Se entenderá por deporte, según la vigente Carta Europea, todo tipo de actividades físicas que, mediante una participación, organizada o de otro tipo, tengan por finalidad la expresión o la mejora de la condición física y psíquica, el desarrollo de las relaciones sociales o el logro de resultados en competiciones de todos los niveles.
LAS MANIFESTACIONES DEL DEPORTE
En la actualidad, y bajo el mismo denominador común, nos encontramos manifestaciones y realidades deportivas distintas. El término “deporte” no tiene ya una traducción unívoca, amparándose bajo el mismo manifestaciones deportivas con diferentes características y objetivos, sustentadas en diversas instituciones deportivas, y por esto la Carta Europea del Deporte establece una concepción amplia, global e integradora.
Deporte para Todos y Deporte de Rendimiento son, en principio, tendencias de práctica deportiva diferentes y, en algunas submanifestaciones, incluso antagónicas. El Deporte para Todos nace históricamente, en cierta medida, en contraposición al Deporte de Rendimiento, lo que no quiere decir que las federaciones deportivas no hayan contribuido también, unas más que otras, al desarrollo del Deporte para Todos.
a) Análisis de un proceso
A este antagonismo, en España, han contribuido, además de las propias características que definen cada una de las manifestaciones, la actuación política de las Administraciones Públicas, en especial los municipios que enarbolaron en su día la bandera del Deporte para Todos, en confrontación abierta con el Deporte de Rendimiento, representado fundamentalmente por las federaciones deportivas y por algunos clubes.
Hasta cierto punto puede entenderse como lógica la reacción contra el Deporte de Rendimiento que, en España, había constituido casi la única vía de acceso a la práctica deportiva y, como consecuencia, utilizando en exclusiva la escasa infraestructura que existía. Han sido los primeros ayuntamientos democráticos, y en especial los que conformaban la línea progresista, los que introdujeron un elemento corrector en la política deportiva local, pero llevando el péndulo al otro extremo y, de esta manera, generando el rechazo consiguiente de la organización deportiva tradicional representada por las federaciones deportivas.
Se considera desacertado que el presupuesto deportivo de un municipio se gaste en subvencionar el equipo de fútbol de la localidad, así como que, en un momento posterior, a un equipo de competición, o encuadrado en el espectáculo deportivo, se le dificulte, o incluso se le impida, tener acceso al uso de las instalaciones deportivas del municipio.
No podemos olvidar que muchos clubes de competición carecen de instalaciones propias y viven a expensas de la utilización de las instalaciones públicas, por lo que imposibilitar dicho uso significa ahogar su existencia, es decir, cerrar la vía que el deporte tiene para mejorar de calidad. En sentido contrario, antes se producía una discriminación social del ciudadano que quería practicar el deporte, ya que era muy difícil hacerlo sin tener que acudir a la iniciativa privada, por lo que incluso en las entidades sin ánimo de lucro había que pagar unas cuotas económicas que suponían un obstáculo importante para la mayoría de los ciudadanos.
Si la política deportiva de un municipio persigue como objetivo central satisfacer la demanda deportiva en general, hemos de convenir que dicha demanda no es una, sino varia y plural. Desde el deporte de tiempo libre o de esparcimiento que cada vez tiene mayor presencia en la vida ciudadana, pasando por el deporte federado, que satisface intereses de práctica deportiva de muchos ciudadanos, hasta los espectáculos deportivos en diferentes disciplinas, todos ellos conforman un amplio y diverso abanico de intereses deportivos exigidos por la colectividad.
Afortunadamente el paso de los años ha producido una política deportiva más equilibrada, demostrando que deporte para todos y deporte de rendimiento pueden compatibilizar su existencia y, como si de vasos comunicantes se tratase, llegar a beneficiarse mutuamente.
b) El Deporte para Todos
El término “Deporte para Todos” ha sido utilizado en los textos del Consejo de Europa desde 1956, y uno de los pioneros en su utilización ha sido Jürgen Palm, jefe del Departamento del Deporte para Todos de la antigua Alemania Federal, pudiéndose afirmar que es en 1966 cuando se acuña definitivamente dicho término y se lanza como mensaje institucional del Consejo de Europa, que inicia un movimiento como reacción al sedentarismo y en la defensa del derecho a la práctica del deporte que se reconoce como “el segundo camino del deporte”.
En 1968, se reúnen en la ciudad de Brujas (Bélgica) cinco expertos europeos, entre los que se encuentra el español José María Cagigal, para elaborar el documento que defina el contenido y las necesidades del deporte para todos, proponiendo el desarrollo de un programa a largo plazo que servirá de base para los trabajos posteriores que realizará Alistair D. Munrow, director de Educación Física de la Universidad de Birmingham (Gran Bretaña) y que culminará con la aprobación de la Carta Europea del Deporte en 1975, durante la Primera Conferencia Europea de Ministros responsables del deporte celebrada en Bruselas.
El deporte para todos pretende que todos puedan tener la oportunidad de acceder a la práctica de las actividades físico-deportivas, sin ningún tipo de discriminación, por lo que supone una apuesta por un deporte humanista y educativo. El deporte para todos encierra una filosofía y no puede analizarse de una manera homogénea, ya que en su desarrollo se ha manifestado de diferentes formas, principalmente en función del sujeto a quien se dirige la actividad o al objeto de la misma. El deporte para todos es diverso y plural, tanto en sus productos como en sus organizaciones. A título enunciativo, podemos encontrar, en cuanto a su objeto, la siguiente clasificación:
1. El deporte educativo
2. El deporte-salud
3. El deporte recreativo
Sin pretender agotar las posibles clasificaciones, podemos ordenar también el deporte para todos en función de los sujetos a quienes va dirigido, lo que produciría una amplia diversidad según el segmento social afectado, y que únicamente a título referencial podría quedar de la siguiente manera:
1. El deporte en la edad escolar
2. El deporte de adultos
3. El deporte de la tercera edad
4. El deporte para discapacitados
El deporte para todos, además de cumplir su función principal, que estriba en posibilitar la práctica del deporte a todos los ciudadanos que lo desean, colabora a:
– el crecimiento del llamado “deporte de base”,
– una mayor comprensión del deporte espectáculo,
– la adquisición de los valores propios del deporte,
– la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos.
En la publicación Le Sport pour Tous et le Comité International Olympique se define el deporte para todos como un movimiento cuyo principio es atender el ideal olímpico, que proclama que el deporte es un derecho que pertenece a todos los hombres, sin distinción de raza ni de clase. Este movimiento tiene por objetivo promover la salud, la condición física y el bienestar mediante las actividades deportivas que pueden ser practicadas por personas de sexo, edad y condiciones sociales y económicas diferentes cualesquiera que sean las culturas regionales y locales.
El concepto de deporte para todos podemos interpretarlo como:
1. Filosofía de que nadie se quede sin practicar deporte por falta de recursos económicos o por carencia de cualidades.
2. Promoción de aquellas actividades más naturales y fáciles de practicar, bajo la idea de que debe ser el deporte el que se adapte al individuo, y no al revés.
3.