2.3. Respiración
Tradicionalmente, la práctica de actividad física ha centrado su atención en el tratamiento de capacidades y habilidades físico-motrices y coordinativas, llegándose a obviar habilidades intrínsecas al propio organismo y motricidad, como ocurre con la respiración.
Por tanto, es necesario abordarla de manera conjunta al trabajo físico, puesto que constituye una capacidad implícita de la energía vital diaria, además de ser un elemento integrante del sistema de aporte oxígeno (SAO), junto con los procesos de ventilación y transporte de O2 y CO2. De ahí, su carácter imprescindible llegándose a automatizar el proceso respiratorio hasta tal punto que deja de ser consciente.
Fisiológicamente se define la respiración como el proceso de intercambio de gases disponibles en el medio ambiente con la maquinaria celular encargada de la transformación de la energía en trabajo físico. Mecánicamente, la respiración se divide en dos fases como son: la inspiración o fase de llenado de los pulmones (tomar aire), y la espiración o fase de vaciado de los pulmones (expulsar aire). Ambas fases intervienen en el ritmo, frecuencia y profundidad respiratorios, de tal manera que su adaptación y ajuste a las necesidades metabólicas propias a la práctica física se hace evidente, tratando así de alcanzar un equilibrio entre aporte y consumo de O2 por parte de las estructuras orgánicas implicadas activamente en el ejercicio.
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3. Relacione mediante flechas cada uno de los siguientes tipos de respiración y los sujetos correspondientes:
Mujeres Hombres Niños y ancianos | Torácica o intermedia Diafragmática o baja Clavicular o alta |
2.4. Relajación
En el ámbito de la actividad física, relajarse se entiende como el reposo muscular tras el esfuerzo. Hoy día se define como un método terapéutico y una técnica para regular la conducta.
La importancia de la relajación voluntaria y consciente radica en dos motivos fundamentales: la regulación del tono muscular (actividad muscular parcial, pasiva y continua) y la estructuración del esquema corporal. Atendiendo al primero de los motivos, este permitirá evitar la ejecución de movimientos que desvirtúen el mantenimiento de la postura corporal o la mera ejecución del algún gesto técnico deportivo, lo que lleva a una mejora de las habilidades. Por otro lado, es importante saber la afectación a nivel emocional de la relajación, ya que favorece el establecimiento y mantenimiento del equilibrio emocional.
Como se ha visto, el componente esencial que interviene en la capacidad de relajación es el tono muscular, asentando la base desde el punto de vista neurológico de la actividad motriz.
El objetivo primordial a alcanzar por la relajación es la eutonía o estado de equilibrio y justa repartición del tono muscular, lo que requiere la toma de conciencia de las sensaciones corporales y de la unidad del cuerpo.
Algunas de las técnicas de relajación conocidas por todos: yoga, taichí, etc. tienen como propósito acceder a un estado de interiorización y de sensibilización interoceptiva óptimos, considerados básicos en el control postural, y obtener en consecuencia una mayor calidad en la ejecución del movimiento o gesto deportivo en cuestión.
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4. Indique de qué técnica de relajación postural forman parte los siguientes principios: Asana y Pranayama. Defínalos.
2.5. Orientación espacial
Se puede definir como la capacidad de colocarse en el espacio en relación con los objetos o resto de personas presentes en el entorno.
La espacialidad como lugar en el que se mueve y expresa el cuerpo mediante el movimiento puede ser considerada desde tres perspectivas:
1 Parcial o kinesfera: rodea el cuerpo y está demarcada por el límite del movimiento corporal sin desplazamiento.
2 Personal o vital: el propio de cada persona y en el que el individuo se mueve libremente.
3 Total: el movimiento se sale de los límites corporales con la intención de comunicarse con el mundo de los objetos y sujetos.
2.6. Estructuración y organización espacial
Se entiende como la capacidad de apreciar y situar objetos o sujetos en un espacio tridimensional y conlleva una abstracción del mismo, pudiendo prescindir de su presencia física para representarlo mentalmente.
Estos fundamentos psicomotrices se conciben en el espacio como medio que permite y apoya la proyección del gesto técnico, deportivo o movimiento expresivo, ya que todos ellos no se conciben sin un espacio que lo apoye y lo visualice.
2.7. Orientación temporal
La orientación temporal hace frente a la capacidad de situarse en relación a los acontecimientos o situaciones que acontezcan alrededor. Para ello es conveniente entender el tiempo como la forma en que se toma conciencia de la realidad de la existencia a través de la sucesión ordenada de acciones, hechos o acontecimientos.
Sabía que...
La noción estructural del tiempo no es innata, sino que depende de la interpretación que los sentidos hacen de los estímulos recibidos del entorno.
Es de necesidad comprender que tanto la orientación como la percepción temporal en el plano de la actividad física no pueden separarse de las espaciales, puesto que todos los movimientos se dan necesariamente en un tiempo y espacio determinado.
2.8. Ritmo
Se puede decir que el ritmo es la división cualitativa del tiempo marcada por la repetición de pulsos y acentos.
Los elementos que lo componen son:
1 Pulso: es el ritmo regular de una canción y se considera la base de la organización del tiempo.
2 Acento: aquel pulso que destaca sobre los demás, concentrando mayor intensidad en el movimiento.
3 Compás: subdivisión del tiempo en partes iguales (binario, ternario, cuaternario).
4 Silencio: ausencia de estímulos sonoros.
5 Tempo: sucesión de estímulos cuyo intervalo de duración es similar.
Esta capacidad psicomotora tiene gran relevancia en la órbita del fitness prestando especial atención en aquellas actividades dirigidas con base musical (aerobic, spining, zumba, bailes de salón, etc.). Estas se basan en la continua repetición de movimientos cíclicos y constantes constituyendo