De nuevo, la anatomía nos demuestra la íntima relación existente entre las cadenas musculares y la cadena visceral.
Cuando un paciente presenta unos síntomas cardíacos, sin examen cardíaco positivo, la medicina clasifica estos síntomas como psicosomáticos, pues no existe afectación del órgano. En estos pacientes el método de las cadenas fisiológicas ofrece, en contraposición, resultados muy positivos. Estos síntomas están situados en una relación «psicoviscerosomática».
Las tensiones internas determinan la organización centrípeta de las cadenas musculares. Estos pacientes se repliegan sobre el pericardio, sobre el tórax, enrollan la columna dorsal sobreprogramando las cadenas de flexión y, si es necesario, las cadenas de cierre.
Mediante el tratamiento de la relajación de las tensiones internas y musculares podremos obtener una mejora de los síntomas. Puesto que se trata de un método global, también se equilibrarán la postura y la dinámica.
Mediastino medio
No todos los anatomistas lo describen, pues dividen el mediastino en una zona anterior y una zona posterior.
Sin embargo, el mediastino medio es especialmente una zona de paso que se sitúa entre el mediastino anterior y el mediastino posterior. Comprende:
• la tráquea,
• los pedículos pulmonares.
Es atravesado en sentido anteroposterior por:
• el cayado de la aorta en la izquierda,
• el cayado de la vena ácigos a la derecha.
En esta región de paso se encuentran los nervios vagos, el nervio recurrente izquierdo y los nervios cardíacos.
Tráquea
Figura 23. La tráquea y los músculos traqueoesofágicos (según Netter).
La tráquea está formada de anillos cartilaginosos unidos entre ellos por una membrana fibroelástica.
Estos anillos son incompletos en la parte posterior. Están cerrados por detrás por una lámina continua formada por fibras musculares. Es la lámina traqueal. De esta lámina traqueal parten las fibras musculares que se insertan en la cara anterior del esófago. Son los músculos traqueoesofágicos. La tráquea y el esófago están envueltos por una misma vaina visceral. Estos dos órganos efectúan un movimiento de deslizamiento de arriba hacia abajo y viceversa, uno contra el otro.
Durante la respiración no hay deglución, y durante la deglución se observa una apnea respiratoria. Estos movimientos tienen lugar gracias al movimiento del diafragma y al punto fijo situado en la base de cráneo (Talmant, 1995).
A nivel de la cuarta o quinta vértebras dorsales, la traquea se divide en un bronquio principal derecho y un bronquio principal izquierdo.
Pedículos pulmonares izquierdo y derecho
Cada pedículo pulmonar está formado por:
• el bronquio principal,
• la arteria y la vena bronquiales,
• la arteria pulmonar,
• las venas pulmonares superior e inferior,
• los nervios y los ganglios.
Figura 24. Pedículos pulmonares izquierdo y derecho (según Gray).
Figura 25. Pedículo pulmonar derecho (según Bouchet-Cuilleret).
Figura 26. Pedículo pulmonar izquierdo (según Bouchet-Cuilleret).
A nivel del pedículo pulmonar, la pleura parietal pulmonar y la pleura visceral pulmonar forman una línea de reflexión que se prolonga a nivel inferior por el ligamento triangular.
Figura 27. Ligamento triangular y su inserción en la cara superior del diafragma (según Bouchet-Cuilleret).
Los ligamentos triangulares izquierdo y derecho están formados por dos hojas (anterior y posterior) de dos láminas. Constituyen un tabique transversal dirigido hacia abajo y ligeramente oblicuo hacia atrás.
El borde interno de este ligamento se inserta:
• a la derecha, en el borde del esófago,
• a la izquierda, en la cara posterior del pericardio y la aorta torácica.
Figura 28. Ligamento triangular derecho y su inserción en el esófago (según Gray).
Figura 29. Ligamento triangular izquierdo y su inserción en la aorta (según Gray).
El borde externo está situado contra los lóbulos inferiores de los pulmones. El borde inferior se inserta en la cara superior del diafragma. El vértice se inserta en la vena pulmonar.
Por entre las dos láminas de este ligamento discurren las arterias procedentes de las arterias bronquiales y esofágicas, así como las venas y los troncos linfáticos. Debido a la continuidad tisular del sistema conjuntivo visceral, la relajación de las cadenas musculares, osteoarticular y visceral tiene una acción de liberación sobre las vainas conjuntivas que rodean el sistema arteriovenoso.
Mediastino posterior
El mediastino posterior contiene:
• el esófago torácico,
• los sistemas arterial, venoso, linfático y nervioso.
Figura 30. Mediastino (según Netter).
Esófago torácico
Es un conducto musculomembranoso formado por tres túnicas:
• una túnica muscular con fibras longitudinales y circulares,
• una túnica celulosa,
• una túnica mucosa.
El esófago está sujeto:
• por detrás, mediante una vaina visceral a las vértebras dorsales, hasta D4,
• por delante, mediante los músculos traqueoesofágicos a la cara posterior de la tráquea.
Debemos observar que el esófago está unido al bronquio izquierdo por el músculo broncoesofágico y a la aorta descendente por el músculo aorticoesofágico.
Figura 31. Vista frontal del esófago (según Netter).
Figura 32. Esófago y músculos traqueoesofágicos (según Netter).
Sistema arterial
La aorta torácica descendente sucede al cayado de la aorta, penetra en el mediastino posterior a nivel de D4, y desciende hasta D12. Parece enrollarse longitudinalmente alrededor