95 MICHEL FOUCAULT (1971). Las palabras y las cosas: una arqueología de las ciencias humanas. Siglo XXI México, pp. 373-375.
96 «El parentesco con la ideología anti-normativista de 1968 es sorprendente: en ambos casos, parece considerarse evidente que bastaría con abolir las normas para disolver los problemas que esas normas han creado» (L. FERRY; A. RENAUT (1998). Op. cit., p. 138).
97 «Todo está organizado para que el loco se reconozca en un mundo que le juzga y le rodea por todas partes; debe saberse vigilado, juzgado y condenado; de la falta al castigo, el vínculo debe ser evidente, como una culpabilidad reconocida por todos». (MICHEL FOUCAULT (1970). Histoire de la folie à l’age classique. Union Genérale d’Édition, París, p. 278).
98 Para poder asociar la represión de los enfermos mentales con el racionalismo y el capitalismo, Foucault tiene que embellecer una Edad Media que supuestamente habría respetado la otredad del loco: «Su odio contra el orden existente convertía a Foucault involuntariamente en un ultraconservador contrariado, porque de sus enfoques se derivaba que en la Edad Media sus protegidos marginales vivían mucho mejor». (Agustín Laje; Nicolás Márquez (2016). El libro negro de la nueva izquierda. Unión Editorial, Madrid, p. 177).
99 MICHEL FOUCAULT (1970), op.cit. p. 79.
100 «¿Quién podría negar que el aislamiento, observación y tratamiento selectivo [de los pacientes] permitió una mejor comprensión de las enfermedades? ¡Pero qué verdad más simple, y qué hecho más inocente! No puede ser: debe ser desenmascarado como un aspecto más de la ubicua conspiración burguesa. […] [Caracteriza a Foucault] la misma suspicacia respecto a todas las decencias humanas que habita las páginas de El ser y la nada [de Sartre]. Nos dice que no nos dejemos engañar, que no creamos que nada se emprende o se consigue si no es en interés del poder». (R. SCRUTON (2015). Op. cit. p. 105).
101 MICHEL FOUCAULT. Surveiller et punir (citado por R. SCRUTON (2015). Op. cit. p. 107).
102 PIERRE BOURDIEU; JEAN-CLAUDE PASSERON. La Reproduction, p. 253.
103 «A los sociólogos de la educación no suele interesarles el rendimiento escolar; más bien, se concentran en el estudio de los alumnos como miembros de una u otra clase social. Prefieren no hablar de malas costumbres en relación al alumno, sino de injusticia social, y normalmente suelen absolver al alumno de toda responsabilidad si obtiene malos resultados». (INGER ENKVIST (2009). «La influencia de la nueva pedagogía en la educación: El ejemplo de Suecia»).
104 Con el pretexto de que «los conocimientos poseen menos importancia hoy que antes a causa de la velocidad con que cambian las cosas», el alumno debe, por tanto, «aprender técnicas para manejar un ordenador, encontrar información y presentarla», «aprender a aprender». No importa el producto, sino solo el proceso. El método usurpa el lugar de los saberes. Cf. INGER ENKVIST (2010). La educación en peligro, Eunsa, Pamplona.
105 Perdón por la autocita: «El ataque sistemático a todo lo que implique selección y excelencia académicas —sea en la enseñanza media (la malhadada LOGSE), sea en la superior— supone quizás la peor traición de la izquierda contemporánea a sus esencias originarias. El sistema de oposiciones públicas representó en su momento una conquista progresista: la selección por la cuna o la clase social era desplazada por la selección meritocrática; la jerarquía intelectual prevalecía sobre la socio-económica. En cuanto tal, era mirado con sospecha por los pudientes; en 1873, el filósofo Charles Renouvier defendió el sistema de concursos frente a “esos burgueses, poco amigos de una igualdad de oportunidades que elevaría a los obreros a su propio nivel”. La izquierda actual, desnortada, parece empeñada en demoler sus más limpias conquistas de antaño. Su referencia intelectual ya no es Renouvier, sino Pierre Bourdieu, que considera que las oposiciones —y, en general, los mecanismos meritocráticos— no son sino tapaderas ideológicas de la “reproducción” del orden social (según él, la jerarquía meritocrática se limita a replicar la estratificación económica: las oposiciones existen para que las ganen los ricos). Bourdieu desprecia toneladas de estadísticas que muestran que —mientras fueron exigentes y selectivas (es decir, mientras la izquierda no las devastó con leyes como la LOGSE o la LRU)— la escuela y la universidad públicas funcionaron como eficaces “ascensores sociales”. La izquierda ya no cree en el mérito: es su mayor tragedia». (F. J. Contreras (2007). «Golpe a la universidad». Diario de Sevilla).
106 Jean-François Revel (2000). La grande parade: Essai sur la survie de l’utopie socialiste. Plon, París, pp. 298-299.
107 «La influencia cultural del 68 fue permeando poco a poco, de un modo paulatino, a medida que la generación rebelde del baby boom y su individualismo ideológico reemplazaba los valores de la generación anterior». (Josemaría Carabante (2018). Op. cit., p. 34). «Las ideas de Mayo impregnan a toda la sociedad, sin que esta parezca darse cuenta. Hay una herencia inconsciente que atraviesa las generaciones e incluso las familias políticas».(Jacques Baynac et al. (1998). Op. cit., p. 82).
108 Así lo reconoce el marxista Eric Hobsbawm: «¿Y si la “gran cosa” que iba a hacer el 68 no fuera el derribo del capitalismo, […] sino precisamente la destrucción de las pautas tradicionales de relación entre la gente y de comportamiento personal dentro de la sociedad existente?». (Eric Hobsbawm (2001). Interesting Times: A Twentieth Century Life. Pantheon Books, Nueva York, p. 251).
109 J. P. le Goff (1998). Op. cit., p. 318.
110 «Qué error el haber pregonado precipitadamente el fin de la sociedad de consumo, cuando está claro que el proceso de personalización no deja de ensanchar sus fronteras. […] Estamos destinados a consumir, aunque sea de manera distinta, cada vez más objetos e informaciones, deportes y viajes, formación y relaciones, música y cuidados médicos. Eso es la sociedad posmoderna: no el más allá del consumo, sino su apoteosis». (GILLES LIPOVETSKY (1987). La era del vacío: Ensayos sobre el individualismo contemporáneo. Anagrama, Barcelona, p. 10).
111 RÉGIS DEBRAY (1978). Modeste contribution aux cérémonies officielles du dixième anniversaire. Maspero. París.
112 Ibídem p. 41.
113 DANIEL BELL (2006). Las contradicciones culturales del capitalismo [1977]. Alianza, Madrid,