"¿Crees que te tomé por nada? ¡Estabas en peligro y ni siquiera lo sabÃas! " Le informó sombrÃamente.
"Peligro," Kyoko casi le gruñó. "¡Estaba bien hasta que apareciste!"
Respiró con fuerza tratando de calmar su temperamento y su corazón rápidamente palpitante. No querÃa hacerle daño, pero ella no se irÃa todavÃa. Alguien tenÃa que mantenerla a salvo y no confiaba en que sus hermanos hicieran eso después de su negligencia. -No te irás hasta que aprenda lo que necesito saber de ti.
-¿Qué quieres aprender de m� Kyoko apretó sus manos contra su duro pecho y lo empujó, tratando de hacer que él retrocediera para poder sentarse de nuevo. Cuando descubrió que no iba a moverse, ella lo miró con frustración.
Estaba empezando a perder la paciencia con el «prÃncipe del hielo», pensó para sÃ, haciendo que una leve sonrisa histérica cruzara sus facciones. Las yemas de sus dedos hormigueaban con su poder y ella lo retuvo ya que él no habÃa hecho ninguna amenaza real para ella ... todavÃa.
Kyou volvió a mirar las emociones cruzar su cara con asombro, aunque no mostró ninguna evidencia de ser sorprendido. Ãl puso sus manos sobre sus hombros y le dio un ligero temblor. -Eso... quiero aprender eso.
Kyoko frunció el ceño. ¿De qué diablos estaba hablando?
Ãl la sacudió otra vez, "Y eso, quiero saber eso."
"¿Qué?" Ella le gritó, enfadándose. Kyoko le dirigió una extraña mirada preguntándose en silencio si habÃa perdido la cabeza en serio.
-Sà eso, todo eso y esto también. Ãl la atrajo hacia él y le cortó los labios con los suyos en un beso abrasador.
Kyoko jadeó cuando él la tomó por sorpresa y deslizó su lengua más allá de sus labios trayendo su cuerpo más cercano al suyo, saboreándola. En su pánico ... el poder del cristal se desvaneció y ella empujó contra él, pero su fuerza no tenÃa voluntad real.
Kyou escogió esta vez para liberarla cuando sus luchas cesaran. Ãl habÃa hecho su punto incluso si él era el único que lo entendió. Su mirada nunca se apartó de su rostro mientras ella caÃa de nuevo contra la almohada, sus mejillas enrojecidas. La imagen quedarÃa impresa para siempre en su mente. Sus pechos suben y bajan con cada respiración profunda. Sus labios se separaban ligeramente. Su largo cabello castaño oscilaba alrededor de ella en olas.
Era el aspecto de seducción inocente ... haciendo que sus lomos se apretaran y se hincharan. Ya era suya ... sólo que ella no lo sabÃa.
Kyoko le puso la parte de atrás de la mano en los labios en un intento de impedir que hiciera tal cosa de nuevo. Ahora estaba enfadada. Ella no entendÃa. ¿QuerÃa saber qué de ella? -¿De qué me estás hablando? ¿Que quieres que te enseñe? Ella hizo las preguntas con una voz temblorosa sintiendo como si estuviera tratando de arrastrarla a su locura.
Cuando no obtuvo una respuesta lo suficientemente rápida, levantó una ceja molesta y gruñó: -Vamos a dar un salto. Luego se pasó la mano por la boca, como si quisiera borrar la sensación de su beso.
Perdiendo su paciencia con ella, se volvió para salir de la habitación. ¿Por qué no lo entendÃa? ¿Por qué no vio que él querÃa conocerla? No podÃa liberarla ahora ... sin protección de Hyakuhei. El enemigo se habÃa puesto tan cerca de ella que ahora estaba obsesionado con sus sueños ... él no lo permitirÃa.
Kyoko le gritó. -¡Me quiero ir! ¡Déjame ir! ¡Si no sé lo que quieres de mÃ, entonces no puedo ayudarte! " Ella lo observó mientras él se detenÃa, su espalda se puso rÃgida, pero él no se volvió para mirarla.
