las regiones de O’Higgins y de La Araucanía (Fuentes et al., 2017).
Macro zona sur
El cultivo de la quínoa en la región del Ñuble se caracteriza por ser muy reducido en superficie con proyección de aumento por diversas iniciativas de empresas locales, distribuidas principalmente en las zonas de las comunas de Bulnes, San Carlos y Chillán.
Un reconocimiento especial en la región del Biobío es al genotipo “Faro”, el cual fue obtenido en el Fundo El Faro, comuna El Carmen, por investigadores de la Universidad de Concepción. El cultivo del genotipo Faro ha sido ampliamente reportado en diversos estudios, destacando su capacidad productora de granos, amplia adaptación agroclimática, e interesantes atributos nutricionales, tanto de semillas como de hojas. Este genotipo incluso es comercializado por empresas orgánicas productoras de semillas en Estados Unidos (Fuentes et al., 2017).
La región de La Araucanía (37-39° S) representa la zona más importante de cultivo de la quínoa, el cual es desarrollado por comunidades mapuches y empresas locales. El cultivo de la quínoa en la zona se destina principalmente al autoconsumo familiar a través de preparaciones tradicionales, así como para conservar semillas, una tradición familiar mantenida a través de muchas generaciones (Figura 1.5) (Fuentes et al., 2017).
En la región de La Araucanía, la empresa de semillas Baer ha conducido desde la década de los setenta, los primeros trabajos en mejoramiento genético y producción de semillas de quínoa a gran escala, lo que a la fecha ha significado la generación de la única variedad comercial de quínoa registrada en Chile: “Regalona”. La generación de esta única variedad marca una importante diferencia en la producción de quínoa a gran escala, dado el nivel de adaptabilidad que posee en la zona, el alto potencial de rendimiento y calidad de grano, así como la uniformidad de su cultivo. Todas estas características facilitan la mecanización de las labores de cultivo desde la siembra hasta la cosecha (Fuentes et al., 2017).
Figura 1.5
Cultivo de quínoa en comuna de Villarrica, región de La Araucanía.
En la región de Los Lagos, la quínoa chilota se encuentra en una situación de desconocimiento no solo a nivel nacional, sino que también en la misma isla. Su escenario actual es la de un cultivo desarrollado solo por unos pocos productores, en su mayoría mujeres, que están conservando un recurso genético único con gran potencial alimentario, de alto valor biológico, social y cultural, siendo considerada así como la quínoa más austral del planeta (Figura 1.6). La condición insular de Chiloé provee características culturales y ecológicas únicas asociadas al cultivo de la quínoa. Ello ha sido reconocido