Escultura Barroca española. Nuevas lecturas desde los Siglos de Oro a la sociedad del conocimiento. Antonio Rafael Fernández Paradas. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Antonio Rafael Fernández Paradas
Издательство: Bookwire
Серия: Escultura Barroca Española. Nuevas Lecturas Desde Los Siglos De Oro A La Sociedad Del Conocimiento
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9788416848003
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      [22] Semejante hermenéutica contradice la tradición recogida en los textos apócrifos del Protoevangelio de Santiago, el Evangelio del Pseudo Mateo y el Libro sobre la Natividad de María, que consigna cómo la pequeña fue separada de sus padres a una corta edad para entrar al servicio del Templo, atribuyendo su formación y conocimiento a la ciencia infusa del Espíritu Santo. De nada sirvieron las críticas, escrúpulos y reticencias teológicas vertidas contra el tema por tratadistas tan doctos como Francisco Pacheco o fray Juan Interián de Ayala. De hecho, y lejos de considerar el asunto equivocado, heterodoxo o sospechoso, la Iglesia de la Reforma Católica lo rehabilitó y legitimó al considerarlo más bien una alabanza de las virtudes excepcionales de María, encarnadas por ella en su máxima perfección gracias a la instrucción en la piedad, la caridad y la oración recibida de su madre santa Ana durante la infancia. Fue de este modo como la Educación de la Virgen supo labrarse un lugar importante en la iconografía barroca, avalado por el respaldo de determinadas órdenes religiosas, los Carmelitas Descalzos en particular. A ellos se adscribe el libro de Juan Tomás de SanCirilo Mater honorificata sancta Anna (1655), aunque tampoco los Franciscanos les fueron a la zaga, según demuestra el texto apologético de Jacobus Polius Exegeticum historicum sanctae Annae de 1640. Vid. MÂLE, Emile: El Barroco. El arte religioso del siglo XVII. Italia, Francia, España, Flandes. Madrid: Encuentro, 1985, p. 301.

      [23] En concreto, el erudito artista la hace derivar “de una santa Ana de escultura que estaba en una capilla en la iglesia parroquial de la Madalena, la cual acompañó después un escultor moderno con la Niña leyendo; de donde pintores ordinarios la extendieron, hasta que el licenciado Juan de Roelas (diestro en el colorido aunque falto en el decoro) la acreditó con su pincel, en el convento de la Merced de esta ciudad”, en clara referencia al lienzo (c. 1610-1615) hoy conservado en el Museo de Bellas Artes hispalense. Vid. PACHECO, Francisco. El Arte de la Pintura. Madrid: Cátedra, 1990, pp. 582-583 [Edición, Introducción y notas a cargo de B. BASSEGODA i HUGAS].

      [24] SAURET GUERRERO, Teresa. “Formas iconográficas y género. Uso y abuso de la imagen femenina (Reflexiones a modo de introducción)”. En: SAURET GUERRERO, T. y QUILES FAZ, E. (eds.). Luchas de género en la Historia a través de la imagen. Málaga: CEDMA, 2001, pp. 7-15 (vol. 1).

      [25] WARNER, Marina. Tú sola entre las mujeres. El mito y el culto de la Virgen María. Madrid: Taurus, 1991, pp. 57-60.

      [26] SÁNCHEZ LÓPEZ, Juan Antonio. “Contenidos emblemáticos de la iconografía del ‘Niño de Pasión’ en la cultura del Barroco”. En: Actas del I Simposio Internacional de Emblemática. Teruel: Instituto de Estudios Turolenses-CSIC, 1994, pp. 685-718.

      [27] MONTES GONZÁLEZ, Francisco. “La paternidad divina hecha hombre. Dos nuevas pinturas de Miguel Cabrera y Juan Patricio Morlete en Sevilla”. Atrio, 2009-2010, 15-16, pp. 177-186.

      [28] RODRÍGUEZ BERNIS, Sofía. Diccionario de mobiliario Madrid: Ministerio de Cultura, 2006, p. 114.

      [29] Ibídem, pp. 170-171. La autora asimila el término a “una forma de entender la habitación y el conjunto de muebles que la guarnece. Es una estancia o parte de una estancia en la que se toma asiento a la turca sobre cojines, almohadas o colchones de estrado, que descansan sobre una alfombra o una cubierta de estrado, tendidos sobre una tarima de madera, aunque la presencia de esta no es inexcusable. El conjunto se complementa con muebles de pequeño tamaño […]”.

      [30] ABAD ZARDOYA, Carmen. “El estrado: continuidad de la herencia islámica en los interiores domésticos zaragozanos de las primeras Cortes borbónicas (1700-1759)”, Artigrama,2003, 18, pp. 375-392.

      [31] SÁNCHEZ LÓPEZ, Juan Antonio. “Rito, protocolo y liturgia. Usos y modos del mueble en el Ceremonial de la Catedral de Málaga”. En: SÁNCHEZ LÓPEZ, Juan Antonio (ed. lit.). La Catedral de Málaga y sus muebles. Historia de un patrimonio olvidado. Málaga: Catedral de Málaga, 2014, pp. 51-129.

      [32] RODA PEÑA, José. “Pedro Roldán y la capilla funeraria de los Paiva en el Colegio del Santo Ángel de Sevilla”. Laboratorio de Arte, 2007, 20, pp. 141-155.

      [33] ROMERO TORRES, José Luis. “San Joaquín, Santa Ana y la Virgen Niña”. En: Roldana [catálogo exposición]. Sevilla: Junta de Andalucía, 2007, pp. 198-199.

      [34] RODRÍGUEZ BERNIS, Sofía (op. cit.) pp. 319-320. La autora lo define como un“taburete compuesto por cuatro montantes cruzados dos a dos en equis en el frente y en la trasera. A veces, los montantes sobrepasan la altura del asiento para servir de apoyo para las manos o para brazos si se unen lateralmente con travesaños laterales. El término taburete de tijera quizá sea algo artificial. Se ha adoptado para diferenciarlo formalmente de la silla de tijera. No obstante, históricamente no se establece esta distinción, denominándose faldistorio o silla de tijera ambos muebles, independientemente de que consten o no de respaldo. En la Edad Media se emplea el término faldistorio para aludir sobre todo a los asientos de honor plegables”.

      [35] ROMERO TORRES, José Luis. “Sagrada Familia con el Niño dando sus primeros pasos”. En: Roldana [catálogo exposición], pp. 204-205.

Bloque 2 EL UNIVERSO BARROCO AMPLIADO

      5 Técnica y ornamento: la policromía barroca

      Beatriz Prado Campos

      El arte español ha sido continuamente mejorado al recibir influencias estilísticas y técnicas de otras regiones. Entre los siglos XIV y XV vino de zonas como Flandes y Brabante, durante la eclosión del estilo romanista desde mediados del siglo XVI, de influencia italiana, destaca especialmente su ámbito de actuación en las zonas de puertos mediterráneos como del levante o Cádiz, puerta natural de todas las influencias foráneas y ultramarinas. Ya en pleno siglo XVIII, la influencia del estilo de la corte francesa fue asimismo clave para el nuevo rumbo que tomó la escultura en España. Bajo todas estas influencias, el sentir español, de fuerte arraigo religioso, se fusionó para expresar a través del arte una forma propia totalmente original, creando una de las escuelas de arte escultórico más relevantes en todo el mundo, cuyo máximo esplendor se alcanzó durante el Siglo de Oro Español.