Ante la eventualidad del ataque, una de las primeras decisiones de Thatcher fue enviarle un mensaje a su amigo Ronald Reagan para que intentara convencer a Galtieri de que no invadiera las islas.
El 31 de marzo, a las 12:57, la flota cortó las comunicaciones con el continente, cambió el curso de navegación y se dirigió a Puerto Stanley, cambió el nombre de código: de Operación Azul pasó a Operación Rosario.
Luego, Gran Bretaña pidió una urgente reunión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. El mismo día, se le envió un largo cable “S” al embajador Eduardo Roca, instruyéndolo a solicitar el 1 de abril, “en hora que será determinada a vuestra excelencia telefónicamente”, “a fin de llamar la atención del Consejo de Seguridad la situación de grave tensión existente entre la República Argentina y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte”.
En el mismo texto “secreto y muy urgente” —cable 697— se le ordena a Roca que “simultáneamente con presentación nota a Consejo de Seguridad, sugiérese a V. E. (vuestra excelencia) entrevistar a representantes permanentes de China y de Unión Soviética a fin de imponerlos situación. V. E. les señalará que la Argentina confía en seguir contando con el tradicional apoyo de sus países sobre la Cuestión Malvinas”. China y la URSS no votaron por la Argentina.
El 1 de abril de 1982 los diarios ingleses informaban que dos submarinos británicos habían recibido la orden de dirigirse a las “Falklands” en estado de alerta.
El 1 de abril de 1982, el diario La Nación sacó a la calle la edición n.º 39.642, tras 113 años de reconocido periodismo. En la tapa, a cuatro columnas, se leía el título: “Agravose la crisis con Gran Bretaña” y a dos columnas se mostraba una foto de los diarios The Guardian, The Daily Telegraph y The Sun de Londres, en los que se informaba que dos submarinos británicos habían recibido la orden de dirigirse a las Falklands en estado de alerta.
1. La decisión de ocupar las islas
La decisión de “ocupar las islas Malvinas” fue adoptada porque, como se comentó antes, existía desde diciembre de 1981 la idea de que para llegar a negociaciones exitosas con Gran Bretaña iba a ser necesario hacer uso del poder militar. La decisión se adoptó con rapidez, puesto que ya estaba planeada la ocupación, lo que permitía cumplir la etapa inicial. Pero nunca se planificó cómo defender las islas una vez ocupadas.
Antes de analizar con más detalle esta crucial decisión, queremos hacer referencia a la fuente de la que se obtuvo esta información. Se trata del Informe producido por la Comisión de Análisis y Evaluación de las Responsabilidades del Conflicto del Atlántico Sur, en el que constan gran parte de los documentos originales y las declaraciones tomadas. Según este documento, de público acceso, conocido como el Informe Rattenbach (capítulo IV, pág. 59), la decisión de ocupar las islas Malvinas, tenía por objeto:
a. AFIRMAR Y DEFENDER la posición argentina en Georgias.
b. IMPEDIR que Gran Bretaña militarizara las islas y estableciera un sistema de defensa naval y aéreo.
c. IMPEDIR el refuerzo de la posición británica en la zona, ya que esto incidiría en forma negativa sobre los derechos, estrategias, posiciones y objetivos de la Argentina en el Atlántico Sur y en la Antártida.
d. ACTIVAR las negociaciones y MEJORAR la posición negociadora argentina.
Esta decisión no resiste un análisis lógico, pues la acción de ocupar las islas no resultaba APTA por sí sola para cumplir con el ambicioso propósito enunciado anteriormente.
Lo concreto consistió en que nunca se pensó en una reacción británica de la magnitud que esta tuvo. Así lo pusieron de manifiesto los excomandantes en jefes de las Fuerzas Armadas en el concepto de la Operación. “La ocupación de las islas NO TENÍA como propósito INICIAR UNA ESCALADA BÉLICA, ni dar por terminadas las negociaciones, ya que esa no era la medida más aceptable para el logro del objetivo político”.
