El teatro norteamericano: una síntesis. Alfredo Michel Modenessi. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Alfredo Michel Modenessi
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9786070249792
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para lectores y espectadores de distintas extracciones.

      Son varias las cartas de recomendación que siguen siendo válidas para este libro —distintas de las circunstancias originales y actuales de nuestra relación con Estados Unidos—. Por una parte, el tema se enfoca desde una perspectiva extranjera respecto a ese país. Me parece que la visión del forastero interesado en la cultura norteamericana pero independiente de ella es la más apropiada para una introducción como ésta. Por otra parte, el teatro es el más directo, revelador, crítico y variado retrato de sí mismo realizado hasta ahora por los estadounidenses, aunque resulte menos accesible que su cine. A esas ventajas se suma que la presente edición ha contado con recursos tanto de investigación como de organización que hace 14 años no estaban al alcance, al menos no tan eficazmente. He corregido tantos errores como le ha sido posible captar a mi miope vista; algunos eran flagrantes, otros requerían el ojo de verdaderos especialistas, pero todas esas enmiendas hacen de éste un documento menos revelador de mis limitaciones.

      El primer capítulo ha sido enriquecido con abundantes cambios y lecturas adicionales, para sugerir, creo que de mejor modo, cuánto del teatro estadounidense mejor conocido, el del siglo XX y el incipiente XXI, descansa sobre la agitada historia de las artes escénicas norteamericanas desde la Colonia hasta la Primera Guerra Mundial. Asimismo, he reorganizado y actualizado gran parte del material, ya fuera porque mantenerlo como aparecía en la versión anterior no tenía sentido, ya porque mi opinión de ese material ha cambiado radicalmente. La bibliografía incluida al final, que representa sólo una selección de las fuentes que creo indispensables en la actualidad, es mucho más extensa y rigurosa. Deseo que se constituya en una guía del interés de quienes hallen atractiva esta materia y, quizá, de las empresas académicas o artísticas. Los últimos 14 años de teatro estadounidense han arrojado tal cantidad de obras de consulta que este volumen, si bien de gran extensión, resulta en realidad más pequeño que el anterior. Con todo, quiere ser más puntual que su antecesor.

      Según la costumbre, debo aprovechar el espacio para los agradecimientos y dedicatorias. De los primeros, vayan a Ángela Moyano, por la invitación original hace ya tanto tiempo. A mi alma máter, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y a mi segunda casa, la Modern American School. A la Comisión México-Estados Unidos para el Intercambio Educativo y Cultural (Comexus), por su irrestricto esfuerzo, respaldo y eficiencia, sin los que no hubiera existido el agradecimiento que sigue. Al programa de becas Fulbright-García Robles, por haber posibilitado la crucial y gozosa estancia que me permitió hacer de este volumen una verdadera nueva edición. A la New York Public Library for the Performing Arts, por su respaldo como institución huésped, por el incondicional acceso a sus invaluables acervos bibliográficos, hemerográficos, electrónicos y, sobre todo, fílmicos y videograbados, así como a sus excepcionales instalaciones. Más grande y afectuoso sea el que debo al personal de ese inmejorable sitio de investigación y continuo asombro, en especial a Christine Karatnystky, bibliotecaria maestra e infalible desfacedora de entuertos. A la Brooklyn Academy of Music (BAM) por darme autorización para estudiar videograbaciones de algunos montajes de Robert Wilson.

      Punto y aparte, reciban mención varios queridos nombres propios, a sabiendas de que saben cuán importantes han sido para esto y para mi vida: Dina y Manuel; José Roberto y Celina; y Mayté, Francisco, Magda y Fernando, in memoriam.

      A los amigos que entre una y otra versiones me hicieron un poco menos incapaz en el teatro, en especial y en el orden del desorden de mi memoria: José Luis, Ludwik, José, Otto, Claudia, Mónica, Antonio, Rubén, Martha, David, Norma, Diana, Miguel, Peter, Herb, Bernice, Russell, Sonia, Doug, Ruth, Ana, Albert, otra Sonia, José Ramón, Martín, otro David, Laura, Cristina, Silvia, otra Claudia, Enrique, Hugo. Y los que se me hayan escapado. A Lucía, por tanto compartido.

      La dedicatoria, para mi luz fundamental: Sarah, "the guide, the guardian of my heart".

