Escultura Barroca española. Nuevas lecturas desde los Siglos de Oro a la sociedad del conocimiento. Antonio Rafael Fernández Paradas. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Antonio Rafael Fernández Paradas
Издательство: Bookwire
Серия: Escultura Barroca Española. Nuevas Lecturas Desde Los Siglos De Oro A La Sociedad Del Conocimiento
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9788416848003
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para la ejecución de grandes piezas. Tal vez es obra de uno de los escultores procedentes del Franco Condado que pasaron algunos años en España, Claudio David y Pedro Disses (Sobre este tema, ESTELLA MARCOS, M.M. y BARRIO MOYA, J. L. “Actividad documentada en Andalucía de dos escultores en marfil del Franco Condado y obras de otros escultores posiblemente de la misma procedencia”, Revista de arte sevillano, núm. 3, 1983, pp. 17-24). Es posible que procedan del convento de Sobrado. BIBLIOGRAFÍA: ESTELLA, M. “La escultura barroca de marfil en España”. Las escuelas europeas y las coloniales, Madrid, 1984, Vol. II, núm. cat. 27, pp. 22-23; ESTELLA, M. “La escultura de marfil en España”, en AA.VV. Las artes decorativas en España, T. I, Summa Artis, vol. XLV, Madrid, 1999, pp. 382-384.BibliografíaESTELLA, Margarita. La escultura barroca de marfil en España: las escuelas europeas y las coloniales. 1984. núm. cat. 27, pp. 22-23; Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Diego Velázquez.

      Dentro del Franco Condado, destaca el área de San Claudio, donde afloró el arte de la eboraria, y cuyos maestros fueron importantes miembro de la Academia de San Lucas de Francia. En la documentación se mencionan a Claude-Nicolás David y Pedro Disses. En el primer documento, Claudio David da poder a Juan Girot, a 30 de mayo de 1664. Claudio David había recibido un pleito por parte de la Chancillería de Granda, acusado de contrabando de marfil y otros materiales exóticos, y finalmente fue condenado. El mismo Claudio David, el mismo año, el 29 de julio, otorga un poder a Pedro Disses para que en su nombre pueda reclamar todo el marfil “labrado y por labrar”.

      1.1.3.3.El Maestro de la sigla JAG

      •De cabeza erguida, mirando al cielo e inclinada a la derecha en difícil escorzo.

      •Su frente aparece surcada de arrugas.

      •La nariz no es fina.

      •No lleva perilla. La barba es poco espesa y corta, terminada en dos puntas que se retuercen hacia afuera.

      •El tratamiento del pelo es específico:

      —Separado de la cara por la postura de la cabeza, cae sobre los hombros en un solo bucle a un lado y abriéndose en mechones en forma de V invertida al otro.

      —Su factura es minuciosa, sin abocetar.

      •El cuello en tensión resalta los huesos de la clavícula.

      •El torso es ancho, fuerte y largo. Aparece en ligero escorzo, que acentúa con el quiebro de la cintura y la rotura de la verticalidad de la línea central del vientre.

      •La musculatura no está bien concebida anatómicamente, se señalan menos los pectorales o la del abdomen que la que recubre las costillas, produciendo en efecto de cuerpo arrugado y viejo.

      •En casi todos los ejemplares, los brazos se presentan en posición horizontal, rígidos.

      •Las piernas son esbeltas y largas, acentuando este efecto la cadera descubierta al lado izquierdo.

      •La musculatura de rodillas y muslos acusa la tensión a la que están sometidos.

      •Pies sujetos por un solo clavo, se cruzan montando el izquierdo sobre el derecho.

      •Pureza. Lo más característico de estos Cristos en su insólito paño de pureza, igual en los cuatro ejemplares.

      —Subiendo desde la cadera a la derecha forma un semicírculo sobre el vientre con pliegues suaves.

      —Se sujeta a la izquierda por una soga que envuelve el muslo y recoge el extremo del paño que viene de la espalda en una moña, dejando caer sus extremos verticalmente, casi detrás de la cadera en pliegues de línea ondulante que terminan en recto.

      —En los cuatro ejemplares, el paño está rematado por una greca de ondulación menuda perforada.

      Durante toda la época moderna, las relaciones con Italia, fueron constantes, ya que la Corona española se suministró continuamente de artistas y obra de procedencia italiana. Debemos tener en cuenta también todas las posesiones italianas que España, la Corona de Aragón, seguía manteniendo en este tiempo en territorio italiano. Desde el punto de vista del arte de la eboraria, ello conllevo que las producciones italianas fueran las mejores representadas en España, conservándose un gran número de ejemplares.

      Discernir si nos encontrábamos ante una pieza netamente italiana o de una española a la manera de Italia, es algo prácticamente imposible de llevar a cabo, más si cabe, si tenemos en cuenta que ambos centros utilizaban materia prima de la misma procedencia. Dentro de nuestra materia es habitual encontrar denominaciones tales como Cristo de marfil de arte italiano, lo que viene a decir que puede estar realizado en cualquier sitio, presuponiéndole una calidad expresa al contener la etiqueta. (Fig. 6).

      Fig. 6. Cristo yacente. Italia. Fines del XVII. Madrid. MNAD.

      El denominado crucificado de Isabel Clara, en el Monasterio de El Escorial, se relaciona con las producciones de Gualterius. Este fue donado por Felipe II a su hija, la infanta Isabel Clara Eugenia, procedente de los bienes que su padre había recibido de Pío V.

      Francisco Terillus. Escultor natural de Venecia, fue discípulo de Alessandro Vittoria. Este polifacético maestro estaba versado en el arte de la talla en madera, el bronce y el marfil, documentándose su producción entre los años 1596 y 1635. Diversos museos conservan obra firmada suya. Así, el Museo de Viena custodia un san Juan y una Dolorosa con las siglas