Los desafíos del jazz en Jalisco. Nathalie Braux. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Nathalie Braux
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9786075479774
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ochenta de Jazztet y Jazz Voyagers con Memo Olivera y Beto Rivera como líderes, el trío de Carlos de la Torre y el Sexteto de Juan José Verján. Cierro este apartado con la música experimental de Antonio Camacho y el grupo leyenda de los noventa, Vía Libre, y concluyo la reseña histórica con una somera revisión de los últimos decenios.

      Se redondea esta obra con las biografías individuales de los músicos entrevistados, a partir de sus propias narraciones, que complemento con la información encontrada en la prensa. Agrego también la biografía de algunos jazzistas, a quienes entrevisté por teléfono o en persona.

      Algunos lugares comunes tachan al jazz jalisciense de convencional, insisten en que los jazzistas de las generaciones anteriores no componen, que solamente tocan estándares de jazz estadounidenses. Me dedico a aclarar estos puntos a medida que voy encontrando y analizando los documentos, como los artículos de prensa y los programas de mano.

      Espero que este libro, con su enfoque histórico, sea un parteaguas en el conocimiento de los desafíos que enfrentaron estos guerreros del jazz jalisciense.

      1 Historia Social de España y de Hispanoamérica, 1973, p. 15.

      2 Dura diez minutos y se titula Guadalajara en el jazz, una especie de homenaje a Carlos de la Torre.

      3 Síntesis etnográfica y del performance en la práctica musical del jazz en Guadalajara, Jalisco, 1919-2010, Universidad de Guadalajara, diciembre de 2010. Como su título lo dice, incluye una parte histórica sobre el jazz tapatío, para enfocarse después en la noción de performance en el jazz.

      Primera parte. La historia

      Luc Delannoy

      Hablar de la historia del jazz es hablar de la historia de la comunidad negra en Estados Unidos, ligada al comercio de esclavos, la compra-venta de gente del África negra y de su esclavitud en las grandes plantaciones de algodón al sur del país. Los propietarios anglosajones de las plantaciones saben muy bien los riesgos de rebelión que corren al someter a esta población y se empeñan en borrar los rastros de la cultura tradicional africana y limitar el contacto de los esclavos con el mundo exterior. Los Códigos Negros (Black Codes), que reúnen normas específicas para la población de origen africano, establecen numerosas prohibiciones, entre otras el uso de instrumentos, que podría ser un medio de comunicación entre los oprimidos, y por tanto es reprimido con crueldad ya que constituye la temida amenaza de insurrección. Esta prohibición, que no se presentó en las colonias españolas y portuguesas, ayudó a gestar una música muy diferente.

      El gospel. Alma y cuerpo

      Los esclavos, a pesar de todo, no pierden su sentido musical y es con la voz, cantando las work songs (cantos de trabajo) como mantienen su sentido de comunidad y su cultura. Cantan en los campos de algodón, en las obras de construcción de vías férreas o en las cárceles. Esos cantos a capela usan un sistema de llamadas y respuestas (solista/grupo) para soportar el esfuerzo físico o aguantar el dolor. Tienen el ritmo repetitivo y el sonido del gesto del trabajo, y su forma es la más cercana a los cantos africanos originales.

      Muy pronto los dueños de plantaciones protestantes evangelizan a los esclavos, quienes en breve se familiarizan con los himnos y salmos y adaptan la religión cristiana a sus concepciones animistas (de manera similar a como ocurre en México con la evangelización de los indígenas por los frailes, sincretismo que se nota hasta en las fachadas de los templos). Cantan los textos de los dos testamentos, incluyendo referencias y aspectos bíblicos para expresar de viva voz mensajes codificados: pronto se identifican con los hebreos cautivos en Egipto y su sometimiento les parece similar, por ello cuando cantan la palabra Canaán, la tierra prometida de los judíos, piensan en Canadá, donde la esclavitud no existe. La música gospel ha nacido y servirá de base para toda la música afroamericana.

      Los espectáculos de ministriles. Paradoja racial

      Como una aberrante representación de la condición negra en Estados Unidos, surgen en todo el país los llamados minstrel shows, muy de moda durante el siglo XIX. Se trata de espectáculos cómicos de músicos, cantantes, bailarines y comediantes blancos que imitan los cantos de los esclavos en las plantaciones y narran historias.

      Para enfatizar el lado caricaturesco del espectáculo, los artistas se maquillan la cara con un betún negro para el calzado, se dibujan labios gruesos y rojos, ponen los ojos en blanco y adoptan poses lascivas o de pereza en escenografías exóticas, lo que refuerza todos los clichés heredados de un racismo paternalista. En estas versiones grotescas de la música negra sobresalen las composiciones de George Washington Dixon y particularmente Thomas Daddy Rice, cuya canción “Jim Crow”, de connotaciones racistas, fue un éxito rotundo. La industria cinematográfica de Hollywood usa la misma fórmula de maquillaje e imitación vulgar cuando en 1927 el actor blanco Al Jolson pinta su cara de negro en la primera película sonorizada, The Jazz Singer.

      Los músicos negros que quieren acceder al mundo del espectáculo tienen paradójicamente que usar el mismo maquillaje y ridiculizar su propia cultura, pero cuando ellos participan en un minstrel show la calidad musical es superior por su virtuosismo —solamente los mejores intérpretes negros son contratados— y el humor se convierte en un humor de situación, no en burla de sí mismos.

      Los esclavos, músicos… La alta sociedad aplaude

      Los músicos, endomingados, tocan el repertorio de los blancos pero en secreto se burlan de la rigidez de sus danzas y los imitan exagerando los movimientos, haciendo figuras descaderadas y osadas: nace el cake walk, baile que sale del mundo de las plantaciones para llegar pronto a la costa este del país y a las recepciones elegantes de las clases sociales altas. La infiltración de las tradiciones negras es inevitable, la herencia africana resurge de manera latente pero incontrolable en las danzas occidentales, en el seno de orquestas cuyo sonido está ya muy lejos de lo que se toca en la vieja Europa.

      El blues. Un lamento compartido

      El blues es conocido como una música asociada con la depresión, la desdicha, los problemas económicos, en fin, con la miseria del hombre y, también, con el delta del Misisipi.

      Como consecuencia los esclavos viven una situación muy precaria ya que no tienen el dinero para comprar las tierras (en manos de especuladores) y se ven confrontados en el sur al rencor de los terratenientes blancos que los consideran como infraciudadanos. En particular la organización Ku Klux Klan, fundada en 1865, ejerce un