2. El bloqueo anglofrancés del Río de la Plata
Debemos también recordar que nuestro país sufrió el bloqueo naval anglofrancés del puerto de Buenos Aires y luego la incursión de esta flota combinada, que remontó el río Paraná hacia el norte, tratando de navegar y comerciar libremente por nuestro río y los territorios de las provincias adyacentes. Tuvimos un enfrentamiento conocido como el combate de la Vuelta de Obligado, el 20 de noviembre 1845, en el paraje del mismo nombre ubicado en el norte de la provincia de Buenos Aires, durante el gobierno de Juan Manuel de Rosas. Posteriormente el gobierno británico, como se encontraba aislado internacionalmente respecto a este hecho y enfrentando los firmes reclamos de nuestro gobierno sobre los derechos soberanos de navegación de nuestros ríos, decidió, al igual que Francia, replegar sus fuerzas navales.
CAPÍTULO VII
LA NUEVA RED DE PIRATERÍA BRITÁNICA
El paraíso existe en la Tierra. De hecho, hay más de uno. Nos referimos a los “paraísos fiscales”. Si tuviéramos que encontrarlos, habría que ir en primer lugar a las dependencias británicas, cuyo origen se remonta a la época colonial e imperial y son los territorios que encabezan el último ranking de la plataforma Tax Justice Network, que ha hecho público su estudio en la materia.
Las islas Vírgenes Británicas, Bermuda, islas Caimán, islas Bahamas, islas Seychelles, etc., son la superficie más visible de un iceberg que absorbe cada año el 40% de las inversiones transfronterizas del mundo. En concreto, hay unos 18 billones de dólares que viajan por el planeta hasta encontrar su sitio, en una lista de países donde el impuesto corporativo es del 3% o menos (hasta el 0%).
Las grandes corporaciones y depositantes extranjeros, a través de ellas, evitan pagar al año sus impuestos. “El Reino Unido se lleva la parte del león, en asumir esta responsabilidad, gracias a su red de jurisdicciones satélites. Estas han minado de forma agresiva la capacidad de los gobiernos alrededor del mundo de aplicar impuestos a las multinacionales”. (Ver: “Los territorios británicos se afianzan como los mayores paraísos fiscales del mundo”. Informe de Tax Justice, 2019).
Por ejemplo, las islas Bahamas deben su condición de “paraíso fiscal” a la legislación y tributación favorable para los inversores extranjeros. Esto se debe a que los ciudadanos de las islas, así como los residentes extranjeros, no pagan impuestos sobre los ingresos personales, herencias, donaciones u otras adquisiciones de capital. Además, las Bahamas se erigen como un centro internacional de importantes actividades bancarias, que atrae a las instituciones financieras extranjeras debido a su gran estabilidad tanto política como económica. La democracia parlamentaria lleva instaurada desde hace casi tres siglos y el dólar de las Bahamas posee el mismo valor que la divisa estadounidense.
Más de 250 bancos y sociedades fiduciarias de 25 nacionalidades poseen la correspondiente licencia para operar en Bahamas. La legislación de las islas protege el derecho a la confidencialidad de los clientes de sus bancos.
Seychelles, un conjunto de islas en el océano Índico al este de África, es uno de los tantos estados que se conocen con la denominación de “paraísos fiscales” en el que, por ejemplo, se cierran hoteles por la visita de algún magnate árabe.
En concreto, la “piratería británica” continúa por otros medios, les roban a otros países de esta forma. Las principales características que poseen estos “paraísos fiscales”, son el secreto bancario y la exención de impuestos.
“Estos factores fueron y son fundamentales para que tengan éxito en el planeta, ya que son ideales para el blanqueo del dinero ‘sucio’ de las actividades ilícitas”.
CAPÍTULO VIII
LAS FUERZAS ARMADAS BRITÁNICAS. MANCOMUNIDAD DE NACIONES
Y LOS TERRITORIOS DE ULTRAMAR
Las Fuerzas Armadas Británicas o Fuerzas Armadas de Su Majestad, y también llamadas Fuerzas Armadas de la Corona, comprenden: la Marina Real británica, el Ejército británico y la Real Fuerza Aérea británica y su comandante en jefe ha sido y sigue siendo el monarca británico. En 1982 fue, y ahora lo continúa siendo, la reina Isabel II. La reina es además la gobernadora suprema de la Iglesia de Inglaterra. Los territorios británicos de ultramar (en inglés, British Overseas Territories) son catorce territorios pertenecientes a la Corona británica, pero que no forman parte integrante del Reino Unido. Se trata de colonias que no se independizaron o que votaron para seguir siendo territorios británicos. Diez de esos territorios se encuentran en la lista del Comité Especial de Descolonización de la Organización de las Naciones Unidas y en dicha lista están Las Malvinas.
Estos territorios son los que quedaron de las antiguas colonias de la Corona británica. Durante los siguientes veinte años, después de la Segunda Guerra Mundial y tras la independencia de la India británica (considerada como la posesión británica colonial más importante) en 1947, la mayor parte de los territorios del Imperio alcanzaron plena independencia. Hoy solo 14 antiguas colonias (conocidas desde 2002 como territorios británicos de ultramar permanecen bajo dominio británico y el término “colonias” ya no se utiliza para describir a estas posesiones.
Estos territorios deben ser distinguidos de las dependencias de la Corona —las islas del Canal (Jersey y Guernesey) e isla de Man—, que tienen un estatus distinto con respecto al Reino Unido. Tampoco deben ser confundidos con los reinos de la Mancomunidad de Naciones o Commonwealth.
Hoy la mayoría de los territorios dependientes no son administrados directamente por el Reino Unido, sino que tienen su propio gobierno que las administra, y el Reino Unido se encarga de su protección, de las relaciones exteriores y por supuesto de los asuntos de negocios.
No tienen representación en el Parlamento del Reino Unido y se han rechazado las propuestas para incluirlos como parte del Reino Unido.
A la reina Isabel II se la conoce, en estos territorios, como reina del Reino Unido, a diferencia de lo que sucede en los reinos de la Mancomunidad de Naciones, donde Isabel II es conocida como reina de esos mismos países (ej., en Canadá se la conoce como reina de Canadá, en Australia como reina de Australia).
Cada territorio tiene un gobernador elegido por el monarca del Reino Unido, que trabaja como representante del Gobierno de Su Majestad. Los gobernadores se encargan y tienen el poder de la seguridad en el territorio y de la representación entre el territorio y el Gobierno británico; también se encargan de los asuntos económicos y actúan para hacer cumplir las leyes. Todos los gobernadores suelen proceder del Reino Unido, quien los designa.
Casi la totalidad de los territorios británicos de ultramar son islas (o grupos de islas) con una pequeña población; algunos están en zonas muy remotas del mundo. De los territorios con una población permanente, todos tienen al menos cierto grado de autonomía interna, manteniendo el Reino Unido la responsabilidad de su defensa y de sus relaciones exteriores.
Los catorce territorios de ultramar británicos son:
Acrotiri y Dhekelia
Anguila
Bermudas
Islas Caimán
Islas Georgias del Sur y Sándwich del Sur
Islas Malvinas
Islas Pitcairn
Islas Turcas y Caicos
Islas Vírgenes Británicas
Gibraltar
Montserrat
Santa Elena, Ascensión y Tristán de Acuña
Territorio Antártico Británico (en disputa