Verdad y perdón a destiempo. Rolly Haacht. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Rolly Haacht
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Книги для детей: прочее
Год издания: 0
isbn: 9788412195330
Скачать книгу
discutir sobre quién debía abrir la puerta. Zane se asomó para ver si se trataba de Pitt, pero la llegada de su otro hermano la hizo sonreír.

      Jake.

      Claro.

      —¿Está Zane? —le escuchó preguntar a Emily.

      —¡Estoy aquí! —respondió ella.

      Observó cómo le pedía permiso a Emily para pasar al interior, como si de un extraño se tratase. Zane había notado que la confianza entre ellos se había deteriorado, y un tanto de lo mismo pasaba entre él y Derek. Pese a eso, no terminaba de entender la expresión de Emily cada vez que Jake aparecía. Era como si viese a un fantasma, y le costaba muchísimo reaccionar con una sonrisa forzada para aparentar normalidad. Era cierto que habían pasado un par de años, pero seguía siendo Jake.

      El susodicho caminó en dirección a ella, acompañado de Jack y de Danielle, que corrían a su alrededor.

      —¿Puedo hablar un momento contigo? —preguntó.

      —Por supuesto.

      Lo dejó pasar al interior de su habitación y cerró la puerta tras de sí, dejando a los niños fuera a pesar de sus lamentos. Después se subió sobre la cama, apoyó la espalda contra el cabezal y se sujetó las piernas contra el pecho. Observó que Jake estaba, a su vez, mirando la estancia en la que se encontraba, y lo vio pasar la mano por la estantería superior.

      —No está mal —dijo.

      A lo que Zane respondió:

      —¿No está mal? Si no me equivoco, es madera de lino. Lo más extremadamente caro que hemos tenido nunca para sostener unos libros.

      —¿Y qué tal? ¿Se nota la diferencia con la madera que hemos tenido toda la vida? ¿Los libros se sienten más cómodos?

      —No te burles... Derek se ha esforzado mucho con esta casa.

      La expresión de Jake cambió radicalmente y la pequeña sonrisa que se asomaba en su rostro desapareció poco a poco a la vez que ella pronunciaba la última frase.

      —Por favor, no quiero hablar de Derek.

      Por supuesto que no. Sabía de sobra que no había ido hasta allí para hablar de él.

      —¿Y de qué es lo que quieres hablar? Porque lo cierto es que yo también quería hablar contigo.

      —¿Ah, sí?

      Zane asintió y notó cómo se le encendían las mejillas de forma involuntaria. Jake sacó la silla del escritorio, giró el respaldo hacia ella y se sentó con los brazos apoyados en él, esperando a que se explicara.

      —¿Recuerdas cuando, hace unos años, dijiste que no ibas a hablar de sexo conmigo? —Jake arrugó el entrecejo. Ella continuó—. Estábamos en mi cuarto, en la buhardilla, el día después del Dix76 y... bueno...

      —Sí. Ya me acuerdo.

      —¿Y crees que ahora sería un buen momento?

      La expresión de su hermano le hizo bastante gracia y no pudo disimularlo. Habló de nuevo ante la estupefacción de él.

      —En realidad, creo que con quien deberías hablar es con Pitt, pero no sé si es pedirte demasiado. Él nunca... Ya sabes...

      —¿Pitt es virgen? —Zane asintió—. Quiero decir, Pitt y tú no...

      —Yo también soy virgen, Jake.

      Su hermano se puso las manos en la cabeza y luego abrió mucho la boca para luego cerrarla automáticamente y evitar reírse. Esta vez fue Zane la que arrugó el entrecejo.

      —A todos os hace mucha gracia, pero sería genial que alguien me ayudase a ponerle fin a esta situación.

      Zane le habló abiertamente y sin tapujos de todo lo que ella creía saber con respecto al tema y de cómo eran las reacciones de Pitt —incluidos los tres días que habían podido pasar a solas—, y, a pesar de que Jake escuchó con suma atención, no hizo ningún comentario que pudiese aportar claridad a todo aquel asunto.

      —¿Qué supone que es lo que tengo que hacer? ¿Seguir esperando a que un día ocurra sin más?

      —¿Qué hay de malo en eso?

      —¡Jake!

      —Vale, lo siento, pero de verdad no creo que haya ningún tipo de problema con Pitt, o contigo. Tampoco pasáis tanto tiempo juntos como para que haya una confianza tan íntima, ¿no?

      —¿Qué te parece todo el tiempo que llevamos saliendo?

      —¿Cuántas veces habéis dormido en la misma cama desde entonces, Zane? —Jake dio justo en el clavo—. No hay que ser muy listo para pensar que, si el día de Acción de Gracias se quedó a dormir con Louis en la habitación de invitados, significa que siempre que viene aquí a pasar la noche contigo, en realidad la pasa allí cuando os vais a dormir. ¿O me equivoco?

      —No, no te equivocas.

      Jake levantó los brazos con las palmas hacia arriba en señal de evidencia.

      —¿Lo ves?

      —Pero bueno, también vamos al cine juntos, e incluso tenemos su coche. Sé de gente que hace muchas cosas dentro de su coche.

      —¿Qué haces cuando vas a su casa?

      —Casi nunca voy a su casa... No le caigo muy bien a su madre.

      —¿Que no le caes bien a su madre? Es imposible que tú le caigas mal a alguien.

      Zane rio por el comentario. Sin duda, sirvió para que se relajara.

      —Y lo que de verdad nos importa —prosiguió su hermano—, ¿por qué duerme en la habitación de invitados cuando viene aquí?

      —Ya sabes, Derek...

      —¿Derek? —Zane hizo una mueca con la boca, lamentando haber dicho eso—. ¿Derek te ha pedido que no durmáis juntos?

      —Solo cuando estemos aquí.

      —Joder, ¿dónde coño vais a estar si no?

      De repente, se le iluminaron los ojos. Zane dudó, pero luego entendió lo que se le había pasado por la cabeza.

      —Te recuerdo que la casa de Prinss no está habitable... —le dijo.

      —Por poco tiempo —continuó él—. En cualquier caso, me parece increíble que Derek actúe así con respecto a vosotros, por lo de tener que dormir en habitaciones separadas y todo eso. ¿Acaso él no dormía en nuestra casa con Emily? Incluso con Ashley. ¿Cómo puede ser tan egoísta?

      —No te enfades con él... Solo quiere hacer las cosas lo mejor posible.

      —Convertirse en una persona retrógrada no es hacer las cosas lo mejor posible.

      Zane y él se miraron. Jake parecía enfadado.

      —En cualquier caso, Jake, no quiero que este tema salga de aquí. No me gustaría saber que has estado hablando con Derek sobre las normas de su propia casa, así que prométemelo.

      —Si es lo que quieres...

      Asintió para corroborar lo dicho.

      —Entonces, ¿hablarás con Pitt?

      Jake exhaló una gran bocanada de aire.

      —Vale, hablaré con él, si eso me exime de tener que hablar de sexo contigo.

      —Gracias. Yo volveré a hablar con Monique en unos días, cuando vuelva de su viaje.

      —¿Y qué hay de Ari?

      —¿Qué hay de qué?

      —¿Porque no hablas con ella?

      —Ari no es especialmente abierta en hablar sobre ese tema, y no quiero insistirle más. Me da la sensación de que le incomoda.