Muchos de los textos reunidos en este tomo fueron presentados –en versiones resumidas y condensadas–, junto con alrededor de otras cuarenta ponencias, en la «Conferencia Internacional Walter Benjamin: convergencias entre estética y teología política», realizada en octubre de 2010 en Santiago de Chile y organizada por la Universidad de Chile y la Universidad Diego Portales.
Los criterios de selección de estas ponencias para ser presentadas en forma de artículos más extensos, presentes en este libro, fueron por un lado temáticos: reunir artículos estrechamente vinculados a la problemática de la relación entre política, teología y estética, temas que constituían el eje central del evento. Junto a este criterio nos pareció importante presentar en esta selección diferentes estilos de recepción de la obra de Benjamin, acoplando reconocidos especialistas internacionales de Alemania, Estados Unidos y España que aún no están presentes suficientemente en la discusión alrededor del pensamiento benjaminiano en Chile, junto con jóvenes estudiosos de su obra en Chile, Alemania y Francia. Tenemos la esperanza de que, en su conjunto y a la manera de los Gehilfen de Kafka, este volumen pueda servir a los futuros intérpretes de la obra de Benjamin.
Horst Nitschack y Miguel Vatter, julio de 2018
1 Walter Benjamin lo cita en su ensayo sobre Kafka (FK: GS II-2, 435) (CV: 1991, 158-159). Este aforismo de Kafka en: Er. Aufzeichnungen aus dem Jahre 1920 (El. Anotaciones del año 1920). Frankfurt: Suhrkamp, 1970, 210-211.
2 Walter Benjamin, La Dialéctica en suspenso. Fragmentos sobre historia. Traducción, introducción y notas de Pablo Oyarzún Robles. Santiago: Ediciones LOM, 2005, p. 22.
3 Walter Benjamin, «El narrador». Introducción, traducción, notas e índices de Pablo Oyarzún R. Santiago: Ediciones Metales Pesados, 2008, pp. 8-13, 25-30, 49.
4 Samuel Weber, Benjamin’s Abilities. Cambridge: Harvard University Press, 2008.
5 Walter Benjamin, La Dialéctica en suspenso, 27.
6 Véase ahora en esta dirección: Astrid Deuber-Mankowsky, Der frühe Walter Benjamin und Hermann Cohen: Jüdische Werte, Kritische Philosophie, vergängliche Erfahrung (Berlin: Vorwerk 8, 2000); Pierre Bouretz, Témoins du Futur. Philosophie et messianisme (Paris: Gallimard, 2003); Emmanuel Taub, Mesianismo y redención. Prolegómenos para una teología política judía (Buenos Aires: Miño y Dávila, 2013); y Miguel Vatter, «Cosmopolitan Political Theology in Cohen and Rosenzweig», Philosophy Today 60: 2 (2016), 295-324.
7 Véase ahora la trilogía de James Martel, Textual Conspiracies. Walter Benjamin, Idolatry, and Political Theory (Ann Arbor, MI: University of Michigan Press, 2011); Divine Violence: Walter Benjamin and the Eschatology of Sovereignty (London: Routledge, 2012); The One and Only Law: Walter Benjamin and the Second Commandment (Ann Arbor: University of Michigan Press, 2014).
8 Giorgio Agamben, Lo abierto. El hombre y el animal. Valencia: Pre-Textos, 2005.
9 Véase Howard Eiland y Michael W. Jennings, Walter Benjamin. A Critical Life. Cambridge: Belknap Press, 2014, pp. 203-214.
10 Uwe Steiner, «The True Politician: Walter Benjamin’s Concept of the Political», en New German Critique n°.83 (2001), pp. 43-88.
