La imposibilidad de la sociedad natural nos lleva a revisar el proceso de nuestras instituciones, a salvaguardar el mejor gobierno, uno que sea capaz de mantener el orden. Y en este cometido Burke desconfía en sumo grado de los juicios tanto de los gobernantes corruptos como de las masas ignorantes. No obstante, como veremos en Reflexiones sobre la causa del descontento actual, su concepto del pueblo es muy favorable si se le compara con la gran desconfianza que le produce la corrupción entre los gobernantes.
- Reflexiones sobre la causa del descontento actual (1770)
Noelia Adáñez González en su presentación del texto Revolución y descontento hace una reflexión sobre el alcance epistemológico de la postura de Burke y en particular sobre el fundamento de la cuestión política:
Más allá del contenido explícito de este ensayo, lo que se encuentra es una crítica a los métodos apriorísticos empleados por los filósofos racionalistas de su tiempo y, particularmente, a la idea notablemente extendida y popularizada por Rousseau, acerca de la superioridad de la sociedad natural sobre la comunidad civil. Sin duda este texto anuncia las suspicacias que en Burke provocaban los razonamientos que él mismo llamaba de naturaleza abstracta, siempre que estos se encontraban desvinculados de alguna forma de teología (Adáñez, en Burke, 2008, p. XXII).
La recepción de la obra y del pensamiento de Burke ha estado enmarcada por la controversia y la hipocresía de sus críticos y de la sociedad de cada momento. La época victoriana le condena cuando este período en sí mismo es un mar de confusiones morales. De acuerdo con cada detractor, Burke pasa de ser un tory12 a un whig13 o a un reaccionario. Contrario a los comentarios de un sector de la crítica, Burke suele repetir su apoyo al pueblo como soberano aunque no le otorgue cualidades de autonomía intelectual.
No me cuento entre los que piensan que el pueblo no se equivoca nunca: lo ha hecho con frecuencia y con daño, tanto en otros países como en este. Pero aun así digo, que en todas las disputas entre el pueblo y sus gobernantes la presunción de razón esta como mínimo a la par en favor del pueblo. Quizá la experiencia pueda justificarme si voy más allá. Donde el descontento popular ha sido constante, muy bien se puede afirmar y sostener que generalmente algo fallaba en la Constitución o en la conducta del gobierno. El pueblo no está interesado en el desorden. Cuando obra mal, ello constituye su error, y no su delito (Burke, 2008, p. 7).
Burke defiende las atribuciones de la Cámara de los Comunes, defiende la estructura constitucional y el sistema de partidos, defiende los controles en particular al rey y resalta el papel del pueblo en su participación y control para evitar el desorden y el caos. Desde la Revolución de 1688 la monarquía aceptó el control político del Parlamento. Todo nuevo poder ejercido por la Cámara de los Lores, la de los Comunes o la Corona, debe excitar, ciertamente, el celo ansioso y vigilante de un pueblo libre.
En Reflexiones sobre la causa del actual descontento, Burke discurre por los hechos alrededor de los abusos de poder del rey Jorge III (desde 1760), al pretender reducir la participación y capacidad decisoria del Parlamento, derechos consolidados desde la Declaración de derechos o Bill of Rights de 1689, dando cabida a una inestabilidad burocrática y a la acusación del rey como un autócrata. En particular, la anuencia de la Cámara de los Comunes para expresar y tramitar las opiniones y necesidades del pueblo, fue reducida a una bondad del monarca como concesión. Burke acusa a Jorge III y su corte de haber invertido el sentido de la estructura parlamentaria de la monarquía:
Hasta entonces la opinión del pueblo, a través de una asamblea todavía en alguna medida popular, servía para obtener los mayores honores y ganancias de manos de la Corona. Ahora la regla es la contraria: el favor de la corte es el único modo seguro de obtener y conservar esos honores que deben estar a disposición del pueblo (Burke, 2008, p. 53).
- Reflexiones sobre la revolución en Francia (1790)
Y sobre los procedimientos de ciertas sociedades de Londres en relación con dichos acontecimientos, escritas con la intención de haber sido enviadas a un caballero de París.
La publicación en 1790, con los acontecimientos de la Bastilla frescos en el debate público, Burke publica su texto con 11 reediciones en su primer año. Como fue su costumbre, utiliza la estructura de carta a un ciudadano que le indaga sobre los hechos en París, lo que establece un soliloquio, el otro es apenas una figura para una mirada oblicua de los hechos. Un recorrido por la lista de contenido de Reflexiones sobre la revolución en Francia nos arroja varios hechos ya en el horizonte: a) el autor hace un recorrido por los temas neurálgicos alrededor de la revolución francesa: políticos, económicos, ideológicos; b) sus convicciones planteadas en todos sus textos e intervenciones anteriores guardan unidad de pensamiento entre otros aspectos como su defensa de la religión anglicana (pero incluso de los valores católicos), su recurrencia a la tradición como referente de los valores y de las decisiones sociales y políticas; c) en definitiva, cada acápite lo estructura con la perspectiva de mostrar los errores de la revolución en Francia y el temor por el apoyo que esta ha recibido de algunos intelectuales y políticos ingleses. Presentamos la tabla de contenido de este texto, central para este ensayo, a manera de recorrido entre sus apuestas temáticas:
Primera parte
Los amigos ingleses de la revolución en Francia.
Los verdaderos principios constitucionales de la monarquía inglesa.
Sobre el derecho del pueblo a destituir a sus gobernantes.
Sobre el derecho del pueblo a formar un gobierno por sí mismo.
Los errores de la revolución francesa.
El verdadero significado de los derechos del hombre.
Análisis crítico de la revolución francesa.
Tradición inglesa versus Ilustración francesa.
La Iglesia es uno de los fundamentos del Estado británico.
La política confiscadora de la Asamblea Nacional.
Defensa de la monarquía y aristocracia francesas.
La Iglesia en Francia bajo el nuevo orden.
Segunda parte
La Asamblea Nacional bajo examen.
La nueva constitución de la legislatura.
Francia considerada como confederación, y los intereses comunes de sus miembros.
El poder ejecutivo bajo el nuevo orden.
La política fiscal.
Burke presenta en este libro el compendio de sus reflexiones sobre la complejidad de todo lo que involucra la estructura del Estado, el papel del Parlamento y los intereses cruzados de todos los estamentos sociales. Su primera conclusión fundante en sus reflexiones es afrontar que los gobiernos simples son fundamentalmente deficientes, por no decir ahora nada peor de ellos (Burke, 2003, p. 106).
Ante los hechos de la Bastilla y la arremetida de la revolución en medio de la confusión, las contradicciones y los abusos, Burke confirma una y otra vez su desconfianza por los cambios bruscos, violentos y ajenos al legado de las instituciones y de la historia. No encuentra fundamentos en los procedimientos de la