Violencia contra los periodistas. Marisol Cano Busquets. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Marisol Cano Busquets
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Социология
Год издания: 0
isbn: 9789587812992
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defienden alguna forma de libertad para expresar opiniones en un foro público sin retaliación, al mismo tiempo que el debate público abierto debe conducir a la verdad (Christians et al., 2009, p. 72).

      Ahora bien, el componente del interés público es señalado como uno de los pilares en la toma de decisiones de los medios informativos sobre los contenidos que publican y como premisa que guía en general la labor de los periodistas. A su vez, se utiliza “como un dispositivo ideológico para ocultar ambiciones regulatorias injustificadas por parte de los gobiernos o como arma para defender la libertad de expresión o de la empresa comercial” (McQuail, 1998, p. 27). El interés público comporta para los medios informativos los ejercicios de autorregulación y rendición de cuentas, cada vez más demandados por la sociedad.

      El pensamiento en el trasfondo del tema es si la libertad de publicar, aun cuando lesione a individuos, puede ser justificada; y estaría justificada solamente cuando es posible argumentar que existe un verdadero interés público. En este contexto, el interés público se refiere a aquellos asuntos que incrementan la transparencia, exponen irregularidades o comportamientos criminales, apoyan la rendición de cuentas y la responsabilidad de los poderes políticos y económicos, expresan la opinión pública y protegen el interés de los ciudadanos. (McQuail, 2013, p. 30)7

      Lo que interesa reafirmar en este trabajo es que el componente del interés público establece una estrecha relación con la crítica abierta y el debate activo en la esfera pública (McQuail, 1998, p. 453).

      1 Traducción libre de la autora.

      2 Traducción libre de la autora.

      3 Traducción libre de la autora.

      4 Traducción libre de la autora.

      5 Traducción libre de la autora.

      6 Traducción libre de la autora.

      7 Traducción libre de la autora.

       El periodismo: un campo en disputa

      Se habla del periodismo como la práctica de indexar el presente debido a que el fruto de su trabajo cotidiano se convierte en historia. De ahí que el campo periodístico sea un asunto central en la constitución de la sociedad moderna y que su estudio sea esencial para entender la cultura contemporánea (Hanitzsch, 2011, p. 491).

      Una buena parte de las investigaciones contemporáneas en los estudios del periodismo ha estado influenciada, precisamente, por la teoría de los campos de Pierre Bourdieu, lo que ha dado lugar a trabajos sobre el lugar del periodismo en las sociedades modernas, la composición y la estructura de este campo, las tendencias y las fuerzas que afectan la autonomía de los periodistas, las rutinas y funciones, la doxa periodística, el habitus de las noticias y el periodismo como capital cultural (Benson y Neveu, 2005; Bourdieu, 1998, 2005; Schultz, 2007).

      Bourdieu (2005, p. 30) caracteriza los espacios sociales como campos donde las fuerzas de varios actores luchan por la preservación o la transformación del campo. Desde la perspectiva de este autor, pensar en términos de campo es pensar relacionalmente. Todas las posiciones en lucha están definidas por sus relaciones con otras posiciones en el campo, y son esas relaciones entre posiciones las que constituyen el campo. Cada campo social tiene sus lógicas específicas y opera con unas ciertas leyes y convenciones, normas de práctica y criterios de evaluación, lo que en el periodismo puede asimilarse a sus valores y principios fundamentales. Si el periodismo ha emergido como campo es porque se ha diferenciado de otros campos en cuanto a la esfera de acción.

      Según Bourdieu la estructura del campo está determinada por las fuerzas en conflicto que afectan su autonomía o que determinan su subordinación, considerando que la autonomía profesional es mayor cuando el capital simbólico del periodismo domina sobre las fuerzas comerciales (Bourdieu, 2005, p. 41). Sin embargo, otros autores argumentan que el mapa del campo se traza de acuerdo con las dinámicas relaciones que se dan entre los diversos grupos de profesionales del sector a partir de sus propias percepciones sobre las funciones del periodismo en la sociedad, las que, a su vez, se ven influenciadas por los contextos en los que trabajan los periodistas en los diferentes países (Hanitzsch, 2011, p. 478). Entre los aspectos que influyen en la estructura del campo periodístico están la autonomía, las influencias externas (fuerzas políticas y comerciales) y la propiedad de los medios (Hanitszch, 2011, p. 482). Lo anterior se ha hecho evidente en los resultados de investigaciones recientes que se enfocan en estudiar sistemas mediáticos y aportar visiones sobre distintas culturas periodísticas en el mundo (Donsbach y Patterson, 2004; Hallin y Mancini, 2004; Hallin y Mancini, 2012; Hanitzsch y Mellado, 2011; Weaver, 1998).

