Maestros del movimiento como generador de estados son los Animales. Ellos serán nuestra siguiente parada en este camino. Ellos se nos mostrarán en todo su poder como guías del auto-descubrimiento. En toda cultura que haya vivido inmersa en la Naturaleza, se honró a los animales como criaturas de gran sabiduría, a las que había que observar para aprender y respetar como equivalentes en el Círculo de la Vida. Dentro del conjunto de estrategias que presento aquí, los animales se consideran maestros, asistentes de nuestra evolución y fuente permanente de orientación. El chamán que somos se espeja en ellos para conocerse mejor.
El descubrir-nos a nosotros mismos conduce al deseo de la Transformación. El compañero inefable del ¿quién soy? es: ¿quién puedo llegar a ser? La sabiduría ancestral muestra las diversas dinámicas de energía personal que podemos manifestar en nuestro cotidiano y nos entrena para elegir con atención cuáles promover y cuáles moderar. El principio inherente es la libertad.
Y en esa transformación descubriremos que cada emoción, pensamiento, intención, posee una vibración. El Universo es de índole vibratoria, por eso los Sonidos se han constituido en herramienta para navegar la realidad y transformarla. Hay sonidos para cambiar el estado de ánimo, sonidos para invocar las fuerzas naturales, sonidos que sanan, sonidos que cambian nuestra conciencia. Desde la propia voz hasta los instrumentos “nativos”, recorreremos el entrenamiento en sonidos.
El sonido es Medicina, pero no es la única. Revelaremos el uso de hierbas, los instrumentos y danzas, las lecciones que nos enseñan los antiguos sanadores del mundo. La conexión entre espíritu y enfermedad: una manera de entender nuestras dolencias que no es nueva, sino que es la forma natural de hacerlo. Este entrenamiento nos inspira a crear un modelo de sanación sin tanta estadística, basado en la experiencia personal y en el principio de que “cada ser es único”.
Muchas medicinas proceden de las Visiones del sanador. Nosotros podemos activar el poder de “ver más allá”. ¿Más allá de qué? De los condicionamientos bajo los cuales hemos sido criados, de las limitaciones con las cuales nos evaluamos a nosotros mismos y a los demás. Viajar con la conciencia nos mostrará la realidad tal cual es, sin el filtro de las interpretaciones, en toda su belleza y poder. Despejados los velos de la mente analítica, descubriremos nuestro lugar trascendente y nos reconoceremos como parte de un eterno e infinito Misterio.
Finalmente, trabajaremos con la experiencia ritual: re-creando la realidad. Las Ceremonias tuvieron un lugar destacado en la vida de nuestros ancestros, pero a pesar de nuestra necesidad de ello, las hemos abandonado paulatinamente. En este capítulo presentaré una serie de pautas generales acerca de las ceremonias que te permitirán entrenarte en ellas, diseñando tus propios rituales.
Cada capítulo es un nodo de trabajo, de auto-observación, de expansión. Contiene conceptos para poner a prueba tu perspectiva del mundo, inspiración para transformarla, técnicas concretas para aplicar a los asuntos cotidianos, ejercicios para vivenciar lo expresado y sugerencias para pasar a otro nivel.
Por supuesto, la tarea de exploración y desarrollo de tu chamán interno no termina con el final de este libro. Te esperamos del otro lado de este viaje.
Como la araña, eterna maestra de los sabios antiguos, podemos subir y bajar con nuestra conciencia, independientemente de las leyes del tiempo y el espacio. Pero nuestro compromiso es permanecer en el centro de la realidad, de nuestra tela, en el aquí y ahora, porque éste es el momento de Ser, el momento de sentir y compartir, el momento de hacer.
Al igual que la araña, permanecemos entre el Cielo y la Tierra, sostenidos por el fino hilo de nuestra propia creación, observando, atentos. Sabemos que no controlamos las fuerzas que –como el viento y la lluvia– nos sacuden. Pero contamos con el poder de CREAR –una y otra vez– la trama de nuestra existencia, cada día más bella, cada día más impecable.
