Curso de apnea (Bicolor). Umberto Pelizzari. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Umberto Pelizzari
Издательство: Bookwire
Серия: Submarinismo
Жанр произведения: Сделай Сам
Год издания: 0
isbn: 9788499108759
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Existen escarpines más robustos, con la suela de goma dura para calzar aletas de tira, pero no sirven para la apnea. Si la temperatura del agua lo permite se pueden llevar calcetines de algodón que protegen la piel y no hacen flotar los pies.

      Guantes

      Los guantes de neopreno protegen del frío, de arañazos y de cortes inevitables cuando se trabaja en contacto con el fondo. En invierno, cuando se enfrían las aguas, resultan indispensables para evitar que después de una hora de permanencia en el mar las manos comiencen a entumecerse haciendo dificultosa cualquier operación. En contra tienen la pérdida de sensibilidad, cosa muy fastidiosa, que se compensa en algunos modelos con una rugosidad en la palma que mejora el agarre. Con agua menos fría conviene optar por modelos ligeros, de tela o material sintético antideslizante. Sin capacidad térmica apreciable, evitan los rasguños sin restar sensibilidad.

      Bermuda

      La bermuda se pone sobre el traje con la intención de limitar el intercambio de agua entre chaqueta y pantalón. Se utiliza sobre todo en invierno y en los lagos, donde el agua está más fría. El grosor va de dos a tres milímetros. La talla se elige teniendo en cuenta los estratos de tela superpuestos bajo la bermuda. Para que desempeñen su función, la cinturilla y el agarre de la rodilla deben estar bien adheridos al cuerpo.

      Tobilleras

      Las tobilleras son pequeños pesos alojados en fundas adecuadas que se fijan a los tobillos. Sirven para que no floten las aletas. Se usan para la apnea en aguas someras (poco profundas); en profundidad se desaconsejan, pues la presión hidrostática vuelve negativo tanto el cuerpo como las aletas. Las tobilleras más usadas son las formadas por un solo plomo, normalmente de medio kilo, dotado de dos fisuras por las cuales un pasador o una tira de velcro fijan el cierre. Otro tipo lo constituye un saquito de tejido resistente, sellado, relleno de bolitas de plomo y sujeto al tobillo por una hebilla de desenganche rápido. Las tobilleras hacen el aleteo en superficie más difícil y, como su peso se suma al del cinturón, la flotación y la búsqueda de las necesarias relajación y ventilación antes de una inmersión profunda se verán comprometidas. Para la práctica de la apnea en poco fondo resultan indicadas, considerando que la mayor ventaja será la de una flotabilidad mejor equilibrada.

      Cuchillo

      El cuchillo sirve para liberarse ante la desafortunada eventualidad de permanecer enganchado en el fondo con algún sedal o red abandonada. Para el apneísta, que necesita un equipamiento reducido a lo esencial, van bien los cuchillos pequeños, con la hoja en punta y de diseño limpio. Un lado de la hoja debe ser liso, y el otro dentado para cortar cabos gruesos. La empuñadura depende del gusto de cada uno, lo importante es que permita blandir el cuchillo con seguridad incluso con guantes y que cuando se haga fuerza no se corra el riesgo de cortarse un dedo. La funda de plástico debe tener un mecanismo rápido para soltarlo. El cuchillo puede fijarse a la pantorrilla, al brazo o a la cintura. Esta última solución tiene un inconveniente: en caso de inevitable abandono del lastre el cuchillo se pierde también. La ventaja es una mejor hidrodinámica de las extremidades. Para la manutención conviene enjuagarlo en agua dulce después de cada inmersión; para evitar la oxidación, antes de almacenarlo hay que aplicar a la hoja una capa de grasa con silicona. Si aparecen incrustaciones superficiales será suficiente tratarlo con un algodón embebido de aceite o con un papel de lija suave. Por último, deben sustituirse periódicamente las correas de la funda antes de que se rompan y afilar la hoja con regularidad, pues un cuchillo que no corta es un instrumento inútil.