      Como campo de producción cultural y como campo de poder, el periodismo se mueve entre dos polos: uno más intelectual, en el que existe mayor independencia de los poderes políticos y económicos, y otro más económico, en el que se depende de los poderes comerciales (Bourdieu, 2005, p. 41). El periodismo, desde esta perspectiva, puede ser considerado un espacio social estructurado y, por tanto, su naturaleza dinámica está influenciada por las relaciones permanentes de desigualdad dentro del mismo espacio. El periodismo se puede considerar, entonces, como un campo en disputa.

      El campo del periodismo, en esta perspectiva, muestra a comienzo del siglo XXI una progresiva pérdida de autonomía debido a la incidencia de las fuerzas del mercado, las transformaciones en la propiedad de los medios y los imperativos tecnológicos. La influencia de los estudios de audiencias y las presiones económicas a las que están sometidas las empresas periodísticas han incidido en esta cuestión también, hasta el punto de que la demagogia encarnada por los ratings llega a destruir las conquistas de la autonomía (Bourdieu, 2005, p. 42). Esto ha contribuido, efectivamente, a una desestabilización de las fronteras del campo (Hanitzsch, 2011, p. 479).

      La autonomía en periodismo se refiere a aquella capacidad de los periodistas de hacer su trabajo con una gran discrecionalidad individual y respetando estándares profesionales, es decir, se refiere a la libertad de moldear el propio trabajo sin estar controlado por fuerzas internas o externas (Örnebring, 2010, p. 569). Un alto grado de autonomía es visto como un elemento de gran importancia para que el periodismo pueda cumplir con sus funciones democráticas (Örnebring, 2010, p. 572). Pero ¿qué hace al periodismo libre y autónomo? ¿Puede el periodismo ser libre bajo un régimen de restricciones políticas o cuando está sujeto a presiones comerciales y del mercado? ¿Puede el periodismo cumplir con sus funciones de vigilante del gobierno y ser al mismo tiempo demandado por difamación por parte de los funcionarios públicos? ¿Puede ser libre el periodismo si se intimida a quienes lo ejercen o se les ataca aun llegándoles a quitar la vida para silenciarlos?

      El periodismo, de alguna manera, está atrapado en medio de la competencia entre el imperativo de la libertad de prensa y el imperativo de las leyes del mercado (Champagne, 2005, p. 48). Para este trabajo doctoral cobra relevancia ese polo más intelectual del campo del que habla Bourdieu, así como la inclinación hacia ese perfil social del periodista que está más cerca de los prestigiosos roles del reportero que muchas veces paga con su vida por hacer la cobertura de los conflictos, del periodista investigativo que desvela escándalos y con ello sirve a la democracia o del comentarista de asuntos políticos que censura o alaba el comportamiento de las autoridades, que del que se inclina al lado oscuro del periodismo que se hace evidente en prácticas corruptas, que invade la privacidad o que trabaja con propósitos mercenarios (Champagne, 2005, p. 48).

      A Bourdieu le preocupa la pérdida de autonomía del campo periodístico por la incidencia que esta tiene en la autonomía de otros campos. La hipótesis que plantea Bourdieu, muy demostrada, como él mismo lo plantea, es que el campo del periodismo, que cada vez está más subordinado y sujeto a restricciones económicas y políticas, está también, cada vez más, imponiendo esas restricciones a todos los otros campos, en particular al de la producción cultural, pero de igual forma al de las ciencias sociales, la filosofía y la política (Bourdieu, 2005, p. 41).

      Dos formas de poder o, en términos de Bourdieu, “capital” son cruciales en la sociedad: el económico y el cultural. El capital