Esperanza, pero no para nosotros. Capitalismo, técnica y estética en Walter Benjamin. Horst Rolf Nitschack Nitschack. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Horst Rolf Nitschack Nitschack
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9789560014276
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modernidad apunta hacia un concepto biopolítico de «sobrevida» o «vida sobrenatural» en una sociedad caracterizada por el fetichismo de la mercancía y la producción de lo siempre-igual.

      El ensayo de Miguel Vatter explora estos temas en relación a los escritos de Benjamin sobre Goethe y Baudelaire. Se trata de delinear la crítica de Benjamin al heroísmo antiguo, en el cual la vida «natural» del hombre se enfrenta al destino por medio del cumplimiento de tareas «sobrehumanas» en contraposición al heroísmo moderno, basado en la intuición de que «la vida humana no se puede considerar por analogía con una obra de arte», como queda dicho en el ensayo sobre Las afinidades electivas. Para el heroísmo moderno se trata, en vez de rescatar una forma de vida más allá de la necesidad y culpa impuestas por el capitalismo, de aquella necesidad y culpa recubiertas por el ideal de la belleza.

      Si el ensayo de Vatter toma como trasfondo la teoría de la tragedia nietzscheana, el ensayo de Felipe Kong retoma el problema del eterno retorno y de la repetición en una interpretación de Blanqui y su tratado de cosmología La eternidad por las estrellas. El ensayo discute las razones del interés otorgado por el último Benjamin al más famoso revolucionario del siglo XIX, mostrando las posibilidades emancipadoras de un pensamiento de la «vida eterna de la naturaleza» con tal que esta eternidad se pueda conjugar con el momento de la decisión política, de la lucha de clase y del Jetztzeit mesiánico.

      Después de la lectura de los ensayos dedicados a Scheerbart y Blanqui, no debiera caber más dudas acerca de la visión estrictamente cosmopolítica de Benjamin. Y no es ninguna casualidad que en la tesis dieciocho de Sobre el concepto de historia, la imagen cosmológica sea nuevamente la clave para entender las intuiciones de Benjamin: «Así, el tiempo-ahora, que en cuanto modelo del mesiánico resume toda la historia de la humanidad en una gigantesca abreviatura, viene a coincidir exactamente con la figura que la historia de la humanidad compone en el universo en su conjunto». (ÜBG: GS I, 703) (SCH: Obras I/2, 317).

      Esta tesis permite conectar la dimensión cosmológica a la dimensión histórica y mesiánica del concepto de Jetztzeit en Benjamin. Tal es el tema del ensayo de Nassima Sahraoui, quien se aproxima a dicho concepto a través de la deconstrucción del presente en Derrida. De manera original e inspiradora, el ensayo de Sahraoui pone en contacto la idea de Jetztzeit en tanto apokatastasis o recapitulación de todo el pasado en una constelación o cristal, en una imagen dialéctica que pueda hacer «saltar» el continuum de la historia y su obsesión con el progreso, con la idea de violencia divina en tanto suspensión del derecho y advenimiento de la justicia.

      En sus reflexiones alrededor del concepto de «potencia», Gonzalo Zapata se pregunta por «el lugar de la oscuridad», siempre vinculada con la imagen, y la relación entre «imaginación y memoria». Benjamin , en el pensamiento desarrollado en su lectura de las Afinidades afectivas de J.W. Goethe, pregunta por las fuerzas, la potencia que hace emerger la oscuridad, lo demónico, pero también la imagen, la obra de arte. La supervivencia (Nachleben) como condición de la creación y como su resultado a la vez. La supervivencia que siempre aparece de nuevo en las imágenes, en imágenes completamente contingentes y no obstante similares, como para E. Haeckel el cabello de Anna Sethe en la medusa Desmonema Annasethe. El seguimiento minucioso de Gonzalo Zapata de la importancia de la imagen desde los textos tempranos de Benjamin hasta los tardíos revela la potencialidad salvadora de las imágenes dialécticas, imágenes que relampaguean en los choques y que tienen su «Nachleben» en nuestra memoria. Según Proust sería «la memoria involuntaria», la cual habitan y nos confrontan con el tiempo.

