Como sucede con muchos procesos cognoscitivos, es difícil evaluar una función ejecutiva pura pues utiliza otros dominios cognoscitivos como memoria de trabajo, velocidad de procesamiento, atención y habilidades viso espaciales. Sin embargo, el envejecimiento normal está asociado con una disminución en las habilidades de formación de conceptos, abstracción y flexibilidad mental especialmente después de los 70 años.
Cuando el razonamiento y la solución de un problema involucra material nuevo o complejo, o requiere la habilidad para distinguir entre información relevante de la irrelevante, los ancianos sufren de manera considerable, pues ellos tienden a pensar más en términos concretos, lo que se suma a la disminución en la flexibilidad mental requerida para formar nuevas abstracciones y conceptos. Los déficits en las funciones ejecutivas se pueden observar en las dificultades para planear u organizar actividades, las dificultades para implementar estrategias, las conductas sociales inapropiadas o el juicio pobre.
La cognición social involucra el reconocimiento de las emociones, la empatía y tener introspección. Incluye el reconocimiento de las emociones en caras o en imágenes y la habilidad para considerar el estado mental de las otras personas (pensamientos, deseos e intenciones) o la experiencia de otros en situaciones determinadas. Es la capacidad de “ponerse en los zapatos del otro” en múltiples situaciones.
Farmacología del envejecimiento
Al prescribir un determinado tratamiento en un anciano debe tenerse presente el aumento de riesgos y efectos adversos que se pueden generar, ante la mayor vulnerabilidad existente en él. Por tanto, es básico el conocimiento de los factores relacionados con la prescripción de medicamentos en el anciano.
1. Epidemiología del consumo de medicamentos
El promedio de consumo por anciano que vive en la comunidad es de tres (2-4,5) medicamentos y entre el 55,8% y el 90% toman al menos un medicamento diariamente. El porcentaje de ancianos que toman tres o más medicamentos ha venido aumentando de manera progresiva, de 38% entre 1988 y1994 pasó a 65% entre 2005 y 2008. Actualmente, cerca del 39% de los ancianos toman cinco o más medicamentos de manera regular y 20% de ellos toman al menos diez medicamentos al día. Existe un aumento del consumo en los hospitales generales y en las instituciones de cuidado crónico.
Hasta un 98% de los pacientes en instituciones de cuidado crónico reciben al menos un medicamento y 22% cinco o más. Los medicamentos que más se consumen en el mundo son antibacterianos (48,2%), analgésicos (40,3%), psicofármacos (35,9%), agentes antitrombóticos (33,4%) y betabloquedadores (31,7%). Al ingresar al hospital un anciano recibe 2,14 medicamentos, 5,48 durante su estancia hospitalaria y sale con 3,47 del hospital, el promedio de medicamentos prescritos en los hospitales es de cinco y los de mayor prescripción son analgésicos, digoxina, diuréticos, laxantes y tranquilizantes mayores.
El consumo de tranquilizantes representa un serio problema en los ancianos por sus efectos adversos, efectos de rebote con la suspensión y dependencia asociada con el uso a largo plazo. La prevalencia en pacientes ambulatorios va entre 10 y 18% y aumenta entre ancianos institucionalizados de 22 a 35%. Otra situación en aumento es el consumo de suplementos nutricionales, que aumentó en USA de 14% en 1998 a 49% en el 2006.
El número de medicamentos usados está directamente relacionado con el número de enfermedades y síntomas informados por el paciente, resultado de la tendencia general de tratar síntomas más que individuos y de la creencia de los ancianos de que para cada síntoma debe usarse un medicamento.
La farmacocinética es el estudio de las relaciones entre las dosis de un medicamento y la duración de su acción, comprende absorción, distribución, metabolismo hepático y eliminación. En la tabla 12.1 se muestran los principales cambios en la farmacocinética que se dan al envejecer.
Tabla 12.1 Farmacocinética al envejecer
Absorción | No hay cambios en la difusión pasiva y en la biodisponibilidad de la mayoría de los medicamentos. |
Reducción de la absorción intestinal de medicamentos que requieren transporte activo. | |
Reducción del metabolismo de primer paso. | |
Distribución | Alteración en fracciones libres de algunos medicamentos. Aumento de la fracción libre de medicamentos unidos a albúmina. |
Volumen de distribución alterado. Aumento de la vida media de medicamentos lipofílicos. | |
Aumento de la permeabilidad de barrera hematoencefálica. | |
Metabolismo | Retraso del metabolismo tipo I de medicamentos. |
Excreción | Aumento de la vida media de medicamentos solubles en agua. |
Fuente: Adaptado de Hajjar ER, King AE, Hersh LR. Appropriate use of medications in the elderly. In: Busby-Whitehead J, Arenson C, Durso SC, Swagerty D, Mosqueda L, Fiatarone Singh M, et al, editors. Reichel’s care of the elderly. Clinical aspects of aging. 7th ed. Cambridge: Cambridge University Press, 2016.
La mayoría de los medicamentos se absorben de la mucosa del intestino delgado por difusión pasiva, que no está alterada en los ancianos, lo que hace de la vía oral la recomendada en geriatría. Por el contrario, el trasporte activo está deteriorado y hace que la absorción de medicamentos como la digoxina se retarde. Al envejecer, la disminución en la motilidad gástrica colabora en las posibles interacciones en la absorción de múltiples medicamentos, aumentando el riesgo de reacciones adversas medicamentosas (RAM), y la disminución del pH gástrico mejora la absorción de algunos medicamentos como la penicilina oral.
La biodisponibilidad es la fracción de medicamento que entra al organismo directamente a la circulación sistémica, la cual dependerá de la ruta de administración, las propiedades químicas del medicamento y la absorción y no se encuentra alterada al envejecer.
La distribución de un medicamento en el cuerpo depende fundamentalmente de su volumen de distribución y del grado de unión a las proteínas.
El volumen de distribución es un término usado para describir la proporción entre el medicamento total