"Ten cuidado," Kyoko amonestó. -No debes atravesar pisos tan resbaladizos. -Me llamo Kyoko.
"Hiya Kyoko. El es mi hermano Hiroki ... " "Y él es mi hermano Hiraru." Terminaban las frases uno del otro.
"Es muy agradable conocerte," Kyoko asintió.
"Eres muy bonita," dijo Hiraru en voz baja.
Kyoko chilló mentalmente a su ternura pero lo mantuvo adentro. "Gracias Hiraru, debo decir que ustedes dos son muy guapos también."
Ambos se sonrojaron dulcemente y Kyoko estaba encontrando más difÃcil evitar abrazar la vida de ellos. Miró hacia la puerta y luego hacia ellos. -¿Sabes dónde está Kyou?
Hiroki y Hiraru se miraron unos a otros. "Creo que le cae bien", susurró Hiroki.
Los labios de Kyoko se separaron pero no salió nada y se sonrojó.
"Sus mejillas son rojas", dijo Hiraru. "Las mejillas de mamá siempre se ponÃan rojas cuando papá la abrazaba. ¿Crees que Kyou abrazó a Kyoko? "
Kyoko resistió el impulso de caerse y enterrar su rostro en la almohada. -Ha hecho más que abrazarme -prosiguió la idea. Tratando de distraerse notó las manchas de suciedad en las manos del niño y sonrió. Los muchachos serÃan muchachos y parecÃa que estos dos habÃan estado jugando afuera.
Kyoko se estiró y levantó la mano de Hiroki haciéndola girar hacia arriba. ¿Has estado jugando en la tierra? Ella guiñó un ojo.
"Necesitamos tomar un baño ahora", Hiraru le informó sabiendo que Kyou nunca tenÃa manos sucias. Los gemelos le miraban y querÃan ser como su héroe. -¿Vendrás a tomar un baño con nosotros?
Kyoko negó con la cabeza. -No creo que sea una buena idea. Ella vaciló cuando los gemelos tomaron una mano e intentaron empujarla a sus pies.
"A Kyou no le importará", dijo Hiroki. "Una vez que ve lo bonito que eres cuando estás limpio tal vez te abrace."
Los ojos de Kyoko se abrieron de nuevo y ella gimió mentalmente. Ella no querÃa que Kyou la abrazara ... ella querÃa que Kyou la dejara ir. Ahà es cuando realmente se dio cuenta de ella ... los niños no sabÃan que estaba siendo mantenida en contra de su voluntad.
Los pequeños gemelos le sonrieron inocentemente, empujándola hacia la puerta. Su decisión de quedarse donde estaba destrozada cuando vio sus sucios pies descalzos. Se preguntó quién se bañaba y cuidaba de ellos. Todas las pequeñas cosas que su madre solÃa hacer por ella, que daba por sentado, no se habÃan dado a estos hermosos chicos.
Kyoko no sabÃa qué hacer, asintió y siguió a los niños por la puerta y por el pasillo. En el momento que era una ventaja sólo para salir de esa habitación. HabÃa grandes tapices y pinturas revestimiento de las paredes ... más de unos pocos Kyoko no habrÃa importado tener una mirada más atenta pero ella no estaba a punto de hacer una cita. Ella tenÃa un motivo ulterior ... encontrar una manera de salir del castillo y volver a Toya.
Las diminutas manos que sostenÃan las suyas continuaron tirándola por el pasillo hasta un conjunto de escalones de espiral de mármol blanco. La escalera era tan empinada Kyoko apretó su agarre en las manos de los niños no queriendo verlos viajar y caer en su prisa. En el fondo la condujeron a través de un juego de puertas dobles. Kyoko sintió el cambio de temperatura y humedad ... parpadeó sorprendida y miró a su alrededor con los labios entreabiertos.
La habitación era enorme, con una fuente de agua caliente que borbotaba cómodamente en el centro del piso de piedra. La piedra se extendÃa hasta las paredes donde estaba forrada con cojines suaves y esponjosos, creando un ambiente muy cómodo. Bajo las circunstancias adecuadas ... podrÃa haber sido considerado romántico.
