El Alfabeto del Silencio. R. M. Carús. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: R. M. Carús
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Философия
Год издания: 0
isbn: 9789874935298
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nutriendo el temor colectivo con el suyo propio. Comenzó a preocuparse por su propia existencia, a necesitar hacer cosas por sí mismo para asegurarla. Entonces algo acabó de dar absoluta verosimilitud al sueño: ideó que en algún momento, él volvería a ser completo. Al olvidar que ya lo era, imaginó un momento en el futuro en el cual llegaría a serlo. Para él, tal momento debía encontrarse más adelante, puesto que le era obvia su inexistencia en el preciso segundo en el cual se hallaba. Eso le llevó a mirar hacia un lugar invisible en el futuro. Así, el error se perpetuó en la temerosa esperanza de acabar algún día.

      Mas el sueño de Agu solo duró un instante. Fue una cabezada que pareció extenderse ilimitadamente, como cuando un relámpago cruje sobrecogiendo el ánimo durante un largo segundo. Durante ese ápice el resplandor parece no acabar, pero inmediatamente todo vuelve a quedar como antes. Tal fue la duración del sueño, aunque nadie lo habría creído durante su transcurso. Nada podría haberle convencido de que, durante una ilusión tan contundente, seguía acostado en la pura seguridad de un abrazo en el cual se contenía todo.

      Porque, a pesar de creerlo, Agu no había abandonado la selva. Continuaba irremisiblemente inmerso en el cálido lazo de la única realidad donde nada cesa jamás de existir.

      La ilusión de separación

      El cristal resquebrajado de la percepción nos lleva a confirmar ilusoria e inconscientemente la idea de ser entidades seccionadas de sí mismas y de todo lo demás. La ilusión de separación no está producida originalmente por los sentidos ni por el pensar enredado, sino por una concepción previa a la cual ambos sirven: el convencimiento de que somos seres aislados, desvinculados de todo lo demás, consecuentemente limitados y dependientes solo de nuestros propios y escasos recursos. Este es el origen de todo miedo, porque la separación genera desamparo, desprotección, amenaza y alienta la tesis de la muerte. También es la raíz de toda culpa, porque pensamos veladamente que al habernos separado de nuestro origen hemos cometido un acto terrible, y por tanto en algún momento seremos castigados.

      Tal ilusión se hace patente mediante la acción de ambos filtros. Su efecto combinado arroja ante nosotros pruebas de la veracidad de la separación. A través de ellos damos crédito a lo elaborado en nuestro imaginario, puesto que tal convencimiento es refrendado tanto por sus emisarios, los sentidos, como por el pensamiento desintegrador. Ambos solo ven parcialmente. Utilizándolos anteponemos nuestras ideas al Mundo, reemplazamos la inmensidad por conceptos, vemos las fabricaciones del divagar aprisionado y fraguamos un sólido espejismo de aislamiento.

      La separación es una idea errónea que provoca el hábito inconsciente de transformar y reducir la realidad, lo cual nos desconecta de ella.

      ¿Estamos entonces irremediablemente condenados a vivir en un sueño empobrecido, mutilado, esquemático, tomado por normal a base de pura costumbre? Muy al contrario, el acceso y la experiencia de Ser constituye nuestra manera natural de existir, una manera radicalmente distinta a la aparente; una manera plena, ilimitada, segura y dichosa, aunque olvidada.

      Ahora vamos a regresar a ella.

      II

      Dentro del velo

      Antes de seguir leyendo cierra los ojos. Permanece así al menos dos minutos.

      …

      [ En la versión impresa, aquí hay páginas en blanco. Se recomienda tener algunas hojas para realizar los ejercicios. ]

      …

      En las páginas en blanco anteriores haz un inventario de lo que has pensado durante este tiempo. Anota las ideas, las imágenes, los recuerdos o los pronósticos que han pasado por tu pensamiento.

