Pero eso ahí, ya es otra historia – me dice Malden.
- Realmente, es una increíble historia, sería digna de escribir un libro - Afirmé.
- Si, seguramente que sí, pero, cuando hablo mucho, se me seca la garganta Alexis, ¿aceptas saborear un excelente Whisky Escocés?
Sí, ¡por supuesto! – exclamé
En cuanto disfrutamos del whisky, que por cierto era excelente, Malden, que también era fumador, me convidó con un “puro” importado, algo que hacía mucho tiempo que yo no experimentaba.
Luego, continuamos charlando sobre otros asuntos en general mientras disfrutamos saboreando el puro y el whisky, y dialogamos bastante más sobre otros asuntos al margen de su historia personal, ya que había surgido el tema de la guerra, y esto condujo a mi preparación inicial en la Fuerza Aérea y sobre mis actividades profesionales, por lo que Malden me hizo muchas preguntas acerca de lo que yo hacía y estudiaba, cuestión en la que parecía estar muy interesado. En definitiva, fue una conversación amistosa, y también muy enriquecedora, porque este hombre sabía perfectamente cómo mantener un dialogo inteligente.
Se hacía tarde, así que agradecí por la invitación y Malden se dispuso a llevarme de vuelta a buscar mi coche, al tiempo que me propuso volver en otra oportunidad, cuando podríamos seguir charlando más sobre el asunto, “te va a interesar” me dijo...
La conversación fue sumamente interesante, y yo no oculté mi satisfacción por su emocionante relato, pero, algo aún me quedaba en la duda… Se trataba de un veterano, que le gustaba contar sus experiencias para pasar el tiempo, ¿o Malden intentaba decirme algo más que yo todavía no tenía en claro?
Me llamó mucho la atención, el hecho de que, al despedirnos, le dije que era un honor para mí conocer a alguien con una historia tan interesante, por lo que Malden agradeció, pero me hizo una sugerencia, que fue la siguiente:
- Esta, es una historia que pocos conocen, considérelo algo así como algo reservado… “una especie de secreto entre amigos.”
Ciertamente concordé, pero, no dejé de pensar que, aparentemente, un secreto entre amigos, es algo que no se debe divulgar, ¿por qué?
La realidad aún no la sabía, así que decidí continuar con el juego para ver hasta donde llegaba y qué había detrás de esto, si es que algo había.
Lo único que yo tenía en claro, es que, al subir a mi auto para volver a casa, tenía aún mayor inquietud que cuando llegué, pero también, sentía que había ganado la confianza de alguien que podría ser, tal vez un gran maestro.
CAPITULO 3.
La revelación de las investigaciones
Pasaron varios días desde aquel encuentro con Malden, y decidí seguir adelante porque además de haberme caído muy bien como persona, era para mí también un buen contacto, es decir, alguien de buen nivel que siempre es conveniente tener en la agenda de los amigos cuando se vive en el mundo de los negocios. En consecuencia, cierta tarde le llamé por teléfono para saludarle, y, de hecho, fue el propio Malden quien atendió la llamada y hablamos varios minutos manteniendo una conversación que fue muy amigable, como si fuéramos viejos conocidos.
Malden me dijo que le gustaría mucho reunirse nuevamente conmigo, le respondí que sí, pues tendría que ir al litoral en los próximos días, y me parecía excelente ya que quería saber la otra parte de la historia que me había dejado pendiente, entonces, marcamos otra visita que, como buen y metódico británico, sería igual que la primera vez, a la misma hora y lugar.
Llegado el día y a la hora marcada, allí estaba yo nuevamente donde repetimos el mismo procedimiento de la vez anterior, es decir, dejé mi auto y abordamos la camioneta para ir a su casa. En esta oportunidad, salió el tema de la crisis política que se vivía en ese momento en Brasil, con la inflación económica, y temas relacionados a política nacional hasta que llegamos a su casa.
Una vez que llegamos, la ama de llaves abre aquella lujosa puerta en cuanto se acerca Alí, a quien de inmediato le saludé como si fuéramos ya buenos amigos, dado que esa era la sensación que ese inmenso hombre negro transmitía con su sincera sonrisa, propia de un hombre honesto y natural que denota extrema confiabilidad y que obviamente, por ello era el mejor amigo de Malden.
