El viaje del alma. José Luis Cabouli. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: José Luis Cabouli
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Сделай Сам
Год издания: 0
isbn: 9789507546792
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nada. Veo algunas plantas. Las arranco. Como. No me calma.

      T: Sigue.

      M: Estoy furioso (otra vez). Gruño. Protesto. Golpeo las piedras.

      T: Sigue, ¿qué más?

      M: Nada más.

      T: Muy bien, ahora, ve al momento de tu muerte en esa existencia.

      M: Camino por las montañas y me caigo en un hueco. Caigo sobre las rocas y me mato. Pero no grité cuando caí. No sentí nada. Fue de golpe.

      T: Retrocede un instante antes de caer y fíjate qué sucede.

      M: Estoy arriba y me resbalo.

      T: ¿Qué sientes en ese momento?

      M: Me asusté, me sorprende caerme. No me daba cuenta, después, nada.

      T: Avanza entonces al momento en que dejas ese cuerpo.

      M: Miro. Me rasco la cabeza, pero no tengo cabeza. Me voy como caminando.

      T: ¿Y tu cuerpo?

      M: No sé, lo dejo. (“Elemental, Watson” —diría Sherlock Holmes.)

      T: Sigue un poco más.

      M: Adonde voy, es como un agujero. Como un agujero negro.

      T: Sigue, ¿qué más?

      M: Voy por ahí. Ahora gira todo como un remolino. Eso me asusta.

      T: Sigue un poco más.

      M: Estoy como flotando, como si volara como un pájaro. Soy un pájaro blanco, grande, que vuela. Ahora parece que estoy en una mano.

      T: ¿En una mano? ¿Cómo es eso?

      M: Es como un huevo en una mano. No sé qué es eso. Ahora, veo una ciudad. El huevo es una ciudad.

      T: ¿Cómo es esa ciudad?

      M: Hay edificios altos. Se parece a Moscú. Es como una ciudad de hielo o de cristal. No sé más.

      T: ¿Y cómo evalúas esa vida?

      M: Fue una vida muy dura, mucho sufrimiento.

      T: ¿Qué aprendiste con esa experiencia?

      M: Aprendí a luchar.

      T: ¿Hay algo de esa vida, que todavía estés arrastrando?

      M: La tozudez. Pero también la constancia, la fuerza, el coraje.

      A mí me gustó mucho la experiencia de Mirta. Muy sencilla y muy real. Hasta se me ocurre decir naïve. Estamos hablando de una profesional, muy intelectual, quien, de pronto, durante la regresión, se expresa en forma gutural y con mucha dificultad. Y nos habla de cosas sencillas y esenciales. La lucha por la sobrevivencia y el trabajo con pasiones primitivas que aún hoy se hacen sentir. La furia, lo irracional, lo instintivo, la tozudez y, al mismo tiempo, el desarrollo de la constancia, la fuerza y el empuje. Y lo sencillo de su muerte. Mira el cuerpo y lo deja sin más trámite.

      Una vez más, un recuerdo para los sabios egipcios, que representaban el alma como un pájaro saliendo de la cabeza del difunto.

      ***

      Muerte en el circo romano

      María, 35 años, trabajando su miedo a enfrentarse con el mundo.

      María: Hay mucha gente… estamos huyendo de algo. Nos persiguen.

       Terapeuta: ¿Qué más?

      M: Hay fuego… carros… ruidos de metales… lanzas. Una persona cae a mi lado. Tiene una lanza clavada en el pecho.

      T: Avanza un poco más.

      M: Nos meten en un lugar de piedra. Hay como una rueda. Es como el circo romano.

      T: ¿Qué estás sintiendo cuando estás allí?

      M: Hace frío… tenemos sed. ¡Ay! ¡Yo no quiero salir ahí!

      T: ¿Adónde no quieres salir?

      M: Nos van a sacar ahí. Hay como un patio. ¡Ay! ¡Nos van a matar!

      T: Sigue, ¿qué más?

      M: ¡No quiero salir! ¡Nos van a matar!

      T: Continúa.

      M: Se abre la puerta.

      T: ¿Cómo se abre la puerta?

      M: Se levanta y, ahí afuera, es donde está la luz. ¡No quiero salir! ¿Por qué nos van a matar?

      T: Sigue un poco más.

      M: Toda la gente está gritando.

      T: Sigue.

      M: Yo me entrego. Se puso todo oscuro.

      T: Cuento hasta tres, y retrocede un poco antes de que se ponga oscuro. Uno… dos… tres.

      M: …Estoy en el medio de ese patio grande.

      T: Eso es. ¿Qué es ese patio?

      M: No sé qué es. Toda la gente está alrededor, en la tribuna.

      T: ¿Quién más está contigo?

      M: Estoy sola. Mis compañeros no están.

      T: Sigue un poco más.

      M: Quiero saber qué pasa. ¿Por qué estoy ahí?

      T: ¿Y si supieras?

      M: Porque quiero hacer el bien. Quiero ayudar a la gente. Quiero vivir tranquila.

      T: Sigue, ¿qué más?

      M: Estoy atada a un palo —colocando las manos detrás de la espalda— y me taparon la boca. ¡No puedo hablar!

      T: Sigue un poco más.

      M: Me van a matar, pero no importa.

      T: Sigue.

      M: Ya me dejo ir. Me voy. Ya estoy arriba. Veo todo desde arriba.

      T: ¿Y qué fue lo que pasó?

      M: Me tiraron una lanza, pero yo me veía arriba antes de que llegara la lanza. Yo veo todo desde arriba.

      T: ¿Y qué pasa con la lanza?

      M: Me la clavan en el corazón, pero yo ya no estaba ahí. Lo veo desde arriba.

      T: Muy bien, esto es muy importante para ti. Retrocede un instante antes de que te claven la lanza para agotar todas esas emociones.

      M: Todos gritan. Se me viene encima un guerrero. ¿Pero por qué?

      T: ¿Qué sientes en esos momentos?

      M: No tengo miedo. No miro. Cierro los ojos. Ya me entregué.

      T: ¿Qué piensas en esos momentos?

      M: Estoy atada. No puedo luchar.

      T: Ahora, ve al momento del impacto de la lanza y procura sentir el impacto.

      M: Es como que lo siento —estremeciéndose—, pero no me duele. Ya no sentía. Ya no estaba ahí. Estaba fuera del cuerpo.

      T: ¿Hubo algo más antes de la lanza?

      M: …Es como si me hubiera desnucado antes. Fue algo instantáneo —tomándose la garganta—. Sentí algo en el cuello. Tal vez algo que no me permite sentir.

      T: ¿Qué cosa?

      M: Tal vez esa lanza. Tal vez el miedo al dolor. El miedo al dolor de la lanza.

      T: Y esto, ¿cómo está influyendo en tu vida actual?

      M: Me protejo metiéndome dentro de mí.

      Aquí, María experimenta algo que es bastante frecuente. La salida del cuerpo, o mejor dicho, la huida del alma, antes del impacto mortal. Noten que María, claramente, dice que ella ya se encontraba arriba, antes