Inicialmente el control de carga de trabajo en deportes de equipo se puede expresar bajo dos vertientes claramente diferenciadas:
•Valoración del estado inicial del deportista mediante un test de campo y/o laboratorio.
•Valoración de la carga de trabajo en entrenamiento y/o competición mediante un test de campo.
Actualmente, cada vez existen menos diferencias entre los test de laboratorio y campo, siendo no excluyente la utilización de ambos en la valoración de los deportistas siguiendo los criterios de: estandarización, especificidad, fiabilidad, validez y repetitibilidad (Pérez-Landaluce et al., 1998; Fernández-García et al., 2000).
Por un lado, el test de laboratorio nos permite evaluar con precisión la carga de trabajo estandarizando el protocolo de actuación siguiendo los criterios anteriormente expuestos, habitualmente realizados en condiciones ideales además de fácilmente controlables y contrastables.
A pesar de ello, este modelo no responde a la actividad desarrollada por el jugador de baloncesto en la pista, ante la imposibilidad de reproducir con exactitud las acciones del juego en el laboratorio.
En consecuencia, durante los últimos años se han desarrollado propuestas para estandarizar protocolos en campo que aporten información útil al entrenador sobre el estado del jugador, así como el nivel de carga de las sesiones de entrenamiento (Godik et al., 1993).
El test de campo debe cumplir los criterios de validez y repetitibilidad imprescindibles para que un test sea utilizable, además de permitir la evaluación de deportes complejos y difíciles de realizar en el laboratorio (Terrados, 1991).
Los objetivos que presentan los test de campo en baloncesto para valorar las componentes de metabolismo aeróbico se pueden resumir en:
•Valoración global de la aptitud aeróbica del jugador.
•Valoración de una manifestación de la resistencia específica del jugador.
Los test de campo en baloncesto para evaluar esta capacidad concreta se clasifican en:
•Pruebas genéricas para valorar la capacidad aeróbica.
•Pruebas específicas para valorar la potencia aeróbica máxima.
•Pruebas para valorar la resistencia aeróbica y determinación del umbral anaeróbico individual (IAT), basándose en la relación FC-velocidad y LA-velocidad.
3. VALORACIÓN DEL METABOLISMO AERÓBICO EN BALONCESTO
Desde que en el año 1977 Klissouras y colaboradores llegaron a conclusiones definitivas sobre el potencial hereditario con relación al
La mayoría de investigaciones que aportan datos sobre el
Tabla 5.1. Valores de
ESPECIALIDAD | VALORES DE |
FÚTBOL | 50-57 |
BALONMANO | 55-60 |
HOCKEY HIELO | 55-60 |
VOLEIBOL | 55-60 |
Además del valorar el
A pesar de que el potencial anaeróbico parece determinante en el rendimiento en baloncesto, también parece de interés la valoración de otro tipo de variables metabólicas. Por ello, diversos científicos han utilizado el déficit máximo acumulado de oxígeno (DMAO) como indicador de la potencia anaeróbica con dos pruebas, una incremental clásica y otra complementaria a fase estable, en torno al 110% del
Tabla 5.2. Relación aproximada entre la FC y
% FC máx | % |
50 | 28 |
60 | 42 |
70 | 56 |
80 | 70 |
90 | 83 |
100 | 100 |
En un estudio realizado por Colli y Faina en 1985 se observó que en solo un 1,5-2,2% del tiempo total de competición se alcanzan valores pico de
En un trabajo posterior desarrollado por Sanchís y colaboradores (1996), con un grupo de 25 jugadores de baloncesto de 1a y 2a división, se analizó el
Por otra parte, el umbral aeróbico se encuentra alrededor del 75% del