8 El ejemplo más famoso es el “Experimento de las Rendijas”, imaginado por un matemático en el siglo XIX y finalmente llevado a cabo con éxito en 2013. Ver Bach et al 2013.
9 Ver el trabajo de Jacobo Grinberg-Zylberbaum, con una excelente profundización de este paralelismo (1994).
10 En su libro The Eagle’s Quest, 1991, el físico Alan Wolf explora explícitamente este tema.
11 Si se desea conocer más acerca de estas vinculaciones entre ciencia y cambio de paradigma, recomiendo el extraordinario libro The Intention Experiment, de Lynne McTaggart, 2006.
12 Entre la publicación de la primera edición de este libro y esta segunda edición, publiqué un libro específico sobre el tema: “¡Fuera de mi cabeza! Una guía para liberarnos del parásito mental”, 2015. Lo recomiendo para quienes estén decididos a terminar con ese flagelo del diálogo mental excesivo.
13 En experimentos donde una serie de imágenes son mostradas a un grupo de voluntarios a quienes se están midiendo las variables fisiológicas, se descubrió que existe una cuota de anticipación en sus reacciones. Parece que el cuerpo sabe intuitivamente si la imagen que se le va a mostrar al individuo es de intenso contenido emocional o no. El primer órgano que registra esa reacción es el corazón. (McCraty , 2004)
4. COSMOVISIÓN
¿Cuál es tu versión de la realidad?
Aun el rayo no nos hacía daño, porque cuando caía demasiado cerca, las madres y abuelas en cada tipi, ponían hojas de cedro en los carbones y su magia mantenía el peligro alejado. Los días luminosos y los días oscuros eran ambos expresiones del Gran Misterio, y les revelaban a los nativos que estaban cerca de la Gran Totalidad.
Toro Sentado
Teton Sioux(14)
UN ENCUENTRO PERSONAL CON DIOS
Una tarde, cuando aún ejercía mi profesión de arqueóloga, durante uno de mis trabajos de campo en el norte del valle Calchaquí, decidí tomarme un descanso después de varias horas de infructuosa recorrida. Con mi equipo de trabajo, habíamos estado buscando evidencias de poblaciones antiguas a través de una región montañosa a 3300msnm, ante un clima extraordinariamente seco, donde la vegetación no aporta más que algunos cactus y plantas espinosas aisladas. Bajo un sol agobiante de día, con noches perturbadoramente frías.
Cansada y preocupada por el destino de mi investigación, que parecía poco promisorio teniendo en cuenta lo encontrado hasta el momento, busqué una saliente rocosa de la empinada ladera en donde estaba, y me senté. Dejé que el peso de mi cuerpo cayera completamente sobre el suelo. Inspiré profundamente para contrarrestar los efectos de la altura y la consecuente falta de oxígeno que provoca. Tratando de no pensar en mis problemas, dirigí mi atención a la impresionante belleza del lugar, las cumbres lejanas coronadas de nieve, el río plateado delineándose hasta el infinito, el sonido del viento en los recovecos de piedra, el tranquilo paso de las ovejas de algún pastor lejano, el cielo…
Súbitamente perdí la noción del tiempo y el espacio, la conexión con mi identidad y la particular historia que me había llevado hasta allí. Estaba percibiendo una Totalidad que me incluía, pero no como a un ser individual, sino como una partícula más dentro de la infinidad de partículas que componían dicha Totalidad. Comencé a verme a mí misma en el paisaje, como si mirara un espejo multidimensional. Se disolvieron las distancias y los límites entre mi cuerpo y el mundo material que me rodeaba.
Fui inmediatamente consciente de que estaba experimentando algo sagrado.
Pero más allá de la plenitud y la expansión interna que la experiencia me producía, había un efecto secundario. Si me mantenía en esa posición y en ese estado, cualquier pensamiento que aparecía en mi mente encontraba