Teatro aplicado en educación. Varios autores. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Varios autores
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9789561427952
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Drama Educación, definiéndolos de la siguiente manera:

      •Teatro en la Educación. Nombre dado a un tipo particular de teatro practicado por compañías profesionales de teatro o equipos que trabajan específicamente en la elaboración de proyectos educativos dirigidos al ámbito escolar.

      •Drama en la Educación o Dramatización. Término que se aplica a la práctica y uso del teatro en el aula, como sujeto y método. Puede ser introducido para entregar cualquier aspecto del plan de estudios y, a menudo, para explorar aspectos transversales. En contraste con el anterior, se basa en el trabajo que realizan profesores, no actores profesionales.

      •Drama Educación. Concepto bastante amplio, utilizado para referirse a cualquier forma de acción que ponga el teatro al servicio de la educación.

      Ahora bien, es posible abordar este complejo panorama conceptual desde su propia trayectoria histórica, ya que de acuerdo a su país de origen el teatro aplicado en educación ha ido adoptando diversos nombres. Motos y Tejedo (2007), por ejemplo, explican estas diferencias en términos de su origen geográfico, así el “juego dramático” (jeu dramatique) procede de países de lengua francesa, la “improvisación” (improvvisazione teatrale) de fuentes italianas relacionadas con la Commedia dell’Arte y la dramática creativa (creative dramatics) o el “drama en educación” (applied drama) de países de habla inglesa. A modo de resumen, en la Figura 2, se encuentra una síntesis de todos los conceptos que han sido relacionados con estas prácticas teatrales, de acuerdo al ámbito cultural en que se han desarrollado. Se debe resaltar, en este punto, que el posicionamiento definitivo de un único término (el de teatro aplicado en educación) permitiría hacer frente a la variedad terminológica existente, facilitando el estudio y la investigación en el área.

      En el mundo anglosajón, donde se encuentran los pioneros en el uso del arte dramático como medio de aprendizaje, el teatro tiene que ver con la representación, con la comunicación entre los actores y el público, mientras que el drama con la experiencia de los participantes (Way, 1967). En Francia, en cambio, se prefiere el término expresión dramática (expression dramatique) para referirse al empleo de la dramatización en la escuela y al uso del juego dramático como una forma de aprendizaje a través de la experiencia, surgida entre los años treinta y cuarenta. En el contexto hispanohablante se prefiere el uso de dramatización, término con el que se introduce en el currículum formal y que no tiene como finalidad formar actores, directores teatrales, escenógrafos, sino lograr que la persona tome consciencia de sí mismo, de los otros y del mundo que lo rodea; es decir, del proceso de crecimiento personal y grupal que se genera a partir del juego teatral (Motos y Ferrandis, 2015). También es extendido el uso de la pedagogía teatral que se identifica como «ciencia y disciplina que se ocupa del estudio sistemático de la educación teatral» (Saura, 2011 en Vieites, 2013) y que, de acuerdo con González (2014), resulta fundamental para la disciplina, pues «organiza los medios, las acciones y los procedimientos, orientando procesos de enseñanza y aprendizaje del teatro en la educación».

      Figura 2. Ámbitos culturales del teatro aplicado en educación

      Fuente: Adaptado de Motos y Ferrandis, 2015 en Sedano, 2016.

      En España, concretamente, se instauró el término “dramatización” como el más difundido a partir de su uso en las leyes educativas. La Ley General de Educación de 1970, los programas renovados de 1981 y finalmente la LOGSE (Ley Orgánica General del Sistema Educativo), reconocieron a la dramatización como un ámbito propio dentro del área de la Educación Artística, junto a la Plástica y la Música. De esta manera, en el contexto peninsular, “juego dramático” y “dramatización” se entienden de modo similar, ya que en ambos el interés reside en el proceso, más que en el producto: su materia propia sería la acción, la búsqueda de la mejora de la comunicación y la potenciación de la creatividad; además del desarrollo de las capacidades perceptivas y expresivas del individuo mediante la exploración de sí mismo y de los demás (Núñez y Navarro, 2007).

      En este sentido resultan esenciales los aportes de Eines y Mantovani (2013), autores de Teoría del juego dramático (1980), obra publicada hace más de 30 años y que aún se encuentra vigente a través de su reedición como Didáctica de la dramatización (1997). En ella, los términos dramatización, juego dramático y dramática creativa son usados como sinónimos en una concepción teórica particular e inédita conocida como “Sistema de teatro evolutivo por etapas” que comprende edades desde los 5 hasta los 13 años. En este proceso expresivo incluyen, también, el nacimiento del juego simbólico que se produciría entre los 2 y 4 años y su continuidad natural, desde los 13 hasta los 17 años, con la llegada de la adolescencia.

      El sistema desarrollado por Eines y Mantovani (2013) ofrece una serie de pasos secuenciados y de pautas para desarrollar la educación teatral en el aula. Se enmarca dentro de la concepción del aprendizaje significativo y de la corriente educativa conocida como “investigación acción”, desarrollada a finales de los años cuarenta, cuya finalidad recuerda los fundamentos mismos del teatro aplicado «cambiar [las] condiciones sociales, profesionales o de aprendizaje [de los individuos] a la luz de la propia reflexión verificada en el contexto de la realidad social en la que están actuando».

      Boquete (2011), por otra parte, especifica las particularidades del juego que define como «una forma innata de aprender; es la capacidad que tiene el ser humano de experimentar y apropiarse de lo que le rodea de una forma placentera […] Es un mecanismo de adaptación y aprendizaje que integra vías de conexión con la cultura y la realidad en la que se está inmerso». El foco en el juego dramático está precisamente en la motivación general de los participantes, quienes son guiados por el profesor mediante el juego colectivo a fin de resolver algún conflicto o situación. El autor describe, además, las ventajas más importantes que posee como método de enseñanza: 1) permite desarrollar reglas que estructuran las actividades de una manera clara y natural, asignando roles definidos y momentos de intervención a cada participante; 2) permiten aumentar la cantidad y calidad del tiempo de práctica autónoma, ya que constituyen actividades ideales para el trabajo en parejas y pequeños grupos, especialmente en grupos numerosos; 3) favorece la creación de una atmósfera de familiaridad y relajación que ayuda a conseguir una dinámica de clase activa y productiva.

      Tabla 1. Diferencias entre juego dramático y teatro

      Eines y Mantovani (2013) concluyen que en el espectáculo teatral tradicional las situaciones son creadas por el director, partiendo de una obra escrita y acabada, mientras que en el juego dramático interesa el proceso o la realización del proyecto que ha propuesto el grupo o clase. El juego dramático posee, así, seis objetivos específicos o finalidades que lo diferenciarían del espectáculo teatral: 1) expresión como comunicación, 2) paso por todos los roles técnicos teatrales,

      3) diferenciar la ficción de la realidad, 4) permanecer en el personaje (rol del actor), 5) desarrollo de la posibilidad de adaptación, 6) combate del estereotipo en el rol técnico del actor.

      Ahora bien, dentro de lo que podríamos llamar como sub-áreas de investigación, existen tres conceptos que han adquirido especial relevancia en el ámbito académico internacional