A su vez, en el cap. I, págs. 65/66, han señalado:
“Analizadas las capacidades del enemigo, factores de fuerza y debilidades de Gran Bretaña, resultaba evidente que LUEGO DE LA OCUPACION DEBÍA ENCAMINARSE EL PROCESO HACIA UNA NEGOCIACIÓN”.
“MANTENER UNA GUARNICIÓN ESPECIAL REDUCIDA, hasta llegar a un ACUERDO NEGOCIADO con Gran Bretaña, no hará necesaria UNA GRAN PRESENCIA DE FUERZAS”.
Como manifiesta el Informe Rattenbach, esto último resultó ser una contradicción con lo que se había expresado antes (consolidar, impedir, defender, etc.) y también nosotros agregamos: que fue un equivocado razonamiento, porque desconocía el histórico accionar británico y, por sobre todo, que Gran Bretaña no podía aceptar la recuperación nuestra por las armas, y luego tener que negociar la soberanía de las islas, una situación que se le podría replicar en los demás territorios coloniales que poseía.
2. El Operativo “Rosario”. Desembarco en Malvinas
El operativo de desembarco en Malvinas fue denominado “Rosario” en homenaje a la Virgen del Rosario. Para darle una mejor comprensión a dicho operativo, hemos elegido describir día por día los principales acontecimientos que se sucedieron cronológicamente, tanto desde el lado de la Argentina, como de Gran Bretaña; por su importancia, se incluyeron algunos días antes del desembarco, hasta que se enarboló nuestra bandera en Puerto Argentino. Los datos que figuran aquí fueron extraídos mayormente del ya mencionado Informe Rattenbach.
19 de marzo. Desembarca en las islas Georgias el Bahía Buen Suceso con 41 operarios, para realizar tareas de desguace de instalaciones. Se produce el izado de una pequeña bandera argentina. Cuatro hombres del British Antartic Survey exigen que se la arriarara, que volvieran a cargar el material desembarcado al buque y se trasladaran a la capital de las Georgias, Grytviken, para solicitar el permiso de desembarco. La bandera es arriada.
20 de marzo. El gobernador de las islas Rex Hunt informa a Londres que un grupo de civiles y militares había desembarcado en Puerto Leith (Georgias), izado una bandera argentina y efectuado disparos de armas de fuego. Expresó que la Armada Argentina utilizaba el desguace para encubrir su presencia en la isla. El embajador británico en Buenos Aires solicita al gobierno argentino retirar a la gente desembarcada y al buque de guerra, de lo contrario se tomarían las medidas del caso. La Argentina responde que el buque Bahía Buen Suceso no era de guerra, sino de transporte, y que zarparía de Leith el día 21, al completar su descarga, y que además no había militar alguno allí.
21 de marzo. Emprende el regreso el ARA Bahía Buen Suceso, y quedan los trabajadores que siguen con sus tareas. Zarpa de Malvinas el buque HMS Endurance (británico) con 22 marines a bordo.
22 de marzo. La prensa británica califica las acciones como una “invasión argentina a las Georgias”. El gobierno argentino logra aclarar la situación, y el embajador inglés declara que el incidente ya estaba superado.
23 de marzo. Londres ordena expulsar a los obreros de la isla con el uso del HMS Endurance y además declara que enviará buques de guerra al Atlántico Sur. La Argentina envía al ARA Bahía Paraíso, a proteger a los civiles.
24 de marzo. El embajador Williams advierte a las autoridades argentinas que los trabajadores “deben ir a Grytviken (Georgias) a sellar sus pasaportes”. El canciller argentino Nicanor Costa Méndez contesta que no hacía falta, puesto que poseían sus respectivas “tarjetas blancas” y que los obreros no serían retirados.
25 de marzo. Zarpa de Leith(Georgias) el Bahía Paraíso, dejando a 14 soldados argentinos armados solo con fusiles, para proteger a los obreros.
26 de marzo. El comandante del Teatro de Operaciones Malvinas, general Osvaldo Jorge García, da la orden de ejecutar el plan de recuperación.