Una semilla para cada día. John Harold Caicedo. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: John Harold Caicedo
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9781953540300
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de bendición eterna. Amando a David y concibiéndolo como un hombre de acuerdo a su corazón. Amando a su pueblo y liberándolo de la esclavitud, llevándolo por el desierto hacia la tierra prometida. Amando a sus discípulos, a la mujer adúltera, al centurión que le aceptaba, a la viuda que lloraba, al leproso que se quejaba, a la mujer enferma que buscaba tocar su manto, a las multitudes hambrientas de comida y de palabra, a los pecadores arrepintiéndose, a los que lo golpeaban y escupían, a quienes lo clavaron a una cruz y a quienes contemplaron su muerte y su resurrección.

      En todo esto, estabas también tú. En la mente de Dios estabas contemplado tú desde el principio, desde la creación del mundo y en este día el amor de Dios sigue siendo el mismo para ti.

      El mismo amor que tuvo por su madre María. El mismo amor que tuvo por sus amigos, por sus cercanos, por Lázaro a quien levantó de la tumba, es el mismo amor que desea que tú experimentes y te está llamando solamente a que lo aceptes.

      Eso es todo lo que tienes que hacer. Aceptarlo. Recibir su amor.

      ¿Estás dispuesto a recibir hoy ese amor divino en toda su dimensión?

      Hay muchas cosas que en mi mente finita no puedo entender, pero que debo aceptar por la fe.

      Yo no sé cómo funciona la electricidad, pero aun sé que es muy difícil vivir en la oscuridad.

      Yo no sé cómo funciona el sistema digestivo, pero sé que aun sin saber cómo funciona, debo comer para seguir adelante.

      Yo no puedo entender la dimensión del amor de Dios, pero sé lo que Él me pide, que abra mi corazón y reciba ese amor y que al hacerlo, tendré un destino de eternidad en su compañía.

      Por eso no es necesario que lo entiendas en toda su dimensión.

      Así que en este día aunque no lo comprendas cabalmente, solo acéptalo como un regalo divino, como el más grande obsequio que viene de un Dios lleno de amor para dar.

      ¿Quieres recibirlo? Extiende tus manos, Él las llenará.

      Oración:

      Aunque he buscado el amor en diferentes lugares, hoy entiendo que no hay una fuente superior que mi Señor. Tú eres la fuente, el dador, el canal, el origen del amor y por lo tanto, no puedes jamás ser superado. Por eso hoy recibo ese amor tuyo manifestado de tantas formas diferentes. No lo puedo comprender en toda su dimensión, pero sé que no hay nada ni nadie que me pueda separar del amor de mi Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro. Amén.

      En la casa de mi Padre

      “Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis” (Juan 14:3)

      Un artista insatisfecho con su trabajo le dijo un día a su esposa, me voy a buscar inspiración para pintar mi obra maestra.

      Viajó por muchos países, vio cosas hermosas pero no encontraba lo que andaba buscando.

      Un día salió a pasear y vio una novia saliendo de su boda y le preguntó: ¿Qué es para ti lo más hermoso del mundo? Ella sin titubear dijo, por supuesto, el amor. Pero ¿Cómo pintar el amor?

      Continuó su camino descorazonado y encontró a un soldado que volvía de la guerra y le preguntó: Para ti ¿Qué es lo más hermoso del mundo? Por supuesto la paz, respondió el soldado. Pero ¿Cómo pintar la paz?

      Siguió buscando y encontró a un pastor y le preguntó lo mismo, y él le contestó: Por supuesto que la vida. Pero ¿Cómo pintar la vida?

      Desesperado y frustrado volvió a su hogar, cansado de su cuerpo y de su espíritu.

      Su esposa lo recibió con mucha ternura y calor. El artista encontró el amor del que le había hablado la novia.

      En su hogar todo respiraba tranquilidad y seguridad, era la paz de la que le había hablado el soldado.

      De repente, vio a sus hijos que venían corriendo hacia él para abrazarlo y besarlo, y encontró la vida de la que le había hablado el pastor.

      Toda la inspiración que necesitaba la había encontrado en su hogar.

      No hay un lugar más acogedor que nuestro propio hogar. Podemos visitar hermosos países, caminar por ciudades espectaculares, observar hermosos paisajes, llegar a lugares paradisiacos, pero aun con todo su atractivo, siempre experimentaremos la necesidad de retornar al lugar donde nos esperan nuestros seres queridos.

      Por eso Dios está diseñando en el más allá un hogar para sus hijos. Es un hogar en donde reina el amor, la paz y la vida eterna, porque está siendo diseñado perfectamente por el Divino Arquitecto.

      Y hoy El Señor nos invita a convertir nuestros hogares en lugares donde Su presencia sea continua como un anticipo de lo que viviremos en la eternidad.

      Este es un día hermoso para vivirlo de la mejor manera. ¿Saludaste a los tuyos con un beso? ¿Expresaste palabras de amor y no de reproches? ¿Alegraste la vida de quienes te rodean con un bonito detalle? Vive este día como una expresión perfecta de lo que será tu eternidad. Al fin y al cabo hoy estás más cerca de ella.

      Oración:

      La seguridad de mi vida no es solamente que tengo un hogar terrenal, sino que al partir de este mundo también tendré un hogar celestial preparado directamente por mi Señor Jesucristo. Te doy gracias Señor por semejante privilegio. Saber que por la eternidad disfrutaré de tu presencia me llena de gozo desde ahora mismo porque sé que nunca me faltará el calor de hogar en la casa de mi Padre celestial. Amén.

      Nunca estás solo/a

      “Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo y si por los ríos no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti” (Isaías 43:2)

      Es posible que en ocasiones vengan a tu mente situaciones difíciles que has afrontado.

      Piensa por un momento lo peor que te llegó a suceder. En ese momento te lamentaste y lloraste, quizás gritaste y dijiste por qué a mí, por qué a mí.

      Parecía que no había esperanza y el silencio de Dios era demasiado duro para ti. Y tú decías, dónde está mi Dios, por qué no ha venido, por qué no me escucha, mira mi condición, no puedo estar peor.

      Pero Dios no se había ido, ni se había distraído. Él estaba ahí, aunque no te diste cuenta, Él te confortó, aunque no lo notaste, Él te susurró al oído palabras de consuelo, aunque no podías verlo, Él no se apartó de tu lado.

      En ese momento de gravedad en el hospital o en aquel momento en que tu familiar se fue para siempre y tú solo tenías lágrimas en tu rostro, en ese momento cuando te dijeron que ya no te necesitaban más en el trabajo, cuando tu hijo se fue de la casa, o cuando caminabas solo y pensabas que no eras importante para nadie, o cuando tu esposa te miró con desprecio y te dijo: me voy para siempre.

      Pero Él nunca te abandonó.

      Ese es el verdadero milagro de este mundo. Un Dios tan grande y majestuoso que colocó con sus manos las estrellas, los astros, los planetas y que tiene el poder sobre todas las cosas, es el mismo que camina de tu lado, te cuida, te protege y te libra de tu condición perdida y te lleva hacia el camino de salvación eterna.

      En medio de una generación maligna, perversa, fría, egoísta e individualista somos cuidados por las manos de nuestro Señor.

      El enemigo acecha pero no tiene nada que hacer con los hijos de Dios.

      Por eso en este día tú caminas con seguridad. Tus pasos son firmes, estás siempre protegido/a por la diestra del Señor.

      Por eso puedes reafirmar hoy con total certeza: yo sé que aunque pase por aguas profundas no voy a perecer, yo sé que aunque los tiempos sean malos, Él no me soltará de su mano, yo sé que aunque