8/12/2017 00:16 Viernes
Me aparecí en mi cuerpo que estaba escondido en mitad del bosque.
¡Acaba de pasar, no me lo puedo creer, El la lo ha hecho! ¡Ha destrozado la mitad de una casa, solo con un puñetazo! Y todo, por vengarme a mí...
Todo por “hacer justicia” como dice. Esto no es justicia, esto es odio.
¡¿Cómo ha podido hacerlo?! ¡¿Cómo ha sido capaz?!
Esto no puede ser, tengo que hacer algo, el muy cabrón se lo merece, pero no su familia, por mucho daño que le haya hecho, su familia tendrá que pagarlo y no tiene que ser así...
Aunque ya es tarde... Mejor que vuelva a casa y descanse un poco. Mañana empezaré.
8/12/2017 15:59 Viernes
Será mejor que busque a sus padres, tengo que saberlo todo sobre ellos...
Pasa un rato mientras busco en su Facebook y, al parecer, nuestro DJ tiene a su familia fuera de él. Será que no quiere que sepan qué vida lleva o que hay alguna discusión entre ellos...
Sigo buscando hasta que al final encuentro a su padre, con la cuenta totalmente privada, si quiero saber qué pasa entre ellos, tendré que ponerme el sombrero negro por segunda vez...
Con el sistema Kali y sus incontables herramientas, creo una página de inicio falsa, con la cual, podre saber qué contraseña utiliza su padre, y así poder leer sus secretos, y saber si pueden permitirse el arreglo o no.
Le envió la página, desde una cuenta falsa, y espero a que el pez muerda el anzuelo.
Pasado ya bastante tiempo, al final me entrega, sin saberlo, la llave hacia su vida.
Al parecer, al cumplir los 18, sus padres, hartos ya de su incontrolable hijo, lo abandonaron, cambiaron las cerraduras de su casa y lo dejaron solo con una maleta con su ropa sucia y su tocadiscos. Él intentó volver a entrar en su antigua casa, intentó engañar a sus padres diciéndoles que cambiaría, pero los dos sabían que no era verdad.
Y yo me preguntaba, si esa no era la casa de sus padres, ¿de quién es?
Decidí que en los chats de Facebook hay poca información, lo justo para saber qué pasa, pero tengo que saber más, y para saber más, hay que entrar en su WhatsApp.
Si eso es, me meteré en su teléfono móvil, creare una app maliciosa que me dé el control total de su móvil, solo tengo que esperar unos días para que se recupere lo suficiente para utilizar su teléfono.
De momento, tengo que saber con quién suele ir, eso será fácil, con mirar sus publicaciones para nada privadas de su Facebook, se puede deducir sin problemas.
Al parecer no suele ir con nadie en concreto, un día va con uno, al siguiente con otra, después con el siguiente. El típico que le cae bien a todos, pero nunca esta más de unos días con la misma persona...
Tiene que haber alguien que lo acogiera, no puede permitirse una casa así con el sueldo del McDonald’s.
8/12/2017 23:48 Viernes
Sin darme cuenta, me pase toda la tarde en el ordenador recopilando información. “Ya estoy cansado, ya seguiré mañana.” Pensé en aquel momento. “Tengo que despejarme, apartarme del ordenador y olvidarme de todo durante un rato.”
Con hambre, me levanto y voy a cenar a la cocina, sin parar de pensar en todo lo que me estaba ocurriendo.
Hay muchas cosas en las que no puedo parar de pensar, en este poder divino, en la persona que me lo dio, y en cómo es ahora... ¿Cómo podía haber cambiado tanto? ¿Es que acaso ahora se está mostrando como realmente es? No me esperaba para nada esta faceta de Ella... ¿Cómo podía ser así?
Salí de mi casa caminando, rumbo a los campos que hay a los alrededores y mientras andaba iba recordando mi infancia, lejos del instituto, lejos de los imbéciles cuando todo era más fácil y todo se podía resolver. Pero un recuerdo prevaleció sobre los demás, unas vacaciones, con unos amigos de la familia, y una gran amiga mía, que le confiaría mi vida.
Ya era bastante tarde, lo más seguro es que todo el mundo ya estuviese en sus camas queriendo dormir, pero yo quería verla, necesitaba verla, para olvidar.
Me aparecí en su cuarto, y ella estaba en su cama, de espaldas a mí.
La desperté con cuidado, para que no se asustara, pero casi pega un grito al verme.
—Tranquila, soy yo, Luis.
—¿Luis? —pregunto nerviosa aún—. ¿Qué haces aquí? ¿Cómo has entrado?
—Es complicado...
—¿Cuándo has llegado aquí? Podrías haber avisado antes.
—Sí, lo sé, ha sido de improvisto, tenía muchas ganas de verte...
—Te echaba de menos —dijo ella con una sonrisa.
Allí estábamos los dos, uno delante del otro, acercándonos poco a poco, hasta que nos dimos un beso, un pequeño beso que fue el desencadenante de lo que vino después...
9/12/2017 8:07 Sábado
Al pasar las horas, acabamos durmiéndonos abrazados el uno al otro, y al entrar los primeros rayos de luz a su habitación, pude ver con claridad su cuerpo descubierto, y su pelo liso castaño.
—Buenos días preciosa —le susurre al oído cuando abrió los ojos.
—Vaya noche, ¿eh? —pregunta con una sonrisa picarona.
—Sí, vaya noche —dije riendo.
Entonces, sin saber por qué motivo, me entraron las ganas de explicarle todo lo ocurrido.
Te quiero explicar una cosa, pero no me creerás...
—¿Por qué? Tu dilo, no pasa nada.
—Esto no es algo que se tenga que decir así como así.
—¿Qué pasa?
La cogí de la mano, y le tapé los ojos con la otra mano. Después, subí mi consciencia al cielo para poder ver juntos como toda la ciudad era inundada por la luz del sol.
Al llegar, me soltó la mano con miedo.
—¿Qué ha sido eso? ¡¿Cómo es posible?! —gritó con miedo.
—Es lo que te quería explicar... Tranquilízate, ya verás.
Después la abracé y nos aparecimos en mi cuarto.
—¡¿Dónde estamos?! ¡¿Cómo hemos llegado aquí?! —dijo aterrorizada, sin saber qué estaba pasando.
—Estamos en mi casa, tranquila.
Estuve los minutos siguientes tranquilizándola, explicándoselo todo. La mosca tatuada la cual ya había visto y besado varias veces. El poder de verlo todo cuando quisiera y como quisiera. El encuentro con la chica que me dio este poder y cómo con un solo puñetazo destruyó la casa de un antiguo enemigo...
Soy un estúpido, no le tendría que haber explicado nada...
Estaba consternada, tenía que asimilarlo de alguna manera. Cuando estuvo más tranquila, la llevé a su casa para que lo asimilase. Era demasiada información para el poco tiempo que estuve explicando.
—Perdona por todo esto, Clara.
Le di un beso de despedida, y desaparecí de su cuarto, como si nunca hubiese estado allí.
Rara amistad
9/12/2017 8:16 Sábado
Al volver a casa, mi madre estaba en la cocina, y yo, después de una noche tan movida, estaba cansado y con mucha hambre, así que me preparé un desayuno y me puse a comer con ella. Estuvimos hablando como si no acabase de estar en la cama con una chica y le hubiese