INTRODUCCIÓN
Hasta hace pocos años la obsolescencia programada que implementan algunos operadores del sector productivo para dinamizar la demanda generaba profundas dudas acerca de su relevancia jurídica, en atención a la opacidad que le es connatural. La sostenibilidad que parece provocar en el ecosistema económico ha sido la bandera predilecta de los defensores de esta conducta. La innovación tecnológica y la velocidad de la evolución de los productos y los servicios son otras de sus justificaciones.
A pesar de sus bondades económicas, en el pasado reciente la percepción social, empresarial y jurídica de la obsolescencia programada se ha visto modificada, principalmente en virtud de la inmoderación que en ella se percibe para con el mercado, los consumidores, el medioambiente y otros bienes jurídicos susceptibles de protección. La doctrina se ha empleado a fondo en identificar los criterios jurídico-sustantivos con los cuales parece ser incompatible, así como en articular un catálogo de vías procesales que, adecuadamente empleadas, permitan controvertir el alcance y los efectos de la conducta.
Las cuestiones medioambientales involucradas con la obsolescencia han sido las que menos debates han generado, a pesar de que es en dicha faceta de protección en la que se presentan las mayores incompatibilidades al aplicar las empresas la obsolescencia programada. Los defensores han decidido soslayar las discusiones, en atención a la dificultad que comporta controvertir el indubitado y frontal efecto contaminante susceptible de generarse a través de la implementación de una estrategia de crecimiento infinito como la obsolescencia planificada, en un planeta finito como la tierra.
En un entorno disruptivo como el actual, en el cual la tecnología ha modificado la forma de vivir, de trabajar, de hacer negocios y de relacionarse, la obsolescencia programada adquiere relevancia pues, más allá de su indubitado efecto –y riesgo– medioambiental, se pone en práctica en un entorno de opacidad a través del cual se expone la confianza del consumidor y de los operadores del mercado.
Así lo han entendido en diversas latitudes y sistemas alrededor del mundo, en los cuales la obsolescencia programada –principalmente la ágil obsolescencia programada que provocan las evoluciones tecnológicas–, ha sido objeto de contención normativa, judicial y administrativa.
En ese contexto, este documento de investigación presenta las diversas facetas teóricas y prácticas de la obsolescencia programada, con el objetivo de brindar al lector todos los elementos que requiere para comprender el alcance de la planificación de la vida útil de sus productos, en virtud de los avances tecnológicos persistentes e ininterrumpidos que a velocidad de crucero están promoviendo un crecimiento infinito, en un entorno y ecosistema finito como el del planeta tierra.
Con ese propósito como hilo conductor, el documento se divide en cuatro partes. En la primera se desarrollan los antecedentes y actualidad teórica de la obsolescencia programada, así como las tipologías de implementación actual de tiene la estrategia, sobre la base del dinamismo que atesora en un medio suscitado por la evolución tecnológica y la disrupción.
En la segunda parte se exponen las diversas respuestas normativas y regulatorias que se han articulado alrededor del mundo para responder a los efectos que la obsolescencia programada puede provocar en ese entorno de crecimiento infinito. Lo que a renglón seguido se complementa con la presentación, en la tercera parte, de las respuestas de los consumidores y demás operadores del mercado a la conducta en cuestión, en sede administrativa o de litigio, prestando especial atención a la recurrencia de las acciones que se han presentado en contra de los agentes del sector tecnológico, fabricantes de hardware y de dispositivos electrónicos.
Así, tras la exposición enunciada, el documento finaliza, con antelación a las conclusiones, aludiendo a las soluciones que es necesario implementar para contener de forma eficaz la creciente obsolescencia programada, y sus efectos medioambientales y de confianza pública, atendiendo a las propuestas que al respecto se han suscitado en la Unión Europea, y a las dinámicas de responsabilidad social corporativa que han emergido en los últimos años en el marco de ejercicio de los negocios.
I. OBSOLESCENCIA PROGRAMADA
Nicholas Barbon (2013) sitúa los orígenes de la obsolescencia programada en el siglo XVII, y pone en evidencia el interés respecto de la vida útil de los productos como un factor relevante en la economía de mercado:
La moda o alteración del vestir es un gran promotor del comercio, porque ocasiona el invertir en un paño antes de que el viejo se desgaste: es el espíritu y la vida del comercio, crea una circulación y da valor, por turnos, a todo tipo de bienes básicos. Mantiene el gran grueso del comercio en movimiento.
El citado texto pone de presente la idea básica en la cual se soporta la obsolescencia programada: la promoción del reemplazo de los bienes de consumo, incluso antes de que devengan desgastados o inútiles, pues dicha dinámica estimula la actividad comercial, el flujo de capitales y el crecimiento.
Como parte de una dinámica económica