Kyou sabÃa lo que querÃa de ella, pero por ahora, esto tendrÃa que hacer. -Quiero que me enseñes tus emociones humanas. Caminaba hacia la puerta. "Quizás entonces⦠Voy a entender por qué me molesta proteger a uno."
Ãl se fue, cerrando firmemente la puerta detrás de él. Una vez en el pasillo fuera de la habitación, se apoyó contra la madera de la puerta. "Eso fue ... extraño", pensó con una ceja levantada. Rápidamente se enderezó y miró a su alrededor para asegurarse de que nadie habÃa presenciado su momento de debilidad.
Kyou permaneció allà un momento, pensando. Si pudiera hacer que se quedara ... aunque fuese sólo por un tiempo, tendrÃa tiempo de intentar que ella lo amara. Era hora de admitir lo que estaba haciendo ... al menos admitirlo para sà mismo. Sólo querÃa tenerla cerca. Por una vez en su larga vida, querÃa algo que poseÃa su hermano Toya.
QuerÃa que la sacerdotisa fuera suya ... querÃa ser el que la protegiera. ¿Era esto lo que ellos llaman amor? Sus ojos se oscurecieron de forma atractiva. En el fondo ... conocÃa las emociones, pero sólo él era consciente de ese hecho. Simplemente no habÃa tenido una razón para aprovecharlos en tanto tiempo que se habÃan quedado dormidos. Ãl sonrió en secreto. Si ella querÃa dejarlo ... entonces primero, ella tendrÃa que llegar a conocer al verdadero él.
Primero, él querÃa saber qué era el amor humano y ella serÃa la que le mostrara. Para hacerlo ... tendrÃa que enamorarse de él. Su sangre alta ya la habÃa elegido como su compañero y no podÃa cambiar eso. No importa cuánto luchara contra él ... sólo lucharÃa más duro.
Los ojos de Kyou se iluminaron con la idea de que ella se acercara a él de buena gana. QuerÃa sentir todas esas emociones. SabÃa por qué su padre y sus hermanos pensaban que los seres humanos eran tan interesantes ... dignos de protección. Pensaban que todos y cada uno de ellos eran diferentes y de alguna manera intrigantes. Le resultaba fácil ignorar a la mayorÃa de los humanos ... pero no a la sacerdotisa. Ella era el enigma entre los humanos.
HabÃa pasado mucho tiempo desde que el señor del reino de los guardianes esperaba cualquier cosa .... Pero esta fue una batalla que no tenÃa la intención de perder.
CapÃtulo 4 "Doble Problema"
Kyoko se sentó en las almohadas mirando la puerta que habÃa cerrado con fuerza unos segundos antes. Sus pensamientos se congelaron por la razón por la que dijo que estaba allÃ. Kyou querÃa que le enseñara emociones humanas? ¿Por qué el prÃncipe del hielo querÃa conocer las emociones humanas? ¿Y por qué querrÃa aprender de ella?
Levantó la mano a sus labios sintiendo todavÃa la sensación de hormigueo que le habÃa causado su beso. Los ojos de Kyoko se estrecharon mientras ella bajaba la mano pensando. Pero una cosa es segura. Kyou ya conoce dos emociones ... enojo y presunción.
*****
Hiroki y Hiraru abrieron la puerta, buscando a la chica bonita. Nunca habÃa habido ni una niña en el castillo o al menos una que hubieran visto. HabÃa pasado mucho tiempo desde que habÃan visto a otro ser humano entre ellos. Estaban tan acostumbrados a ver a Kyou que nunca se habÃa dado cuenta de que estaban perdiendo nada hasta ahora. Ahora no podÃan mantener a raya su curiosidad.
Mirándose el uno al otro cuando no vieron nada inmediatamente, se inclinaron hacia adelante un poco más para ver completamente la almohada en la que la chica habÃa estado acostada. Al ver que ella seguÃa allÃ, se revolvieron casi cayendo sobre sà en el proceso.
Los ojos de Kyoko se iluminaron considerablemente cuando vio a los gemelos. Eran tan adorables y otra vez se preguntó cómo alguien