¿Las aprovecharás? ¿Cumplirás en este día con ese deseo de Dios para este mundo?
Cuando tú obras con generosidad, con amor, con actitudes honestas sin esperar nada a cambio, haciendo el bien por los demás, expresando palabras de edificación, sirviendo a quien lo necesita y regalando de gracia lo que has recibido, no solo eres un instrumento en las manos de un Dios maravilloso, sino además brillas en medio de tanta oscuridad.
Al empezar este nuevo día, proponte servir más que antes. Desafíate a ayudar a alguien en necesidad, extiende tu mano para aliviar el cansancio de quien esté agobiado, expresa palabras que levanten al que está atribulado, comparte con alguien más las maravillas que ya Dios puso en tu interior.
Si todos los seres humanos hiciéramos algo así cada día, entonces la oscuridad sería insostenible.
Una intensa luz brillaría en cada rincón de este mundo, porque cada hijo de Dios alumbraría todo lo que tuviera a su alrededor.
Sí, este es un día para cumplir con esa Palabra de Jesús. Al fin y al cabo, la noche no es eterna, se acerca un nuevo día, es hora de alumbrar.
Oración:
Este es un día para brillar con la luz que Cristo ha traído desde los cielos y ha colocado en mi interior. Al levantarme hoy sabré que Dios quiere usarme para traer luz en medio de tanta oscuridad, y Él mismo ha irradiado de su propia luz en mi interior. Así debo de alumbrar para que también otros sean alcanzados por el poder extraordinario de la luz de Cristo. Este es un día para levantarme y resplandecer, así quiero vivirlo. Amén.
Febrero 16
“Esperando en Él”
“Oh Jehová, de mañana oirás mi voz; de mañana me presentaré delante de ti y esperaré” (Salmo 5:3)
Nuestro mundo está lleno de impaciencia. Es posible que esta mañana tengas tu pensamiento en las miles de cosas que tienes que hacer.
Los compromisos, los horarios de trabajo, la congestión del tráfico, la agenda llena de cosas por realizar. Y sin duda deseas tener muchos logros y cumplir con las metas propuestas.
Esta es la vida del común de las personas.
Sin embargo, el afán de cada jornada nos puede convertir en autómatas que caminan tras el éxito, pero se olvidan de Aquel que puede respaldar cada paso de sus vidas.
Dios prepara cosas maravillosas para los que están ocupados con Él. Él hace esto para aquellos que saben esperar, porque confían en sus promesas.
Esperar en Él significa que he ordenado el centro de mando de mi vida y que nada estará en desacuerdo con la voluntad de Dios cuando Él habla o dirige.
¿Quién gobernará tu vida en este día? ¿Quién te dará fuerzas nuevas y oportunidades para llegar a donde querías llegar?
Solo Dios lo puede hacer. Solo El Señor puede aligerar tus pasos, abrir caminos que parecían obstruidos, llevarte a los lugares indicados y presentarte a las personas correctas.
Por eso en este día, organiza tus prioridades. Preséntate primero delante de Él y espera. Aprende pacientemente a confiar en El Dios que ordena el universo y no cesa de crear cosas nuevas para sus hijos.
Llénate primero de la presencia del Señor y luego ve y enfrenta al mundo, pero vestido con la armadura del cristiano, preparado para la batalla, dispuesto a enfrentar cualquier gigante que se quiera interponer.
Descubrirás entonces que “ni es de los ligeros la carrera, ni la guerra de los fuertes, ni aun de los sabios el pan, ni de los prudentes las riquezas, ni de los elocuentes el favor; sino que tiempo y ocasión acontecen a todos” (Eclesiastés 9:11).
¿Estás muy afanado/a en este día? Ve primero donde El Eterno, el que ha creado los tiempos, y tendrás un día en el que todas las cosas fluirán porque has sabido esperar en Aquel que dirige tu vida de la mejor manera.
Oración:
Esperar en ti es la mejor alternativa que tengo en este día. En este mundo de incertidumbres, de afanes, de movimiento continuo, tú me enseñas a reposar tranquilamente, mientras espero tu respuesta para realizar las cosas que debo enfrentar hoy de la mejor manera. No quiero mover ni un paso si aún no tengo tu respuesta, pero cuando ella venga, entonces me lanzaré a la aventura de vivir un día en la voluntad divina y de avanzar en el camino que conduce al Reino celestial. Amén.
Febrero 17
Escúchalo a Él
“si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones como en la provocación” (Hebreos 3:15)
¿Has escuchado hoy la voz de Dios? ¿Te ha dicho algo tu Creador al empezar este día?
Con seguridad Él te ha hablado, pero quizás no has reconocido su voz en medio de las tareas que estás realizando.
¿Qué clase de palabras crees que Dios le dirigiría hoy a un hijo suyo?
Sin duda serían palabras de aliento para que reconozcas la fuente de tu fortaleza; de motivación para hacer todo con alegría y esfuerzo; de seguridad para que sepas que no estás solo; de ternura para que puedas entender que eres importante para Él; de esperanza para que no te desanimes en el camino; de respaldo para que puedas reconocer que siempre tienes a alguien que mira todo lo que haces; de serenidad para que aprendas a mirarlo todo con asombro y agradecimiento; de regocijo para que sepas que Él comparte tus logros, tus alegrías y éxitos; de consuelo para que experimentes Su presencia en momentos de soledad; y especialmente, Él te diría palabras de amor como solo un Padre puede darle a su más preciado tesoro, por quien está dispuesto a dar la vida.
Sí. Sin duda Dios te ha hablado hoy y te ha dicho todas esas palabras.
Él ha hablado y todo el universo se dispone a obedecerlo, pero ¿qué de ti?
¿Estás listo/a para obedecer la voz del Señor que se levanta esta mañana sobre todo lo creado y pronuncia una bendición eterna sobre sus hijos?
¿Estás listo/a para compartir todas tus cosas con Aquel que te invita a escuchar su voz esta mañana?
Si oyes su voz, no la ignores, no tapes tus oídos, porque no es cualquier voz.
Es la de Aquel que todo lo creó, que tiene el poder para darte el mejor de los días, para cambiar tu lamento en baile, para llenar de nuevo tu cántaro de alegría y de nuevas fuerzas.
Sí, Él es el Dios Altísimo y Soberano de este mundo y toda la creación le obedece cada día.
¿Lo harás tú hoy?
Oración:
Dios amado, mi más grande deseo de este día es ser obediente a tu voz. Es maravilloso poder escucharte desde el momento mismo en que abro mis ojos cada mañana. Descubrir que tengo un día por delante que es un regalo de tu gracia, me llena de regocijo y me alienta para empezar con la mejor disposición de obediencia, reconocimiento y humildad. Este es el día que tú hiciste para que yo me regocije en él. Así quiero vivirlo con el gozo que se tiene al saber que tú estarás conmigo en todo momento de este hermoso regalo de bendición divina. Amén.
Febrero 18
Descansando en la paz de Dios
“En paz me acostaré y así mismo dormiré porque solo tú Señor me haces vivir confiado” (Salmo 4:8)
El Señor le dijo a Josué que meditara de día y de noche en el libro de la ley, guardando todas las cosas mandadas en él y haciendo todo de acuerdo a lo que estaba escrito, y entonces tendría un camino de prosperidad y todo le saldría bien. (Josué 1:8)
Pero este tipo de prosperidad no es la que el mundo vende hoy en día, u otro tipo