Gómez e Hincapié resumen en su texto una investigación realizada entre los años 2017 y 2018, dirigida a entender los factores subjetivos, sociales e institucionales que favorecen la movilización de la memoria traumática hacia la memoria política, considerando la vivencia de sufrimiento vinculada a la desaparición forzada de un familiar. Este texto está estructurado en dos partes: en la primera se diferencian memoria política y memoria traumática, emergentes en prácticas sociales y relatos de familiares de víctimas de desaparición forzada; en la segunda parte se analiza el impacto en la salud mental de estos familiares, considerando el tránsito del sufrimiento, relacionado a la memoria traumática, hacia su elaboración, vinculada a la memoria política. La perspectiva de salud mental que de aquí se desprende coloca también en cuestión los modelos basados en la medicalización del sufrimiento y la privatización de daño.
El construccionismo social operó como referencia para el diseño metodológico-crítico-narrativo de este trabajo, que dimensiona también un enfoque crítico-social de la salud mental, dentro de una perspectiva cualitativa de análisis
Se trabajó, en particular, con familiares de víctimas de la ciudad de Manizales, identificadas en el Registro Único de Víctimas de Colombia. Se entrevistaron once personas, en un modelo de entrevista semiestructurada individual y grupal.
En el análisis de los resultados se consideraron seis categorías emergentes. La primera considera los rasgos de la memoria traumática y la memoria política emergentes en los relatos de familiares entrevistados/as, destacando la participación en mesas de víctimas y otros espacios como forma de validar dichos relatos y consolidar la memoria del país. En la segunda categoría se analizan los lugares individuales y colectivos en los que esas prácticas de memoria se instauran, capaces de movilizar conversaciones donde se confrontan aquellos pensamientos relacionados con los hechos traumáticos y sus efectos. La tercera categoría trata de la movilización de los discursos sobre la culpa y la estigmatización, una narrativa favorecedora de la memoria traumática y sus efectos.
La cuarta categoría considera significados y sentidos que se construyen a partir de la desaparición y el recuerdo de la persona desaparecida como una tentativa de mantener la conexión con ella. La quinta categoría destaca el impacto en la salud mental de estos familiares, en los casos donde se produce una fijación del sufrimiento. Y la sexta categoría analiza el tránsito hacia la memoria política, posibilitado por la elaboración del hecho y la posible superación del trauma que esto implica.
En el capítulo de autoría de Wilson López-López, Camilo Rincón-Unigarro, Mario Gutiérrez-Romero y Leonardo Rodríguez Cely se destaca el posible papel de la justicia como aporte a los procesos de paz y la reconstrucción de sociedades, lo que incluye las creencias y prácticas de los diversos actores sociales y sus dinámicas relacionales.
En este sentido, se consideran, entre los posibles efectos psicológicos de los mecanismos de justicia transicional, la cuestión particular de los desmovilizados y su identidad como productora de estigma social e inseguridad, y, entre las víctimas, la posibilidad de que la reparación opere como fuente de injusticia, siendo, por otra parte, la memoria una posibilidad de cambio.
Asimismo, este texto aborda la difícil relación entre los procesos jurídicos y el perdón, mencionando la posible contribución de este a una transformación pacífica del conflicto, en el marco de prácticas restaurativas. Esta dirección de análisis se extiende hacia la relación entre las formas de la justicia y el proceso de reconciliación, destacando la dificultad que el mismo supone, ya que, así como el perdón, se ha transformado en un lugar común, lo que dificulta su abordaje.
De esta manera, esta aproximación entre los campos de la psicología social y la política y el ámbito de la justicia, en particular de la justicia transicional, resulta un aporte relevante para entender la manera en que esos mecanismos y sus prácticas inciden en los sujetos directamente involucrados en el conflicto y en la propia orientación de la sociedad colombiana hacia la justicia para la construcción de paz.
El texto de Idaly Barreto, Iván Felipe Medina-Arboleda, Laura Sofía Santamaría-Uribe, Nury Stella Medina-Mora y Tatiana Ladrón de Guevara-Sánchez muestra desde su título el contenido a desarrollar: por eso explicita algunas estrategias empleadas para avanzar en el desescalamiento del lenguaje del conflicto armado y que circularon mediante la red social Twitter, durante el proceso de negociación de la Habana, en particular en el inicio del mismo –una vez firmado el acuerdo– y en lo que se puede llamar el contexto de transición a la paz.
Se destaca el diseño de investigación empleado, de tipo cronológico; allí el corpus textual recoge las versiones de un periodo determinado. En este caso, se asumen tres cuentas de Twitter del grupo Farc-EP, del año 2016 y el primer trimestre del 2017.
Como eventos relevantes en este periodo, y que inciden en los tuits que circularon, se encuentran: la firma del Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto armado entre el Gobierno y las Farc-EP en la ciudad de Cartagena (Colombia); el discurso del jefe guerrillero –en el acto de firma del acuerdo– pidiendo perdón al pueblo colombiano; el debate sobre la participación política del nuevo partido de las FARC-EP en el Congreso de la República de Colombia; la decisión de mantener la sigla FARC, pero con distinto significado: Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, lo que incrementó la gestión de publicaciones en Twitter®.
Mediante un riguroso proceso de categorización y análisis, se logra evidenciar cómo en este proceso de negociación se desplegaron dispositivos discursivos que ayudaron en el desescalamiento del lenguaje de guerra que caracterizaba el enfrentamiento entre enemigos. En su lugar, se reconoce que los lenguajes empleados se centran en explicar el proceso de negociación y hacer circular sus concepciones ideológicas y políticas para interpretar los acontecimientos del proceso de paz.
La tercera sección de este libro se titula: «La psicología política en la construcción de una cultura de paz». La componen cuatro capítulos, así: el primero, escrito por Álvaro Díaz Gómez, con el título «Subjetividad política a partir de la cátedra de la paz», muestra una experiencia de formación política de jóvenes universitarios en el contexto de la cátedra para la paz.
El encuadre teórico se asume desde cuatro perspectivas: educación para la paz, psicología para la paz, psicología política (con una clara adscripción a la perspectiva que asume, como su objeto de estudio, la subjetividad) y subjetividad política.
El lector logrará evidenciar mediante un proceso investigativo que se encuadra en la opción metodológica de la hermenéutica ontológica performativa (desplegada mediante ocho fases) cómo se van constituyendo sujetos políticos.
Se argumenta y evidencia cómo, mediante la educación, es posible aportar elementos para que el sujeto desde sus propios procesos de reflexividad se autoconstituya en cuanto tal. A la manera de una caja de herramientas, se presentan las siguientes opciones implementadas en el aula de clase para lograr tal propósito: abordaje de las experiencias personales; formación teórica; discusión puntual del proceso de paz entre el Gobierno y las FARC; trabajo simbólico sobre el cuerpo y el territorio desde expresiones artísticas; reconocimiento de actores armados en proceso de negociación, reinsertados o reincorporados; desarrollo de audiovisuales y foros; talleres técnicos, toma y exposición fotográfica; transposición de claves para entender el conflicto.
En el momento interpretativo de la investigación se muestra, para el caso particular, cómo emergen los siguientes rasgos de la subjetividad: la expresión de la potencia del sujeto y, con ello, de la subjetividad; la realización de un proceso de trabajo sobre sí, para el despliegue de la subjetividad; la potencia que se decanta y desdobla en acciones procesuales de