Existe otra explicación mecánica complementaria: los estiramientos reiterados producen fricciones internas que determinan una elevación de la temperatura de los tejidos. Ésta dilata los tejidos y hace disminuir la viscoelas- ticidad, lo que favorece el incremento de longitud. Es por ello por lo que resulta más fácil incrementar la longitud con los elementos elásticos «en caliente que en frío». Cuando se efectúa un estiramiento «en frío», las tensiones en las estructuras conjuntivas y tendinosas son más importantes y, sobre todo, inmediatas.
F. Los fenómenos líquidos y/o vasculares
Los ejercicios de estiramiento son la causa del aplanamiento miotendinoso y, como consecuencia de ello, contribuyen a extraer los líquidos del interior; es como cuando escurrimos una bayeta retorciéndola y alargándola. En ese momento, los tejidos contienen menos agua, y por ello presentan un estado de estiramiento persistente, hasta el momento en que se vuelven a empapar y recuperan el volumen en detrimento de la longitud.
G. Los fenómenos nerviosos
El estrés cotidiano, más o menos importante en función de las personas, tiene como consecuencia un aumento del estado de contracción defensiva y/o de las contracturas musculares. Todos estos fenómenos contribuyen a provocar un estado crónico de acortamiento muscular. La práctica de ejercicios de estiramiento contribuye a reducir esta tensión muscular por medio de mecanismos neurológicos que facilitan la elongación muscular.
Figura 9. Los diferentes mecanismos que explican la elongación.
EFECTOS DE LOS ESTIRAMIENTOS SEGÚN LA TÉCNICA UTILIZADA
En función de la técnica de estiramiento utilizada, los elementos afectados serán sometidos a tensión de distintas maneras y en grados diversos. En cada caso, es importante utilizar la técnica apropiada según los efectos que se deseen obtener.
LAS TÉCNICAS PASIVAS
Figura 10. Alargamiento en fase elástica, sin riesgo de lesión ni siquiera después del esfuerzo.
Se efectúan en fase elástica (amplitud moderada). Permiten al músculo recuperar su longitud inicial tras un ejercicio que ha favorecido su acortamiento (sesión de entrenamiento específico y competición) y, por tanto, evitar la rigidez muscular. Contribuyen a mantener la flexibilidad y favorecen la recuperación después del esfuerzo.
Figura 11. Alargamiento en fase plástica: importancia de la distensión y de la tolerancia al alargamiento.
Se efectúan en fase plástica (amplitud importante). Cuando estiramos el sistema tendón-músculo, al principio ejercemos presión en la parte muscular, a nivel de los puentes de actina-miosina y de los elementos elásticos de la sarcómera (titina); cuando la amplitud aumenta, el tejido conjuntivo y el tendón se ven involucrados, al igual que las articulaciones. Contribuyen a mejorar la flexibilidad músculo-tendinosa y articular.
LAS TÉCNICAS ACTIVAS
Figura 12.
Permiten ejercitar toda la zona miotendinosa y los tendones, sin incidir en la parte contráctil. Al estirar en un primer momento (amplitud no máxima) y requerir una contracción del tejido contráctil, se obtiene una doble tracción sobre el tendón, a saber, una primera por el estiramiento, en el sentido de la elongación, y una segunda por la tracción de la unidad contráctil debida al enganche entre los filamentos de actina y de miosina, en el sentido del acortamiento.
Permiten hacer trabajar la zona miotendinosa y los tendones durante la fase de estiramiento-contracción, así como la parte contráctil, acortada, durante la fase llamada «de ejercicios dinámicos». Se trata de movimientos que permiten resituar los músculos en su función, y deben efectuarse rápidamente.
Figura 13. Movimiento balístico o movimiento de péndulo.
El movimiento balístico, en el que únicamente debe actuar el peso del miembro, permite el rodaje articular. Ello significa que sobre el miembro en cuestión no debe actuar ningún roce, y que la relajación muscular debe ser total. Así, es aplicable la relación fundamental entre el peso y la aceleración. Esta aceleración siempre es vertical hacia abajo.
LAS TÉCNICAS ACTIVO-PASIVAS
Con esta técnica se consigue más fácilmente un aumento de la amplitud. En efecto, la tensión pasiva de los puentes en la sarcómera puede disminuirse gracias a las contracciones musculares anteriores. Es la noción de «dependencia temporal o período refractario*». De hecho, la relajación muscular depende de dos niveles de funcionamiento: un nivel puramente muscular (puentes de actina-miosina) y un nivel neuromuscular (reflejo, inhibición…).
Contribuyen a la mejora de la flexibilidad del tejido muscular y del tejido conjuntivo.
Figura 14. Figura 10
La diferencia con la técnica anterior radica en que la acción de contracción muscular no es voluntaria (ordenada y realizada por el sujeto), sino inducida por una estimulación eléctrica. En función de la posición de los electrodos, la estimulación eléctrica desencadenará una contracción muscular específica y permitirá combatir más eficazmente la rigidez de origen muscular.
La tensión pasiva de los puentes en la sarcómera se ve disminuida por las contracciones musculares precedentes inducidas eléctricamente. Contribuyen sobre todo a la recuperación de la amplitud muscular después de las lesiones.