Figura 1.19. Vista lateral de la trayectoria de la brazada y el registro de la velocidad del centro de masas de Pablo Morales. Los números que están por encima de los picos de propulsión indican el ángulo medio de ataque de las manos durante esa fase propulsora particular.
Adaptada de Cappaert, 1993.
El gráfico de la velocidad del centro de masas y la trayectoria de la mano ilustrados en la figura 1.21 (pá-gina 40) corresponden al bracista Mike Barrowman. La trayectoria está dibujada desde abajo para poder ver los movimientos de la mano hacia delante y hacia atrás. Estos datos se recogieron de películas de vídeo tomadas durante las eliminatorias de la prueba de 200 m braza en los Juegos Olímpicos de verano de 1992.
Las trayectorias de la mano de los bracistas son más perpendiculares a su desplazamiento hacia delante que las de los nadadores de otros estilos. No obstante, se puede ver que Barrowman no empieza a acelerar su cuerpo hacia delante hasta el punto A, donde la dirección de sus manos llega a ir un poco hacia atrás además de hacia fuera. Desde el punto A, las manos se desplazan hacia fuera y hacia atrás y luego hacia dentro y hacia atrás hasta el punto B, donde empieza a desacelerar. Su velocidad de avance continúa con un ritmo acelerado siempre que sus manos se desplazan hacia atrás. Es importante señalar, sin embargo, que desacelera cuando sus manos se desplazan hacia delante, como en la última parte del tirón del brazo antes del recobro.
Me parece, viendo estas trayectorias de las manos y estos gráficos de la velocidad de avance, y cientos de otros que he estudiado, que las manos de los nadadores tienen que desplazarse diagonalmente hacia atrás para que puedan acelerar su cuerpo hacia delante. La velocidad de avance del cuerpo disminuye durante la primera parte de la brazada subacuática y también cerca del final, cuando las manos se desplazan diagonalmente hacia delante. Sólo acelera hacia delante durante aquellas partes de la brazada subacuática en que las manos se desplazan hacia atrás, aunque no directamente hacia atrás. Las varias desaceleraciones entre las fases propulsoras de las brazadas subacuáticas (entre los puntos A y B en las figuras 1.18 a 1.21) corresponden, mayormente, a períodos en los que los nadadores realizaron cambios importantes en la dirección que seguían sus manos y brazos. Aunque sus manos normalmente estaban desplazándose hacia atrás durante estos cambios de dirección, se reducía la velocidad de las mismas y es-to es lo que causó una reducción momentánea de la velocidad de avance de su cuerpo que seguía hasta que las manos aceleraban otra vez en una nueva dirección.
Figura 1.20. Vista lateral de la trayectoria de la brazada y el registro de la velocidad del centro de masas de la brazada izquierda de Martín López-Zubero. Los números que están por encima de los picos de propulsión indican el ángulo medio de ataque de la mano izquierda durante esa fase propulsora particular.
Adaptada de Cappaert, 1993.
Se podría argumentar que es mejor remar que usar las manos como palas porque los nadadores están desplazando sus manos diagonalmente hacia atrás y porque las fuerzas de sustentación contribuyen a su fuerza propulsora cuando aceleran hacia delante. Sin embargo, el hecho de que sólo aceleran hacia delante cuando los miembros se desplazan hacia atrás indica, por lo menos a mí, que están tratando de maximizar la contribución de las fuerzas de arrastre a sus esfuerzos propulsores. Esto se logra mejor utilizando las superficies más amplias posibles para empujar hacia atrás contra el agua. En otras pala-bras, el rendimiento es mayor cuando los nadadores utilizan los miembros como palas, aunque los desplazan con trayectorias circulares por el agua.
Un apoyo adicional a la teoría del uso de las manos como palas viene del hecho de que estos patrones de velocidad también sugieren que movimientos puros de remada, los que son enteramente laterales y verticales sin ningún componente hacia atrás, no aceleran a los nadadores hacia delante. Demuestran que los nadadores sólo se aceleran hacia delante cuando las manos se desplazan hacia atrás.
Otra indicación que sugiere que los buenos nadadores están utilizando sus manos y brazos como palas en lugar de formas con perfil de ala reside en el hecho de que siempre tienen las manos y los antebrazos mirando hacia atrás, casi perpendiculares a la dirección de su desplazamiento hacia delante, aunque los mueven por el agua con una trayectoria diagonal. Un ejemplo de esta orientación de los miembros está ilustrado en los dibujos (a) y (b) de la figura 1.22, vistas lateral e inferior del nadador que completa el movimiento ascendente de su brazada subacuática. Obsérvese que en ambas vistas los brazos y las manos del nadador están mirando casi directamente hacia atrás. Esta orientación hacia atrás probablemente tiene una influencia significativa en la fuerza propulsora que puede producir, aunque sus brazos realmente están trazando una trayectoria circular. Parece que el nadador está tratando de empujar directamente hacia atrás contra el agua con sus manos y brazos mientras se desplazan diagonalmente hacia arriba, hacia fuera y hacia atrás. En otras palabras, los nadadores no empujan sus brazos directamente hacia atrás en el agua, sino que parecen empujar hacia atrás contra el agua al desplazarse diagonalmente a través de ella.
Figura 1.21. La trayectoria de la brazada y el registro de la velocidad del centro de masas de una brazada de Mike Barrowman. Se muestra la vista inferior de la trayectoria. Los números que están por encima de los picos de propulsión indican el ángulo medio de ataque de las manos durante esa fase propulsora particular.
Adaptada de Cappaert, 1993.
Figura 1.22. El movimiento ascendente en el estilo libre ilustrado desde (a) la vista lateral y (b) la vista inferior. Estas ilustraciones indican la manera en que los nadadores parecen empujar hacia atrás contra el agua mientras que realmente desplazan los brazos y las manos hacia arriba y hacia fuera acercándolos a la superficie. Obsérvese que la mano y el antebrazo del nadador, aunque se desplazan diagonalmente hacia arriba (a) y hacia fuera (b), están mirando hacia atrás.
Desafortunadamente ningún experto en la hidrodinámica ha tratado de explicar el mecanismo que debe estar operando aquí. Sospecho que corrientes sucesivas de moléculas de agua estacionarias o desplazándose lentamente están siendo desplazadas hacia atrás por los movimientos diagonales de los brazos de los nadadores, siempre que el movimiento tenga un componente que se dirija hacia atrás y que las mayores superficies practicables de la palma de la mano y del brazo estén orientadas hacia atrás. Se ilustra este método de desplazar el agua hacia atrás con las flechas dibujadas detrás del brazo del nadador en la figura 1.22. Es interesante notar que Bixler (1999) llegó a una conclusión similar como resultado de su modelo computerizado de las fuerzas fluidas cuando afirmó que, por toda una amplia gama de ángulos de desplazamiento, el único denominador común de la propulsión máxima de la mano era que “la palma debe mirar directamente hacia atrás”. Los ángulos de ataque de la mano que han sido registrados durante la natación quizá no sean las tentativas de los nadadores de realizar movimientos propulsores de brazada como si se tratase de objetos con perfil de ala que maximizan las fuerzas de sustentación. En lugar de esto, pueden ser una tentativa de mantener las manos y los brazos orientados hacia atrás mientras se desplazan en direcciones diagonales durante la brazada subacuática para maximizar las fuerzas de arrastre. Creo ahora que los procedimientos que hay que realizar para acoplar el ángulo de ataque correcto con el ángulo