• Antioxidante. Sin antioxidantes, el oxígeno de la atmósfera nos quemaría lentamente. Es fundamental que el cuerpo mantenga la oxidación bajo control.
• Formación de colágeno. El colágeno es una proteína estructural importante para los tejidos conjuntivos del cuerpo. En el escorbuto, la carencia de vitamina C es lo que hace que el colágeno de los tejidos se rompa muy gravemente.
• Devorador de histamina. Cada molécula de vitamina C destruye una molécula de histamina. Los tejidos sangrantes y la distensión de las fibras de colágeno en el escorbuto son provocados por la acumulación de histamina en el cuerpo, que no contiene la suficiente vitamina C.
El ácido ascórbico es muy seguro. Siempre me ha desconcertado que la profesión médica estuviera muy dispuesta a inventar tantas propiedades tóxicas, cuando la vitamina C no tiene ninguna. Las informaciones manipuladas y falsas predominan, y la profesión sigue considerando esos mitos como verdades; eso es algo que puede cambiar al leer este libro. Por ejemplo, la vitamina C no provoca cálculos en el riñón, ni anemia perniciosa, y no vuelve estériles a las mujeres. La vitamina C no acortó la vida de Linus Pauling, como afirmaba el doctor Herbert: de hecho, Pauling vivió dieciocho años más tomando vitamina C que Herbert sin ella.
El doctor Stone afirmó una y otra vez que se debería clasificar a la vitamina C como un nutriente importante, que necesitamos en cantidad y que no podemos fabricar, y no como una vitamina. Si quieres estar verdaderamente sano, debes ingerir suficiente vitamina C. Después de haber leído este libro sabrás por qué y cuánta debes tomar. Tengo noventa años, he venido consumiendo vitamina C desde hace más de cincuenta y así pienso seguir por siempre jamás. Ha sido también excelente para mis pacientes, pero no tanto para mi consulta: los pacientes recuperan la salud demasiado rápidamente.
Prefacio
La investigación sobre la vitamina C progresa rápidamente, a pesar de que no recibe financiación por parte de la medicina convencional para llevar a cabo estudios sobre sus aplicaciones clínicas. Como se verá, la vitamina C (ácido ascórbico) ha demostrado que es altamente eficaz como antioxidante en las infecciones, el resfriado común, las enfermedades cardíacas y el cáncer. Incluso a dosis muy altas, es segura y no tóxica, a pesar de todas las historias de miedo que hayas oído o leído en los medios de comunicación.
El objetivo de este libro es narrar la historia de cómo ha surgido la controversia sobre la vitamina C, y de cómo continúa, mientras que las evidencias demuestran la validez de la estrategia ortomolecular (megavitamínica). Esta historia relata los valientes esfuerzos de científicos y médicos pioneros en la investigación sobre esta vitamina. Implica también el conocimiento de las influencias políticas y económicas en la medicina moderna. Y, finalmente, ahí están los asombrosos resultados de los estudios sobre la vitamina C, que demuestran la eficacia de esta notable molécula.
Desde sus orígenes hace varias décadas, la medicina ortomolecular, que usa la nutrición como medio de prevenir o curar las enfermedades, ha sido considerada por el estamento médico como un asunto altamente controvertido. Este rechazo de la estrategia ortomolecular tiene pocas bases científicas y refleja que hay un sesgo en el corazón del sistema establecido. En este libro demostramos que las afirmaciones sobre la vitamina C han sido un área de disensión primordial entre la medicina convencional y la medicina ortomolecular.
La disparidad entre los informes clínicos halagüeños sobre la vitamina C y las insignificantes investigaciones subsiguientes es enorme. Los resultados clínicos, bien documentados, indican que el ácido ascórbico, en grandes cantidades, es un antibiótico eficaz contra las infecciones, tanto víricas como bacterianas; que, asimismo, es un agente anticancerígeno sin toxicidad, que avergüenza a la quimioterapia convencional, y que también es una cura para las enfermedades del corazón. Estas afirmaciones se consideran absurdas por parte de la medicina convencional, lo que constituye un punto de vista que carece totalmente de base científica. El sistema establecido, al no financiar ni llevar a cabo experimentos sobre el papel clínico de los niveles ortomoleculares de los nutrientes, continúa eludiendo la realidad científica.