Nuevamente instalados en aquella confortable sala, ya café en mano, dejé entrever que tenía ansiedad por escuchar la otra parte de la historia que había quedado pendiente... Malden, entonces, me dice que hay cosas que solo se le revelan a dos tipos de personas, a buenos amigos o a caballeros, es decir, a hombres de palabra. A seguir, me recuerda lo mismo que me afirmara al despedirse en la última reunión, que hay cosas que son delicadas y muy personales, por lo tanto, restrictas a nuestro círculo dijo, es decir, a él mismo, Ali, y yo. Esto, de cierta forma, afirmaba más aún mis sospechas de que, algo, tal vez importante, me habría de ser confiado de manera muy sigilosa.
Estimado Alexis – comenzó diciendo Malden – ¿Cómo van tus estudios? - me indaga, y a seguir trató de ponerse más a la par sobre todas mis actividades, tanto sobre lo que yo estaba haciendo, en el área de los negocios, y también a lo que apuntaba por medio de mis estudios paralelos, especialmente, hizo mucho hincapié en lo relativo a todos los conceptos en el campo de la Psico-Tecnología. Esto, es un asunto muy profundo, por lo que filosofamos bastante sobre ciertos puntos de vista. De hecho, me quedó presente que él tenía conceptos bastante claros por el tipo de preguntas que me hacía y que, además, captaba perfectamente mis puntos de vista donde yo triangulaba los principios de la psicología humana con la ciencia y la tecnología, en función de mi profesión como Proyectista en Ingeniería.
Bien, yo sabía que estaba delante de un profesor, por lo tanto, no me extrañaba que Malden me interrogara como tal, algo así como si estuviera haciendo la evaluación de un estudiante, por lo que yo realmente me sentía como que estaba siendo examinado. Esto no me incomodó, porque en definitiva yo era un individuo relativamente joven, y estaba frente a un señor mayor, no solo en edad sino también en conocimientos superiores, y por otra parte, yo tenía mucha confianza sobre mis conocimientos, por lo que la conversación se tornó deliciosa.
Finalmente, Malden con mucha habilidad, me cambia la línea de la conversación, por lo que, de cierta forma da como por terminado el examen, y aún sin decirlo, fue como recibir una aprobación tácita a mi personalidad, reconociendo mi idoneidad y los principios que yo aplicaba en mi conducta.
De esta forma, con gran diplomacia para encajar una conversación con otra, decide continuar con su relato que había permanecido pendiente, es decir, la otra parte de la historia.
De inmediato, comienza diciendo; Como ya te había contado, luego de la guerra solicité una oportunidad en Rumania para realizar algunos trabajos en una biblioteca, donde sabía por mi padre que existían centenas de documentos sin descifrar, y apelando a mi nacionalidad rumana, conseguí con mucho trabajo obtener una proposición para ocupar un cargo en Bucarest con la participación de Ali como mi asistente.
Finalmente, por medio de viejos amigos de mi padre, conseguí concretar ese acuerdo de trabajo, entonces, junto con Ali, hicimos las maletas y nos dirigimos a Rumania.
Tras el largo viaje, luego de llegar a Bucarest, mi ciudad natal, nos instalarnos en un hotel, desde donde marqué una reunión personal con el director de la Biblioteca para formalizar el inicio de nuestras tareas.
Después de tantos años lejos de esta ciudad, las cosas no parecían haber cambiado mucho, según lo que yo recordaba de mi niñez, y los vestigios de la guerra, aún estaban presentes en muchos lugares. El régimen comunista, había impuesto una norma de conducta donde todos tenían miedo de hablar, y la gente se veía entre temerosa y desconfiada.
Nos dirigimos con Ali a la Biblioteca, que yo ya la conocía por haber acompañado a mi padre en diversas oportunidades cuando niño, y una vez allí, nos atendió con cierta amabilidad la recepcionista que nos pido aguardar por el director,