Después de la pared, ella estiró el cuello notando que subió por el centro del castillo, conduciendo a diferentes alas y dejando entrar la brisa y el sol. Si llovÃa, estarÃa mojada ahora mismo.
-Bueno, al menos esto está más cerca de estar fuera de lo que era -miró hacia abajo y sonrió cuando ambos muchachos la miraron con curiosidad-. "Es hermoso," asintió ella sin querer preocuparlos con sus propias divagaciones.
Kyoko recordó a Toya una vez le dijo que Kyou vivÃa en un ambiente lujoso ... esto solo lo confirmó. No sabÃa cuán grande era el castillo, y no estaba segura de querer averiguarlo. Ya estaba bastante mal que estaba teniendo problemas para recordar cómo llegó a esta habitación.
Siguiendo su lÃnea de visión de regreso a la primavera, ella notó allà donde los materiales blandos para el secado y el vapor que se levanta del agua caliente. Ella habÃa llegado a amar absolutamente las pequeñas aguas termales que a menudo se encontraban en este mundo pero esto era ... lo mejor desde pan rebanado. De alguna manera, era incluso mejor que lo que tenÃa en su mundo moderno.
ParecÃa casi demasiado bueno para uso general y se preguntó si esto era la zona de baño personal de alguien. Ella se estremeció cuando la idea de que éste pudiera ser el baño privado de Kyou entró en su mente. Echando un rápido vistazo alrededor para estar seguro, ella respiró un suspiro de alivio al determinar que él no estaba en ninguna parte.
Kyoko miró nervioso a Hiroki ya Hiraru. ¿Se supone que estamos aqu�
Sonrieron, saltando de un lado a otro con entusiasmo. "¡QuerÃamos que Kyoko viniera con nosotros como mamá solÃa hacer!" Con eso ... los gemelos precedieron en desnudarse y correr al agua, riendo de placer.
Kyoko dejó caer la mandÃbula. -¿Como hacÃa mamá? Parpadeó varias veces preguntándose cómo dos niños tan dulces e inocentes habÃan sobrevivido sin su mamá y cómo habÃa terminado viviendo con el prÃncipe de hielo.
*****
Kyou caminaba de un lado a otro dentro de las paredes de su habitación preguntándose qué iba a hacer con Kyoko. No estaba preocupado por Toya y los demás, pero el hecho de que Hyakuhei se habÃa acercado tanto a ella no le hacÃa feliz. Si no hubiera llegado a ella primero, ¿qué habrÃa pasado?
Sacudiendo la cabeza, gruñó ante la pregunta. SabÃa exactamente lo que habrÃa pasado. Hyakuhei la habrÃa seducido y luego la habrÃa utilizado para reunir el talismán y abrir un portal en su mundo. TodavÃa podÃa recordar la suavidad de su voz mientras decÃa el nombre de Hyakuhei mientras dormÃa. Ese solo pensamiento bastó para que quisiera volar furioso. Su tÃo no merecÃa tocar ... nunca tocarÃa lo que era suyo.
Dejó de pasearse y miró al espacio. Si ... le gustó mucho el sonido de eso. El único problema que enfrentaba en ese momento era ganar más de su confianza y hacerle ver que él era el único que jamás tendrÃa la capacidad de protegerla de la manera en que estaba destinada a ser protegida. Para que pudiera lograr esto, necesitaba mantenerla a su lado y asegurarse de que permaneciera asÃ.
SabÃa que podÃa obligarla a quedarse, pero también se dio cuenta de que eso sólo la harÃa odiarle. HabÃa trabajado la mayor parte de su vida manteniendo a los humanos a distancia, pero Kyoko ... no querÃa que estuviera lejos. Si nunca abandonaba el castillo, entonces el mal nunca podrÃa alcanzarla. Ãl querÃa que ella quisiera permanecer voluntariamente, como los gemelos.
Una sonrisa muy breve adornó sus labios pensando en los niños humanos que habÃa acomodado dentro de su casa. La expresión desapareció cuando su mente volvió al pasado ... mantener a los gemelos habÃa sido un accidente.
Los