La institucionalidad del sistema de educación superior debe ser revisada, para incorporar al trabajo conjunto a todos los actores que la conforman. Avanzar en perfeccionar y actualizar el sistema de acceso y admisión es crucial. Se deben plantear fórmulas de admisión especial para estudiantes vulnerables, con acompañamiento académico durante los primeros años. Además, es vital la regulación del sistema a través de una Superintendencia de Educación Superior con énfasis en la fiscalización financiera e información veraz a los padres y estudiantes. El aseguramiento de la calidad presenta desafíos, como son un nuevo sistema de acreditación institucional, una propuesta de acreditación de carreras y áreas de trabajo y un sistema de acompañamiento a las instituciones. Las universidades debemos reforzar la formación de maestros con estándares internacionales, por lo que la iniciativa de una nueva carrera docente se debe orientar a entregar mayor confianza, exigencia y reconocimiento a los profesores.
En el financiamiento estudiantil, los desafíos actuales contemplan aumentar las oportunidades y una mayor inclusión de los estudiantes. Junto con avanzar en cobertura, a través de becas para hasta el 70% de los alumnos más vulnerables, se deben aumentar los créditos con bajas tasas y una devolución acorde a los ingresos futuros. En este sentido, es crucial el análisis conjunto de los nuevos aranceles de referencia y las condiciones necesarias para obtener aporte estatal para la formación de estudiantes vulnerables. El avance en gratuidad en educación superior debe focalizarse en quienes más requieren apoyo, considerando su impacto en la calidad del sistema. Por otra parte, el financiamiento institucional es clave para potenciar el aporte de las universidades al país. Se requiere aumentar los aportes basales de las universidades de función y vocación pública, otorgando seguridad en su desarrollo de largo plazo. Especial atención requieren las instituciones de investigación avanzada y las universidades regionales.
En todos los aspectos mencionados, la voluntad de trabajo conjunto y amplio consenso debe primar. Las encuestas demuestran que la gran mayoría de los ciudadanos esperan este avance y desarrollo mancomunado. Es responsabilidad de todos los actores políticos, sociales y académicos alcanzar este acuerdo, por el bien del país y de sus habitantes.
Publicado en el diario El Mercurio el 25 de agosto de 2014.
Acreditación de carreras
La Comisión Nacional de Acreditación (CNA) ha informado recientemente de nuevas exigencias y estándares para certificar las carreras en educación superior. Mejorar la calidad de las instituciones de educación superior y de los programas de estudio debe estar en el centro de una reforma educacional. El desarrollo del sistema de aseguramiento de la calidad ha sido clave; sin embargo, el crecimiento y complejidad del sistema estimula a realizar actualizaciones y cambios. Es importante destacar la gran heterogeneidad de instituciones y proyectos educativos que componen el conjunto de la educación superior.
La CNA informó los doce criterios para acreditar los planes de estudio, dentro de los que se cuentan, en el marco de la institucionalidad, el propósito de la carrera; los derechos y obligaciones de los estudiantes; el perfil de egreso del estudiante; los planes de estudios y métodos pedagógicos; la interacción con el medio y la empleabilidad de los egresados. Por otra parte, hay elementos relacionados con las condiciones de la operación que incluyen el sistema de gobierno y gestión de la carrera; la calidad y cantidad de sus profesores; la infraestructura docente (áreas de laboratorio, salas de estudio y bibliotecas); la información y participación estudiantil y la capacidad de investigación de su cuerpo docente. Desde el punto de vista de los resultados, se incluyen los mecanismos de apoyo académico y trabajo en la retención de alumnos y por último los mecanismos de autoevaluación y mejoría continua.
Es importante destacar la gran heterogeneidad de instituciones y proyectos educativos que componen el conjunto de la educación superior.
Sería importante correlacionar la acreditación con el plan de desarrollo y que exista una coherencia entre la acreditación de la institución y la de sus carreras y programas. Por otra parte, se debe avanzar en medir resultados del tipo pruebas de egreso y opinión de empleadores. Así también, el acompañamiento y apoyo de la institución es clave para lograr un mejoramiento continuo de los diferentes aspectos de la labor institucional. Es de destacar que se haya abierto un período de consulta pública de dos meses para perfeccionar la propuesta, que considera la heterogeneidad del sistema.
Felicitamos esta información de la CNA y el proceso propuesto, ya que va en la dirección adecuada y permite avanzar en los cambios de la ley de aseguramiento de la calidad que se esperan para el próximo año. La acreditación de carreras y programas debe estar orientada a avanzar en la calidad de la educación superior para beneficio de los jóvenes, sus familias y de la sociedad.
Carta publicada en el diario El Mercurio el 17 de octubre de 2014.
El valor de la acreditación
El aseguramiento de la calidad de la educación superior ha permitido el desarrollo de las instituciones. El fortalecimiento y obligatoriedad del sistema de acreditación debe hacer más exigente el proceso de evaluación, cuyo foco principal hoy está puesto en los procesos, operación y funcionamiento.
A estos habría que incorporar otros indicadores, tales como resultados en las pruebas de egreso, calidad de sus programas, competencias de profesores y empleabilidad de sus titulados. Además, es necesario relacionar la acreditación institucional con la de las carreras y programas.
La formación del cuerpo de profesores, el nivel de los estudiantes, los espacios docentes y de laboratorios, las bibliotecas, la actividad de investigación e innovación, la infraestructura deportiva y la vida de la comunidad universitaria son aspectos centrales al medir la calidad de una institución. Y es la calidad el foco principal que debe guiar toda reforma de educación superior.
Perfeccionamiento del sistema
Desde la UC hemos propuesto perfeccionar la institucionalidad del sistema a través de establecer una nueva Agencia Nacional de Acreditación, elegida por Alta Dirección Pública, encargada de los procesos de acreditación institucional, definición de los estándares de evaluación y supervisión de las agencias privadas.
Desde la UC hemos propuesto perfeccionar la institucionalidad del sistema a través de establecer una nueva Agencia Nacional de Acreditación, elegida por Alta Dirección Pública, encargada de los procesos de acreditación institucional, definición de los estándares de evaluación y supervisión de las agencias privadas.
Además, es preciso establecer un proceso de evaluación basado en estándares y criterios para evaluar ámbitos tales como dotación docente, recursos educacionales, infraestructura, sustentabilidad financiera e indicadores de productividad.
Tercero, se requiere ajustar los parámetros de acreditación al tipo de institución para evaluarlas desde parámetros acordes con su naturaleza, misión y propósitos institucionales. Se propone la siguiente clasificación: universidades complejas de investigación y docencia, universidades con investigación focalizada, universidades docentes, e institutos profesionales y centros de formación técnica.
Cuarto, es necesaria la obligatoriedad de la acreditación institucional, con áreas evaluadas de acuerdo con