Para definir mejor la distinción entre resumen y síntesis, digamos: el resumen es un caso de reducción jibárica, o sea, de las dimensiones de un texto. Es un ejercicio de economía verbal: decir, en la menor cantidad de palabras posibles, lo medular de un texto, siguiendo su estructura.41
La síntesis sería exponer la idea central vertebradora de un texto, destacando su unidad de sentido y su significación trascendente (en el sentido de que va más allá de lo dicho). Se elabora con visión cenital del texto y no sigue el orden expositivo o lineal de dicho texto, como hace el resumen. Tampoco necesita, o no se vale, de las palabras mismas del texto que sintetiza.
3.1. Pasos para la elaboración del resumen
1. Se lee y relee el texto, hasta comprenderlo con seguridad. Se allanan por medio de un diccionario los vocablos y expresiones no conocidos. O por el recurso rápido del celular, consultando los diccionarios en línea.
2. Se subrayan, en la relectura, las palabras claves en cada párrafo.
3. Se procede a la supresión de información ociosa, poco relevante o redundante: se tachan los ejemplos, las imágenes ilustrativas, las anécdotas, lo circunstancial, las repeticiones.
4. a) Se reducen las frases complejas a frases simples incluyentes.
“Pedro estaba aburrido y quería distraerse con algo. Compró el diario y buscó en la cartelera de espectáculos la oferta. Eligió una obra de teatro. Se vistió y fue a la sala”. Se convierte en: “Pedro va al teatro”.
b) De igual manera, reasume los hipónimos en su hiperónimo: “Pedro compró una mesa, tres sillas, dos sillones y un aparador”: “Pedro compró muebles”. Se procede a la enunciación de frases abarcadoras o comprensivas o englobantes de las otras.
c) Se reducen las subordinadas a una sola voz: “que hacía tiempo estaba enferma” por “enferma”.
5. En el repaso de párrafo por párrafo, si hay oraciones explícitas que los sintetizan, se extraen; si no las hay, se las redacta.
6. Se redacta el texto breve, articulando las frases sintéticas de cada párrafo. No se trata de una yuxtaposición de frases inconexas, sino de un texto elaborado con unidad de sentido y articulación sintáctica interna.
a) Se escribe en tercera persona del singular, aspirando a la mayor objetividad posible, por eso debe desterrase el “yo” explícito o desinencial: “Pienso, estimo”. Deben descartarse opiniones y estimaciones personales.
b) Se usan verbos en presente de indicativo: “Aquiles enfurece y…”.
c) No se usan frases introductorias como: “El autor de este texto dice…”, “El texto dice, en resumen…”.
d) No se incorporan citas textuales, que no sean las frases sintéticas de párrafos.
e) Deben evitarse las enumeraciones.
7) Debe dejar muy neta la idea principal o la acción básica del texto.
Un resumen no debería exceder las 200 palabras.
8) Si es necesario, previamente a la redacción, se puede esquiciar el mapa conceptual del texto, concretando un esquema de contenido.
3.2. Utilidad del resumen
1) Ratifica al lector la comprensión cabal del texto.
2) Ejercita en el alumno una destreza conceptual sumamente funcional para lo cognitivo.
3) Aporta una información sintética sobre un texto más extenso de utilidad para otros.
4) Concreta una representación básica para el conocimiento personal al ofrecer a la memoria una plasmación de contenidos sintética y ordenada que se integrará a la enciclopedia personal.
El resumen bien hecho es la piedra de toque de la comprensión neta.
3.3. Tipos de ejercicios
1. Escuchado o leído un cuento breve, el alumno hace su resumen oral.
2. Ejercitar la redacción de frases incluyentes en un texto de varios renglones.
3. Enunciar en una frase sola el contenido de un parágrafo.
4. Dado un esquema o mapa, el alumno debe reponer en expresión verbal concreta la idea central del texto graficado.
El proceso de identificación y enunciado de la idea central, la graficación y la concreción del resumen exigen la asistencia permanente del docente, con preguntas oportunas, hasta que el alumno logre su autonomía.
4. Tema y asunto
Hay dos voces que se manejan habitualmente como sinónimas en el lenguaje crítico: “asunto” y “tema”. Sobre el final del proceso de la comprensión, cabe hacer el distingo entre ambas.
El asunto comprende aquello a lo que se refriere el discurso, la narración, la obra teatral, etc. El asunto está determinado, habitualmente, por tiempo y espacio. Es la materia de la que trata el texto.
El tema es la significación humana, profunda y universal que subyace tras el asunto. Este corresponde al nivel fáctico, y el tema, al semántico.
Nivel fáctico, local y temporal: asunto
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Nivel semántico, universal y atemporal: tema
El asunto de El gaucho Martín Fierro es la condición del gaucho argentino en la provincia de Buenos Aires hacia 1870. Un espacio nacional determinado y una época precisa. El asunto es nacional y epocal. El tema es la lucha del hombre indefenso frente a un sistema legal y gubernativo injusto. El lector extranjero puede interesarse en el asunto del poema gauchesco leído en inglés o en francés, pero su interés radicará en la proyección de la condición humana del protagonista, en lo temático.
El asunto de La guerra gaucha (1905), de Leopoldo Lugones, es la guerra de guerrillas que acaudilló Güemes en la frontera norte del país durante la guerra de la Independencia. El tema es la defensa del suelo patrio ante el avasallamiento extranjero.
Distintos asuntos pueden basarse en el mismo tema, y, a la inversa, un mismo asunto puede ser sostenido por niveles temáticos diferentes.
Es fácil de distinguir en las obras narrativas y dramáticas el asunto del tema: los episodios y acciones de lo que significan como trascendencia de sentido humano universal. Por el tema, las grandes obras de la literatura interesan a todo hombre y a toda época.
En la poesía lírica, hay menos elementos narrativos y más descriptivos, y el tema está más expuesto frente al lector. Antonio Machado pasea por una plaza otoñal, a la puesta del sol, y ve caer las hojas de los árboles. El tema puede ser la fugacidad de la vida. La imagen de la plaza otoñal es un “correlato objetivo”, como lo llama T. S. Eliot. La imagen de un lago puede revelar diversos temas: la serenidad del espíritu que se refleja en él, la impasibilidad del ánimo, la realidad monstruosa oculta tras las apariencias, etc.
De igual manera, debemos distinguir entre imágenes y temas. La crítica borgesiana ha hablado erróneamente del “tema del espejo” y del “tema del laberinto”. No hay tales temas: el espejo es una imagen que puede proponer los temas de: la identidad, de la otredad, de la infinitud de los planos en la vida, de la simulación, de la irrealidad, etc. La imagen del laberinto puede proponer los temas: del extravío del hombre en el mundo, del dificultoso proceso del conocimiento, de cómo un problema propuesto por un hombre otro hombre puede desatarlo, etc.42
El concepto de tema es clave a la hora de comprender un texto, que puede ser resumido pero al que puede no dársele la trascendencia universal del sentido que lo sostiene.
5. Tipos de texto
Llamaremos texto a una realidad