      Este accesorio ilumina el fondo marino para restituir los verdaderos colores sustraídos por el agua que filtra la luz solar y alumbrar los valles y las cuevas y guaridas submarinas donde reinan las tinieblas. Un buen haz de luz devolverá la vivacidad de los colores y dará la visión de rincones ocultos, inaccesibles a nuestra mirada. El requisito fundamental de una linterna para apnea es que dé luz directa, compacta y potente a aquello que se esconde a nuestros ojos. Debe ser resistente a la presión y de pequeñas dimensiones, manejable y que abulte poco. La alimentación puede ser de pilas convencionales o de níquel-cadmio (recargables). En general, la segunda solución, aunque inicialmente más costosa, a la larga permitirá ahorrar dinero en la compra de pilas. El interruptor es por lo común magnético, por lo que se recomienda no exponer la linterna a otras fuentes magnéticas que pudieran estropearlo. La parábola y la bombilla determinan las características del haz de luz; en caso de sustituir la bombilla conviene verificar que el voltaje sea el adecuado para evitar quemarla. Ocasionalmente, se debe limpiar la parábola con un paño seco. Y recuerden que en el agua las manos son preciosas; fijando con una correa la linterna a la muñeca quedaremos libres para reaccionar sin la preocupación de tener la mano inevitablemente ocupada.

      Estroboscópica

      Se trata de una lámpara intermitente de dimensiones reducidas que se sujeta al brazo por medio de una tira de velcro. Es de gran utilidad cuando se opera en agua turbia con poca visibilidad. En los entrenamientos en el lago es indispensable para que el compañero que hace la asistencia pueda vernos. Alimentada por pilas, generalmente emite haces blancos muy penetrantes en aguas con mucha suspensión. En aguas turbias la estroboscópica es sinónimo de seguridad; no economicen sobre estas medidas: es de extremada importancia que el compañero pueda vernos.

      La boya

      Existen en el mercado dos tipos de boya, la tradicional esférica y la de torpedo. La primera tiene la ventaja de verse cuando hay mar gruesa, la segunda ofrece menos resistencia a quien la arrastra. La boya tiene la misión específica de señalar en superficie la presencia del apneísta, por este motivo se fabrica en colores vistosos como el rojo, el naranja o el amarillo. Las boyas van sujetas al nadador por un mosquetón que se engancha al cinturón y tienen un cabo algo más largo que la profundidad operativa. Si el cabo fuese demasiado largo, la boya quedaría alejada del buceador en exceso y resultaría más difícil de localizar por parte de las barcas en tránsito; si fuera muy corto, ofrecería resistencia durante el buceo, cansando y retrasando al apneísta.

      Sujetaaletas

      Como su propio nombre indica, los sujetaaletas fijan las aletas al pie. Se trata de tres tiras de goma, dispuestas en forma de aspa, que fijan a la vez el talón, el empeine y el calzante, mejorando la sujeción de las aletas y evitando que, por accidente, se salgan del pie.

      La caja de los repuestos

      Sería una pena renunciar a una jornada de apnea porque se nos rompa la correa de la máscara y no tengamos un repuesto para solucionarlo. Una caja con algunos de los repuestos esenciales y varias herramientas, como pinzas, destornillador o tijeras, debería tenerse siempre a mano. Algunos de los artículos a incluir son:

      ■correa y hebilla para las gafas

      ■tubo de repuesto

      ■desempañante para la máscara

      ■silicona en spray

      ■neopreno líquido

      ■hilo y aguja

      ■pilas y bombillas para la linterna

      ■pequeño equipo de primeros auxilios

      ■cuerda de nailon trenzado de 3 mm

      ■encendedor

      Libro de inmersión

      El libro de inmersión se propone como el diario del apneísta, con fichas donde recoger los resultados de las lecciones de apnea, los entrenamientos y la competición, si se diera el caso. La apnea es un deporte que depende sobremanera del equipo que se emplea y de la experiencia. Es importante recopilar ordenadamente los datos sobre la experiencia práctica, las condiciones de la mar y el equipo utilizado. Resultará un medio eficaz para verificar el aprendizaje, estimulando el diálogo interpersonal necesario en el desarrollo de la propia experiencia; favorecerá asimismo el conocimiento de las propias reacciones y creará una memoria, indeleble en el tiempo, de fácil consulta.

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