Psicología del lenguaje. Jaime Bermeosolo Bertrán. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Jaime Bermeosolo Bertrán
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9789561425187
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que a formas idénticas corresponden significados muy diversos (río, papel, tomo, canto, planta...) también da cuenta de la arbitrariedad de la relación significante-significado (o expresión-contenido) en los signos lingüísticos: un mismo significante puede corresponder a dos o más significados diversos. Analicemos, por ejemplo, la palabra bajo:

       En este coro es un excelente bajo

       Mañana bajo para Puerto Aysén

       Es un tipo más bien bajo

       Utiliza un lenguaje bajo y soez

       Habla demasiado bajo y no se le escucha

      Obsérvese que incluso se trata de categorías morfológicas diferentes (sustantivo, verbo, adjetivo, adjetivo, adverbio), que cumplen funciones sintácticas distintas y que remiten a significaciones y categorías conceptuales diferentes. En este ejemplo específico, sin embargo, las variadas manifestaciones del término bajo comparten algún rasgo semántico común. No comparten rasgos semánticos, en cambio, los homónimos llama (animal), llama (fuego) y llama (verbo llamar). Todo lo anterior no podría ocurrir si se tratara de relaciones naturales, necesarias, es decir, si a un determinado concepto le tuviera que corresponder forzadamente una etiqueta lingüística.

      Es de interés destacar que el mismo de Saussure, de acuerdo a lo recogido por sus discípulos en el Curso de lingüística general, distinguió entre signo (con las características ya enunciadas) y símbolo, en el cual siempre hay, al menos, un rudimento de vínculo natural entre significante y significado. En el símbolo nunca dicho vínculo es totalmente arbitrario. La "balanza", por ejemplo, puede ser símbolo de la "justicia", porque la posición de equilibrio de sus brazos se asemeja, de algún modo, al contenido básico de dicho concepto.

      No siempre hay acuerdo entre lingüistas, psicólogos, filósofos, etc., en la elección de los términos que designan las diversas modalidades de relaciones significante-significado o las modalidades de representación simbólica. Por ejemplo, la manera en que los lingüistas definen el término signo corresponde a lo que muchos filósofos y psicólogos consideran un símbolo, quienes a veces reservan la palabra signo (equivalente a indicio o índice) para aquellas situaciones en que el significante es parte de lo designado. (El humo es signo o indicio de fuego).

      Cassirer (en su Antropología filosófica) va incluso más allá y considera los signos como "propios de los procesos semiósicos animales" (entendidos, en realidad, como "señales") y los símbolos, como característicos del universo humano.3 De hecho, define al hombre como animal simbólico.

      Recuérdese que Bühler, en el modelo de funciones del lenguaje anteriormente examinado, señala que todo signo (o mensaje) lingüístico implica una triple relación (lo que se grafica en la fig. 4.1):

      • SÍNTOMA o INDICIO del sujeto hablante (función expresiva).

      • SEÑAL para la persona del oyente (función apelativa).

      • SÍMBOLO de las cosas, de aquello de que se habla o asunto (función representativa).

      El modelo de Bühler muestra la manera original e influyente en que este autor utilizó la terminología sígnica. El filósofo, lógico y físico estadounidense Peirce, considerado uno de los fundadores de la semiótica, desarrolló varias clasificaciones de los signos. La más conocida por los psicólogos, atiende a la relación entre el signo y el objeto significado,4 distinguiendo tres clases de signos:

      • Íconos o signos icónicos: tipos de signos que tienen una semejanza física directa con lo designado (fotografías, dibujos, modelos a escala, imágenes fílmicas, planos, etc.)

      • Índices o indicios: signos con una relación de efecto a causa o que son parte de lo designado (humo, como signo del fuego; luz roja en el tablero del automóvil, como signo de un problema en el motor; huella en la arena, signo de un pie, etc.)

      • Símbolos: signos cuya relación con lo designado es fruto de una norma convencional (signos lingüísticos; la bandera, símbolo de la patria; la luz roja del semáforo, que por convención simboliza "peligro", obligando a detenerse).

      Piaget, a diferencia de varios psicólogos y filósofos, utiliza el término signo para aludir a lo que estos -como es el caso de Peirce- definen como símbolo. Esto se debe a que ya en su obra El nacimiento de la inteligencia en el niño comienza a utilizar en la notación de su sistema semiótico los aportes de la escuela de Saussure.5 Distingue entre significante y significado en todo proceso de significación, desde las etapas más tempranas (Fig. 4.2).

       Figura 4.1

      Los tres modos de ser del signo, según Bühler

      De acuerdo a lo que afirma J. Hierro Pescador,6 Piaget "distingue entre signo y símbolo en los mismos términos que Saussure, aunque acentuando aún más el carácter icónico del símbolo". Añade, además, los conceptos de índice o indicio y señal para referirse a las etapas más tempranas. En El nacimiento de la inteligencia en el niño, cuando explica el "reconocimiento de los indicios y su utilización en la previsión" por parte del niño, en el cuarto estadio del período sensorio-motriz, analiza con finura indicios y señales. Afirma que, en tanto que estas impulsan simplemente a la acción, los indicios permiten al niño pequeño una previsión independiente del acto. Como ejemplo, a los 11 meses y 15 días

      "Jacqueline llora cuando su mamá se pone un sombrero. No se trata ya del temor o de la inquietud, como antes, sino de la seguridad de la marcha" (p. 188).

      De todo lo anterior, puede derivarse que de los diferentes términos sígnicos, el más genérico, el que los incluye a todos, es el término SIGNO. Sin embargo, el uso corriente de este término, compartido también por psicólogos -como se indicó- admite el sentido restringido equivalente a "indicio", en que el significante es parte de lo designado: las lágrimas son signo de pena; el enrojecimiento es signo de vergüenza, etc.

       Figura 4.2

      Diferentes modalidades evolutivas de significación según Piaget. Adaptado de Battro. Los signos son convencionales y colectivos. Los símbolos refieren a pre-conceptos individuales y dependientes del objeto. Cada esfera muestra una relación significante-significado.

      Los psicólogos utilizan frecuentemente el término señal como un tipo de signo que tiene una relación causal con lo designado y que tiene "sentido" incluso en ausencia del objeto. Los estímulos condicionados son señales que dan lugar a un comportamiento "como si" el objeto (el estímulo incondicionado) estuviera presente.7

      Signos y señales, en el sentido recién expuesto, no alcanzan la categoría de símbolos, según son definidos en la clasificación de Peirce, y como los conciben la mayoría de los psicólogos.

      Entendidos así estos términos, se logra una adecuada comprensión de la impactante referencia al caso de Helen Keller que hace el psicólogo D. Child (1975), en el capítulo dedicado al lenguaje y el pensamiento, cuando dice:

      Un inusitado ejemplo de una transición de signo y señal a sistemas simbólicos lo describe brillantemente