      Matías Ayala compara la mirada de Benjamin sobre la habitación burguesa de la época de Luis Felipe con los espacios donde los poetas latinoamericanos sitúan su burguesía. A la necesidad del espacio protegido contra el mundo del trabajo y la modernidad devoradora en Europa se opone, en América Latina, la construcción de espacios que compensen la sensación de figurar a nivel global como exportadores de materia prima por el placer de convertirse en comprador de los productos más refinados de la modernidad, inclusive su literatura y su poesía. El deseo de la modernidad se convierte, según Matías Ayala, en «deseo de consumo». Los coleccionistas que habitan estos espacios en Europa administran con soberanía el mundo de sus objetos, se sienten «en casa» entre ellos, quienes les hablan y habitan su memoria. El mismo espacio en América Latina acumula referencias a la cultura metropolitana, donde los objetos recuerdan al coleccionista de otros mundos que nunca serán suyos sino que los encierran en un «exilio interior».

      El estudio de Alejandro Fielbaum nos recuerda una dimensión en el pensamiento de Benjamin que ha recibido poca atención por la crítica: el humor y la risa. Las propuestas, cómo situarla y significarla dentro de las experiencias en y con la modernidad, son expresión evidente de las diferentes recepciones del pensamiento de Benjamin y fueron también uno de los puntos de discordia entre él y los representantes de la Escuela de Frankfurt, Adorno y Horkheimer. Fielbaum parte de un resumen extenso de reflexiones filosóficas sobre la risa desde Platón hasta Freud, en cuyo contexto tenemos que entender la originalidad de la propuesta benjaminiana. Desde ahí se arroja una nueva luz sobre su actitud frente a la modernidad y el debate de si al fondo tenemos que interpretarla como un lamento sobre su destrucción del aura o celebración de la técnica. La risa, tal como propone este artículo, es otra estrategia para interrumpir la continuidad de cualquier superioridad asumida o pretendida y de su desestabilización (W. Kraus y B. Brecht). Ella «ha de acompañar la nueva barbarie de la que puede surgir lo nuevo». En las películas de Chaplin, la potencia de la imagen dialéctica «permite diluir la antinomia entre reproducción y experiencia», produciendo tanto una risa de los medios como con los medios. Esta ambivalencia puede significar para el público un alivio del aburrimiento a corto plazo o estimular una risa liberadora dispuesta a romper la continuidad de lo siempre igual.

      La última parte de nuestro volumen está dedicada al Libro de los pasajes de Benjamin, su obra inconclusa. Al contrario de los escritos juveniles, la obra fragmentada del último Benjamin ofrece un corpus que está todavía muy lejos de ser analizado y comprendido con la misma profundidad de aquellos. Los ensayos de Michael Jennings, Marc Berdet y Horst Nitschack aportan luces sobre conceptos fundamentales en esta obra que no se encuentra muy elaborada en los estudios sobre Benjamin en castellano.

      El ensayo de Jennings, que publicamos en su primera traducción al español, es considerado un aporte fundamental a los estudios benjaminianos por su reconstrucción rigurosa de la lógica tras el proyecto del libro Charles Baudelaire, un lírico en la época del alto capitalismo, que debía de ser «la declaración de madurez definitiva de Benjamin». Jennings argumenta cómo Charles Baudelaire nos ofrece la manera más sistemática para entrar en el laberinto del Libro de los pasajes, gracias a su hilo conductor, el surgimiento del fetichismo de la mercancía. El ensayo de Jennings se conecta con el tema de la repetición cuando argumenta que en el libro sobre Baudelaire tal fetichismo se articula a través de la antinomia entre lo nuevo y lo siempre igual, es decir, a través de las «alegorías cosmológicas» relacionadas al eterno retorno en Nietzsche y Blanqui.

      El ensayo de Berdet aporta una valiosa y original contribución al problema de la estructura de El libro de los pasajes. Berdet argumenta que Benjamin no es neutral frente a la contraposición entre las figuras del flaneur y del trapero como dos maneras de exhibir la verdad del fetichismo de la mercancía, sino, por el contrario, la figura del flaneur corresponde a la forma en que Benjamin entendía el proyecto de los pasajes durante la segunda mitad de los años veinte para después optar, en los años treinta, con el surgimiento del fascismo y nacional-socialismo, hacia la figura del trapero como fundamental para entender el «método» detrás del «montaje» que debía de ser El libro de los pasajes. Según la hipótesis de Berdet, si bien el flaneur ocupa un lugar importante en el libro sobre Baudelaire, este libro no sería la forma definitiva que debía asumir el proyecto de los pasajes, cuya forma debía ser menos rapsódica a través de un método materialista, cuyo representante sería la figura del trapero.

      Nitschack retoma el tema de la experiencia en Walter Benjamin, argumentando que en el choque se revela para Benjamin la contradicción de la modernidad. La modernidad de la vida urbana acelerada y los aparatos técnicos exponen al individuo