Una sociedad desarrollada se destaca por el cuidado y preocupación que tiene por sus habitantes con diferentes tipos y grados de discapacidad. Así también, una universidad es más inclusiva y acogedora en la medida en que se hace cargo de la diversidad de sus estudiantes, de manera de asegurar el aprendizaje de todos. De esta manera, no se considera la diversidad como un problema, sino como un desafío y una realidad que enriquece el proceso enseñanza-aprendizaje.
En Chile, solo el 7% de los jóvenes con algún tipo de discapacidad accede a la universidad y un menor número logra la titulación. Existen aspectos específicos que dificultan la inclusión en la forma de barreras tangibles, en las áreas de infraestructura, pedagógicas, comunicacionales y de acogida de la comunidad. Estas limitaciones obstaculizan el ingreso y, de manera especial, la progresión académica de los estudiantes. La publicación del reciente libro “En el camino hacia la Educación Superior inclusiva en Chile” (Lisi, Zuzulich y cols. UC) presenta una actualización de los fundamentos y adecuaciones curriculares para estudiantes con discapacidad sensorial o motora. Así, también, el trabajo en una red universitaria, propiciado por el Servicio Nacional de la Discapacidad (Senadis) con el apoyo ministerial, es una iniciativa que va en la dirección correcta.
Una sociedad desarrollada se destaca por el cuidado y preocupación que tiene por sus habitantes con diferentes tipos y grados de discapacidad. Así también, una universidad es más inclusiva y acogedora en la medida en que se hace cargo de la diversidad de sus estudiantes, de manera de asegurar el aprendizaje de todos.
El Programa para la Inclusión de Alumnos con Necesidades Especiales –Piane UC– se ha ido construyendo a partir de la revisión y recopilación de experiencias de los estudiantes de la universidad y busca promover la inclusión de nuestros alumnos con discapacidad. De esta manera, otorga condiciones de equidad e igualdad de oportunidades a quienes presentan necesidades educativas especiales asociadas a discapacidad sensorial o motora, en todos los ámbitos del quehacer académico y de la vida estudiantil, con el propósito de generar una cultura inclusiva en la comunidad UC. Los ámbitos de acción comprenden el apoyo a los alumnos con discapacidad en aspectos académicos y tecnológicos, la asesoría a los docentes en las adaptaciones en los contenidos y evaluaciones, y también la capacitación en el uso de recursos tecnológicos. Otras actividades relevantes son la información a la comunidad y la investigación en el área de la inclusión. Es así como participan del programa más de 50 alumnos pertenecientes a 18 carreras de la universidad.
Con el fin de implementar estas políticas, es necesario identificar líneas de acción, realizar difusión y capacitación a los miembros de la comunidad universitaria y presupuestar los recursos para adecuar la infraestructura. Es importante además programar la malla extracurricular que garantice el acceso de los estudiantes discapacitados, organizar los recursos humanos y tecnológicos adecuados al tipo de discapacidad e implementar un programa de seguimiento de los egresados y de su inserción en el campo laboral. Es fundamental crear y reforzar una relación de información fluida con los empleadores.
El gran desafío del sistema educacional en todas sus etapas consiste en responder con eficiencia a las necesidades educativas que se derivan de la heterogeneidad de sus estudiantes. Los programas de inclusión de las instituciones de educación superior disminuyen los obstáculos y apoyan a los estudiantes con necesidades especiales para que puedan ingresar, avanzar y egresar de la educación superior con equidad e igualdad de condiciones respecto de sus pares. La preocupación del sistema educacional desde la etapa escolar va a favorecer una mayor presencia y participación de estudiantes con discapacidad en la educación superior, lo que permitirá, sin duda, el desarrollo de una sociedad más justa e integrada.
Publicado en el diario El Mercurio el 21 de septiembre de 2013.
Avances en la PSU
En los próximos días, miles de estudiantes rendirán la Prueba de Selección Universitaria (PSU). Este instrumento ha estado sometido a críticas por reflejar –y profundizar– la brecha socioeconómica del sistema educacional. Al evaluar contenidos, revela la inequidad social de nuestro sistema educativo. El informe internacional de la PSU, realizado por la consultora Pearson, ha guiado los cambios realizados durante este año.
Esta evaluación se enfocó en dos áreas: los procesos de construcción de las pruebas y el estudio de la validez del instrumento. Para avanzar, se implementó una nueva institucionalidad del Sistema de Admisión Universitaria. Los objetivos fueron modernizar la gestión del proceso de admisión, realizar una mejora continua de su implementación, y una mayor calidad y transparencia del sistema. Los cambios incluyeron un directorio constituido por rectores del CRUCh; una dirección ejecutiva a cargo de implementar los estudios, modificaciones y avances en el sistema; y un comité consultivo integrado por profesionales del Ministerio de Educación, de las universidades adscritas al sistema, de la Agencia de Calidad y de la futura superintendencia de educación superior; y como invitados permanentes, representantes de los estudiantes universitarios y secundarios.
El informe internacional de la PSU, realizado por la consultora Pearson, ha guiado los cambios realizados durante este año. Esta evaluación se enfocó en dos áreas: los procesos de construcción de las pruebas y el estudio de la validez del instrumento.
Recientemente se entregó un informe al ministerio con los avances realizados durante este año. Estos incluyen un aumento de preguntas en varias pruebas, la evaluación de una eventual discriminación del instrumento, una prueba adaptada al currículo de Ciencias para los alumnos de los liceos técnico-profesionales y la consideración de dos decimales en las notas de enseñanza media. Se planifican, además, cambios que incluyen: aumento del banco de preguntas, incorporación de los cambios curriculares de la educación media, cursos de capacitación para los profesores que realizan preguntas, una mayor relación entre las pruebas y los contenidos del currículo, la incorporación de profesores de regiones y de nuevas instituciones para tener una mayor diversidad de preguntas. A futuro, se terminará con la eliminación de preguntas buenas en relación con las malas y se construirán perfiles de ingreso de los estudiantes para las diferentes carreras. De acuerdo a lo descrito, los avances se orientan a una mejor construcción y validación de las pruebas, mejor calidad de preguntas, mayor validez en la predicción de selección y aumentar la difusión para dar a conocer los cambios.
Junto a los avances mencionados, se implementó –desde el año pasado– la ponderación del ranking de notas. Este instrumento permite premiar el esfuerzo, dedicación y talento de los estudiantes de los diferentes sectores educacionales, reduciendo la brecha socioeconómica. La metodología a utilizar y ponderación se perfeccionarán en los próximos años. Lo importante es que avancemos en calidad y equidad de la admisión universitaria. El perfeccionamiento de los instrumentos de selección universitaria es un desafío permanente. Nuestro compromiso se orienta a identificar a los jóvenes con mayor talento académico y a poder predecir su adecuada progresión en la educación superior. La sociedad a que aspiramos debe dar igualdad de oportunidades a todos, con valoración del esfuerzo, dedicación y talento académico.
Publicado en el diario La Tercera el 29 de noviembre de 2013.
La verdad del ranking de notas
Esta semana se ha realizado el proceso de matrícula de las universidades adheridas al Sistema Único de Admisión. Los resultados son similares respecto de años anteriores, en el sentido del rendimiento y la preferencia de los estudiantes. Se ratifica la brecha de procedencia educacional y socioeconómica en favor de los estudiantes de mayores ingresos. Por segundo año, el ranking de notas ha tenido una ponderación (variable