Una semilla para cada día. John Harold Caicedo. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: John Harold Caicedo
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9781953540300
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      Perseguidos por el bien

      “Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida” (Salmo 23:6)

      ¿Qué esperas de este día en particular? ¿Tienes ya una agenda llena de actividades por cumplir?

      ¿Cuáles son las expectativas que tienes al empezar esta nueva jornada? ¿En qué o en quién has puesto tu confianza?

      En muchas ocasiones nuestra vida puede parecer como un intento desesperado por mantenernos a flote mientras todo alrededor se consume bajo una lluvia de desaliento, de luchas infructuosas, de fracasos o esfuerzos que no logran lo que necesitamos cumplir.

      ¿Te has sentido así alguna vez?

      Puede ser que estés pasando uno de los momentos más duros de tu vida y la pura realidad es que no sabes ni qué hacer, pero hoy El Señor te dice en el hermoso salmo del buen pastor que no es necesario vivir de esta manera.

      Que tu vida no es necesariamente una lucha sin cuartel a la cual debes sobrevivir a diario.

      Por el contrario, El Señor te promete que el bien y la misericordia te siguen todos los días y que tu morada permanente es en la casa segura de tu Buen Pastor.

      Por eso este no es un día de derrota, ni de desaliento, ni de desánimo. No.

      Por el contrario este es un día de victoria en Cristo Jesús.

      Así como su misericordia se renueva esta mañana para ti, también hay mucho bien siguiendo tu vida para llenar tus alforjas y prepararte para recibir esas bendiciones que han sido dispuestas para los que le aman.

      Que Dios bendiga tu vida con nuevas realizaciones. Que rías llenando temprano tu espíritu de alegría. Envía una flor a alguien que amas, dale un beso a tus seres queridos, envía un mensaje de aliento a tus amigos, cómprale un detalle a quien te espera y llénalo de sorpresas gratas, escribe un poema, compón una canción, inspírate en la belleza de la naturaleza y ante todo levanta tu mirada al cielo y agradece, porque Dios ha puesto a tu disposición toneladas de bendiciones que te seguirán a lo largo de este día.

      Oración:

      En tu Palabra recibo la seguridad de tu amor, de tu misericordia y de tu anhelo de llenarme de bendiciones. Por eso, hoy Señor, quiero despojarme de temores, de angustias y sentimientos de fracasos, y entrar en la dimensión de tu presencia donde el bien y la misericordia me seguirán todo el tiempo. Recibo ese regalo maravilloso que viene de tus manos benditas y me alisto para vivir un día especial rodeado por tu gracia y tu amor incomparable. Amén.

      En las alas del ángel

      “El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen y los defiende” (Salmo 34:7)

      ¿Tienes la necesidad en este día de sentirte protegido/a, custodiado/a, de que los peligros sean alejados, de que puedas moverte con seguridad a donde quiera que vayas?

      Por supuesto que sí.

      Cuando se hizo una encuesta para determinar las necesidades que un ser humano debe satisfacer, se halló que sin duda una de las importantes aparte de la comida, el vestido y el resguardo, es la de sentirse seguros.

      Hay personas que se sienten atrapadas en cárceles de incapacidad.

      Hay quienes creen que no son importantes para nadie.

      Hay quienes no se atreven a salir a la esquina de su casa porque los temores los tienen apabullados. ¿Cuántas veces hemos escuchado quienes nos dicen: nadie se preocupa por mí, estoy luchando solo mis batallas, me siento abandonado/a?

      A lo mejor tú mismo/a lo has repetido alguna vez.

      Pero hoy El Señor tiene un mensaje para ti: nunca estás solo/a. El ángel del Señor está contigo.

      Los guerreros del pueblo de Israel cuando salían a la batalla tenían conciencia de algo muy importante. No les importaba tanto si el ejército enemigo era muy grande, si estaba mejor equipado, o si tenía más armas de ataque. No, en realidad lo más importante para ellos era saber que Dios estaba con su pueblo.

      Cuando salgas a tu batalla diaria, antes de cruzar la puerta de tu casa para salir a enfrentar todo lo que viene, ponte en las manos del Señor, no pienses que afuera hay enemigos que te quieren dañar, piensa que tienes contigo a un Dios poderoso que cuida cada uno de tus pasos.

      Encomienda hoy tus caminos en sus manos poderosas y ten presente a lo largo del día que no estás solo/a, que Dios está contigo.

      Eres propiedad divina, has sido comprado/a por precio. Tu tranquilidad parte de saber que estás todo el tiempo en la mente de Dios. Que ya es Cristo quien vive en ti, y que Él mismo ha enviado hoy a sus ángeles para que te cuiden.

      Envuelto/a en el amor divino, eres mantenido/a a salvo y estás seguro/a. Dios siempre está contigo como una presencia protectora y amorosa.

      Escucha lo que El Señor te está repitiendo en este nuevo amanecer: Yo soy tu escudo, soy tu amparo y tu fortaleza.

      Oración:

      Hoy te agradezco porque a través de tus palabras me reafirmas que tienes cuidado de mí. Ya no puedo sentirme solo/a o abandonado/a. Aunque el mundo entero se aparte de mí. Aunque no sienta la compañía de alguna otra persona. Incluso, aunque me desprecien o me ignoren, tengo una certeza en mi corazón: ¡tú estás conmigo! y eso me da la seguridad para vivir este día bajo tu amparo y cuidado. Gracias Señor por mantenerme bajo tu protección constante. Amén.

      Pureza de labios

      “el que quiere amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua de mal; y sus labios no hablen engaño” (1 de Pedro 3:10)

      Durante el transcurso de este día, por tu boca saldrán miles de palabras.

      Hoy podrás usar tu boca para levantar oraciones y alabar al Señor, para consolar al afligido, para respaldar a tus hijos en sus actividades, para edificar la vida de alguien, para compartir las verdades de la Palabra de Dios, para traer un mensaje de esperanza a quien está en depresión, para inundar de bendiciones los lugares que visites y las personas con quien hoy te encuentres en tu lugar de trabajo, caminando por las calles, en el salón de clase y por supuesto, también en tu hogar.

      Pero también es posible que uses tu boca para maldecir, para quejarte por la economía, el clima, las enfermedades, la soledad, la tristeza o cualquier otra situación por la que atravieses.

      Podrás así mismo con tus palabras traer murmuraciones, críticas y calumnias.

      ¿Te das cuenta del poder que tienes en la boca?

      Poder para edificar o para destruir, para bendecir o para maldecir, para traer vida o para traer muerte, para levantar o para derribar.

      ¿Cómo usarás hoy este poder? ¿Si pudieras hoy contar las palabras que salen por tu boca, podrías afirmar sin temor a equivocarte que estás usando adecuadamente ese poder que Dios puso sobre ti? Jesús afirmó que lo que contamina al hombre no es lo que entra, sino lo que sale de su boca, porque a través de ella se manifiestan intenciones malsanas, blasfemias, falsos testimonios y malos pensamientos.

      Muchos no son usados, o son usados sólo de manera muy limitada por Dios, porque de sus bocas salen dos cosas opuestas: lo dulce y lo amargo. Sus bocas pronuncian muchas palabras que no son de Dios, al mismo tiempo que pronuncian la Palabra de Dios.

      Por eso en este día, El Señor te llama a usar tus labios con pureza.

      Desafíate a ti mismo hoy a hablar solo palabras edificantes, sazonadas con la gracia del Señor, purificadas por tus buenos pensamientos, llenas de gozo y de amor hacia los demás.

      No contribuyas a la contaminación del mundo,