      Si no tienes a mano nada con qué escribir, hazlo mentalmente.

      …

      Ahora repasa la lista.

      …

      Tal vez al revisarla hayan surgido otras ideas derivadas de las anteriores. Añádelas a continuación.

      …

      Si apuntaras todo lo que pasa por tu mente, no acabarías nunca. Surgirían cosas como obligaciones por cumplir; lo que has olvidado hacer y sus consecuencias; cuándo vas a llevarlo a cabo, su nivel de urgencia; qué harás cuando algo vuelva a pasar para evitarlo o aprovecharlo; lo que te ha dicho alguien justa o injustamente; el origen de una sensación física; un problema surgido hace tiempo cuya solución no encuentras y cuál podría ser su impacto en el porvenir; un inconveniente ya superado que ha resurgido sin saber cómo; lo fastidioso de algo venidero; cómo debería haberse comportado alguien; de qué careces y cómo conseguirlo; el último placer vivido o uno por llegar; lo inevitable de un acontecimiento futuro; lo virtuoso o lo defectuoso en ti o en otros…

      Pensar es algo que hacemos interminablemente. Para advertirlo, tan solo vuelve a cerrar los ojos y permanece así un minuto más.

      …

      Habrás notado que gran parte de los pensamientos surgen sin saber de dónde, sin mediación de la voluntad, sin que parezca posible pararlos y sin que, en muchas más ocasiones de las que quizá creas, los elijas. Simplemente aparecen al cerrar los ojos.

      Sucede lo mismo con los ojos abiertos, haz la prueba.

      …

      Un buen sirviente y un mal amo

      El cavilar incesante es un hábito profundamente arraigado en la mente humana. Tal fenómeno se produce cuando el pensamiento se separa de la voluntad, es decir, cuando uno1 comienza a pensar sin querer, literalmente sin darse cuenta, o cuando, acostumbrado a pensar de continuo, aun queriendo, no puede dejar de hacerlo.

      En el punto en el cual el divagar y la voluntad de pensar se desligan sucede algo singular: el pensamiento se independiza y se desboca, las ideas brotan, se entrelazan, se ramifican, se extienden, proliferan, cunden, cobran volumen e inercia y discurren autónomamente con enorme e inadvertida fuerza.

      Comprueba si te ha sucedido algo así realizando el ejercicio anterior.

      Una querencia tan común y tan aparentemente inocua como la de pensar sin descanso tiene una relevancia mayor de lo que pueda parecer, porque la masa de especulaciones sueltas llega fácilmente a ocupar la totalidad del espacio interior creando una trama invisible cuyo tamiz filtra todo lo que se escucha, se ve o se siente.

      Entonces, en vez de conducir a tu mente, tu mente te conduce a ti.

      El espejo del mundo

      Un hecho aparentemente trivial como encontrarse con un semejante —no hace falta que sea alguien tan característico como Álex, puede ser cualquier otro— constituye un acontecimiento realmente peculiar, no por lo que sucede fuera de ti, sino por lo que ocurre en tu interior. Es el encuentro con un espejo en cuya superficie se refleja una pequeña porción de la mente llamada pensamiento.

      Al movernos por el mundo topamos con algo intrínseco, aunque lo tomemos por externo. Al mirar hacia el aparente exterior lo que vemos es el conjunto de nuestras ideas. El encuentro con lo que llamamos entorno es una confrontación extraordinaria e inadvertida con un orbe propio prefigurado antes de mirar.

      Si es así, ¿cómo saber si lo que vemos es falso o no?

      Antes de responder a esta pregunta, sopesa lo siguiente: cualquier cosa que permitas entrar en tu mente será real para ti2.

      …

      El mundo que ves es el conjunto de tus ideas

      Cuando el pensamiento invade la consciencia adquiere un poder realmente notable, porque nos hace ver el entorno tal y como lo hemos concebido. Toda vez que predomina en la mente generamos experiencias tan reales en nuestro interior