¿Por qué siempre faltan dólares?. Группа авторов. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Группа авторов
Издательство: Bookwire
Серия: Economía Política Argentina
Жанр произведения: Зарубежная деловая литература
Год издания: 0
isbn: 9789878010649
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denominada restricción externa al crecimiento ha sido una histórica traba al desarrollo de las fuerzas productivas en países periféricos como la Argentina. Como ya se señaló en el Prólogo, en América Latina esta problemática fue tempranamente abordada por corrientes de pensamiento originales de la región, en particular el estructuralismo latinoamericano y la teoría de la dependencia. Sin embargo, a nivel internacional esta cuestión recién trascendió como objeto de estudio a fines del siglo XX a partir de los trabajos de autores poskeynesianos como Krugman (1979) y, sobre todo, Thirlwall (1979).

      Para poder comprender el freno que mostró la actividad económica durante el último gobierno de Cristina Fernández de Kirchner (2011-2015) y la crisis iniciada con el gobierno de Macri es preciso identificar las condiciones estructurales que llevan a la escasez de divisas en la economía argentina. Como se señaló, no se trata de un fenómeno nuevo, sino que ha estado presente desde el inicio del proceso de industrialización sustitutiva en la década de 1930. Sin embargo, las causas de la restricción externa no se han mantenido inmutables a lo largo del tiempo, sino que han variado cualitativamente, es decir, en cuanto a algunos de los elementos que la explican, sobre todo a partir de la creciente desregulación de los movimientos de capitales que ha tenido lugar desde la segunda mitad de los años setenta del siglo XX.

      En el marco de los importantes cambios que comenzaba a registrar la economía mundial en la década de 1970 (Arceo, 2005; Chesnais, 2009), la política económica implementada por la última dictadura cívico-militar –un plan económico neoliberal basado en la apertura de la economía y la desregulación de los mercados– supuso un quiebre decisivo con la lógica sustitutiva (Azpiazu, Basualdo, y Khavisse, 1986; Canitrot, 1983; Ferrer, 1989). A partir de allí los problemas en el sector externo exhibieron un cambio cualitativo: el endeudamiento externo y la fuga de capitales pasaron a desempeñar un papel central. Si bien en el corto plazo el endeudamiento externo permitió postergar transitoriamente el momento de quiebre del ciclo al desligar en parte el nivel de actividad del resultado comercial, las amortizaciones de capital y la creciente carga de intereses, así como la fuga de capitales locales al exterior –corolario de la “valorización financiera”–, profundizaron los problemas en la balanza de pagos. De este modo, la liberalización financiera y el masivo endeudamiento externo no solo no contribuyeron a resolver la debilidad externa, sino que la agravaron y dieron lugar a crisis más profundas y prolongadas. Es por ello que algunos autores afirman que se pasó de un modelo de stop and go a uno de go and crash (Schvarzer y Tavosnaska, 2008).

      Con sus vaivenes, estos elementos distintivos del “modelo de valorización financiera” se afianzarían en el transcurso del primer gobierno de la recuperación democrática (1983-1989) y bajo el régimen de convertibilidad (1991-2001), y sus impactos sobre el sector externo se potenciarían por la concurrencia de otros factores, entre los que sobresalen la reestructuración regresiva de la industria y la extranjerización creciente de la economía (Azpiazu y Schorr, 2010; Damill, 2000; Kulfas, 2001; Wainer, 2011). De esta manera, la dinámica financiera pasó a ser un elemento central en el balance de pagos, tal como lo atestiguan la crisis de 1981, la hiperinflación de 1989 y la crisis de la convertibilidad en 2001 (Basualdo, 2006; Cantamutto y Wainer, 2013).

      Tras la crisis de la convertibilidad se inició una nueva etapa de alto crecimiento económico que, si bien fue extensa, no pudo ser sostenida ante la irrupción de nuevas dificultades en el sector externo (gráfico 1.1). A diferencia de otras fases ascendentes que experimentó la economía argentina desde la instauración del modelo de “valorización financiera” en 1976, esta se basó sobre todo en el comportamiento del sector productivo. Al respecto, cabe recordar que la ruptura de la convertibilidad implicó el