      Nueva York y México, julio de 2006-julio de 2008

      INTRODUCCIÓN

      A love once new has now grown old.

      Paul Simon

      A 15 años de la primera edición de El teatro norteamericano, definir un objeto de estudio, discusión o incluso mera divulgación acerca de la cultura estadounidense continúa siendo complicado. Quizá hoy lo sea más que nunca por dos razones muy importantes. La primera es que los derivados del poder y desarrollo de Estados Unidos ofrecen al mundo rostros contradictorios: de las contribuciones intelectuales y emotivas de sus grandes artistas y pensadores a la deplorable imposición global de estrategias políticas por quienes aún sostienen una visión errónea sobre el papel de esa nación en la historia. La segunda es que en los años posteriores a la primera publicación de esta síntesis, las normas que definían —o intentaban definir— a Estados Unidos en su vida interna sufrieron cambios fundamentales. En el caso particular de la producción cultural norteamericana, quizá sea más claro decir que los cambios radicales en los paradigmas de Occidente ocurridos en las décadas finales del siglo XX se han manifestado en ella de manera contundente y clara en los últimos 15 años.

      La fecha con que cerraba el prólogo a la primera edición de este estudio, diciembre de 1991 —si bien el volumen apareció en las postrimerías de 1993—, explica algo en relación con el libro, que hoy me parece tan curioso como desafortunado: en él no había siquiera una breve mención a cuatro de las cinco obras más importantes, y quizá las mejores, que se escribieron y montaron en el teatro norteamericano durante los 15 años que mediaron entre el punto final de aquella versión y la primera mayúscula de esta. Me parece curioso en tanto que las cinco obras a que me refiero alcanzaron sus formas y producciones históricamente definitivas en un tiempo muy corto: entre el segundo semestre de 1990 y el primero de 1994; esto es, durante casi el mismo lapso entre el día en que di por concluido mi primer volumen y la fecha de su aparición. Six Degrees of Separation, de John Guare, fue estrenada en 1990, pero apenas hice mención de ella en aquel entonces. Three Tall Women, de Edward Albee, se estrenó en Viena en 1991, pero no llegó a Broadway sino hasta 1994. Oleanna, de David Mamet, llegó al teatro Orpheum del circuito llamado off-Broadway (es decir, topográfica y metafóricamente "al margen" de Broadway) en el primer semestre de 1992. Twilight: Los Angeles, 1992, de Anna Deveare Smith, como su título lo indica, sólo pudo generarse y generar la atención y consideración que recibió un par de años después de los hechos en que se funda: los motines raciales en Los Ángeles tras la absolución de los victimarios de Rodney King. Y Angels in America, de Tony Kushner, si bien tuvo sus inicios en 1987 como pequeño proyecto del Eureka Theatre de San Francisco, se presentó como "proyecto en desarrollo" en 1990; pasó por un estreno parcial en 1991; sus gigantescas dos partes se corrieron juntas por primera vez en octubre de 1992 en el Mark Taper Forum de Los Ángeles; tuvo su estreno primario en Londres en 1993, y por último apareció en Nueva York, de manera directa en Broadway, a mediados de ese mismo año. Hallo desafortunado, desde luego, que por década y media haya circulado un libro en cierto modo incompleto desde su origen; en cierto modo, digo, pues su crónica de las décadas anteriores a los noventa era puntual. Finalmente colocado en las librerías al término de 1993, en unos meses El teatro norteamericano resultó, pues, caduco respecto de las mejores piezas de la década de los noventa. ¿Será también de lamentarse que a pesar del enorme número de producciones que han tenido lugar, y del también vasto número de talentosos escritores y escritoras que han producido excelentes textos en estos años, nada parece tener la trascendencia y calidad de esas cinco obras? En realidad no hay nada de qué lamentarse: simplemente habría que darse cuenta de que 10 años, o algo así, es lo que se toma por lo general un producto artístico antes de que comience a deseársele "trascendental"... y otros 20, quizá, para que desaparezca del mapa en caso de no serlo.

      No obstante lo anterior, el fenómeno que merece la mayor consideración en este lapso ha sido el viraje radical en la manera de concebir lo "normal" en el entorno estadounidense, viraje al que hice referencia un par de párrafos atrás y cuyas implicaciones no se manifestaron en forma plena en el teatro hasta Angels in America, precisamente en 1993. La obra de Kushner, el espectáculo más célebre en los escenarios norteamericanos