11 «Menschen als Spezies stehen zwar seit Jahrzehntausenden am Ende ihrer Entwicklung; Menschheit als Spezies aber steht an deren Anfang. Ihr organisiert in der Technik sich eine Physis, in welcher ihr Kontakt mit dem Kosmos sich neu und anders bildet als in Völkern und Familien…. In den Vernichtungsnächten des letzten Krieges erschütterte den Gliederbau der Menschheit ein Gefühl, das dem Glück der Epileptiker gleichsah. Und die Revolten, die ihm folgten, waren der erste Versuch, den neuen Leib in ihre Gewalt zu bringen. Die Macht des Proletariats ist der Gradmesser seiner Gesundung. Ergreift ihn dessen Disziplin nicht bis ins Mark, so wird kein pazifistisches Raisonnement ihn retten. Den Taumel der Vernichtung überwindet Lebendiges nur im Rausche der Zeugung.» (GS IV/1, 147-8).
12 Sobre este no-encuentro véanse los ensayos en Andrew Benjamin y Dimitris Vardoulakis (eds.), Sparks will Fly: Benjamin and Heidegger, en Albany: SUNY Press, 2016, que contiene la versión inglesa del ensayo de Ferris.
La religión como la «totalidad de la experiencia».Religión y experiencia en los escritos juveniles de Walter Benjamin
Gabriel Amengual
De entre los grandes temas del pensamiento de Benjamin –como son el arte y los medios de comunicación, el lenguaje y la tradición, la narratividad y la traducción, la memoria y la historia, la política y el mesianismo–, dos son los que destacan en sus escritos juveniles: la religión (el judaísmo, el sionismo cultural) y la experiencia13. Y ambos temas están íntimamente relacionados. Así, su primer escrito, «Los tres buscadores de religión» de 1910 (DdR: GS II/3, 892/894), publicado a sus 18 años en una revista juvenil, una leyenda con fuerte carácter simbólico, tiene ya como tema la religión desde un enfoque radicalmente experiencial, puesto que su tema no es otro que la búsqueda de la verdadera religión, búsqueda que se lleva a cabo en la vida, pues la vida misma es esta búsqueda.
Ya antes había tenido una experiencia que le marcó de por vida (1905/06), a saber, el contacto con el pedagogo Gustav Wyneken (1875-1964) y su comunidad escolar de Wickersdorf14. Así lo recordará en su correspondencia (1912-13) (GB: Briefe I, 61-88) con el amigo Ludwig Strauss (1892-1953):
Yo fui educado liberal […]. Mi vivencia espiritual decisiva la tuve antes de que el judaísmo fuera para mí importante o problemático. Lo que de él realmente conocía era solamente el antisemitismo y una piedad indeterminada (GB: Briefe I, 69).
Benjamin además señaló:
(El judaísmo) como religión me era lejano, como algo nacional desconocido. La influencia decisiva fue esta: en una residencia/escuela de campo (internado) en la que pasé un año y tres trimestres importantes, el fundador posterior de la comunidad escolar libre de Wickersdorf, Dr. Wyneken, fue mi maestro15 (GB: Briefe I, 70).
Esta experiencia pedagógica le marcó incluso su modo de vivir el judaísmo, que se caracterizó por la dualidad: no quería ni ser un asimilado, en el sentido de olvidar el legado judío, ni tampoco quería emigrar de Europa. «Para mí es ocioso preguntarse si el trabajo judío en Palestina o en Europa es más urgente. Estoy ligado aquí. Mal le iría a Europa si se perdieran las energías culturales de los judíos» (GB: Briefe I, 71). «En todas partes El sionismo cultural ve valores judíos y los trabaja. Aquí quiero estar yo» (GB: Briefe I, 72). Esa fue la experiencia que le enseñó que él, como judío, era diferente; su ser judío se lo enseñó la experiencia, pues él partía de un ambiente asimilado y prácticamente sin vivencia religiosa ni cultural del judaísmo, pero en el trato con los demás fue percatándose de la diferencia que le caracterizaba, de que se daba en la realidad esta dualidad, que después se empeñó en vivir y en hacer fructífera.
En 1912, entre la primera y la segunda carta a Strauss, Benjamin redacta un escrito, que quedó inédito, que ha sido calificado como «la