Sostenemos que, algún día, la medicina que no incluya la terapia de la vitamina C será comparada a los partos sin higiene o a la cirugía sin anestesia.
Capítulo 1
Una molécula notable
La insensatez consiste en hacer las mismas cosas una y otra vez y esperar que haya resultados diferentes.
Las vitaminas son fundamentales, porque sin ellas la gente sufriría de mala salud o incluso llegaría a morir. Puesto que se ha definido a las vitaminas como algo indispensable, todas ellas son, en cierto sentido, igualmente importantes. No obstante, de algunas se necesitan cantidades mayores que de otras, y más frecuentemente. Cuando hemos preguntado a los nutricionistas cuál sería el nutriente individual que escogerían si solamente pudieran elegir uno, casi todos se decantaban por la vitamina C. Esto no se debe solo a la popularidad de esta vitamina, sino que refleja el papel generalizado que interpreta en la salud y en la enfermedad.
Un relato completo de la vitamina C nos lleva a un viaje por la evolución, así como a la historia humana reciente, e incluye la psicología y el control social de las instituciones. La vitamina C abre una ventana sobre los errores y las confusiones que abundan en la medicina convencional. La verdadera historia de la vitamina C tiene que ver no solamente con la historia de los valerosos médicos y científicos que quieren sacar la verdad a la luz, sino también con las presiones y las maquinaciones que se ejercen sobre los médicos, lo que hace que seguir el camino científico les sea tan difícil.
Conceptos básicos sobre la vitamina C
La vitamina C es una molécula pequeña, una sustancia cristalina blanca de estructura semejante a la glucosa. Es una molécula simple, llamada ácido ascórbico o ascorbato, compuesta de seis átomos de carbono, seis de oxígeno y ocho de hidrógeno, enlazados por uniones químicas. Es un ácido débil y tiene un sabor ligeramente ácido, pero muchos suplementos alimenticios utilizan formas salinas (ascorbato de sodio, ascorbato de calcio o ascorbato de magnesio), que son neutras o ligeramente alcalinas, más que ácidas, y que pueden ser más indulgentes con los estómagos sensibles. El ácido ascórbico tiene aproximadamente el mismo nivel de acidez que una fruta cítrica o un refresco de cola. En nuestros alimentos se puede encontrar algo de vitamina C (especialmente en las frutas y verduras), pero una dieta normal no proporciona cantidades suficientes para lograr una salud óptima.
La vitamina C desempeña muchas funciones en el cuerpo. Los huesos y sus ligamentos y tendones conectores reciben su fuerza de una larga molécula proteínica, alargada como una cuerda, llamada colágeno. El colágeno es una proteína estructural que actúa como las fibras incrustadas en los compuestos de fibra de vidrio, y la vitamina C es vital para la producción del colágeno por parte del organismo. La ausencia de vitamina C causa el escorbuto, que origina encías esponjosas, dientes aflojados y membranas mucosas dolorosas y sangrantes. Varios de estos síntomas se producen por falta de colágeno y de tejido conjuntivo en los vasos sanguíneos, que se vuelven frágiles e incapaces de responder adecuadamente a la presión sanguínea y a otras tensiones.
La vitamina C tiene un papel protector del cerebro y del sistema nervioso sobre los efectos negativos del estrés. La síntesis y el mantenimiento de los mensajeros químicos (neurotransmisores), la adrelina (epinefrina) y la noradrelina (norepinefrina), dependen de un suministro adecuado de vitamina C. Esos neurotransmisores son vitales para el funcionamiento del cerebro y tienen un notable efecto en el estado de ánimo de la gente. Funcionan como hormonas señalizadoras del estrés y se producen en las glándulas adrenales (suprarrenales), de donde deriva su nombre. Las glándulas adrenales y el sistema nervioso central mantienen altos niveles de vitamina C por medio de bombas celulares especiales, que absorben la vitamina cuando hay deficiencia de ella en el cuerpo.
El ácido ascórbico también se necesita para la síntesis de la carnitina, una pequeña molécula involucrada en el transporte de las grasas (lípidos) a los mitocondriones, u «hornos», de