Del otro lado del espejo. José Güich Rodríguez. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: José Güich Rodríguez
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Языкознание
Год издания: 0
isbn: 9789972453656
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libres y puros y de los ángeles, de los caelicolae de todas las religiones, no está concernida por aquel modo; es sustancialmente extraña a lo fantástico. (p. 116)

      A este primer núcleo temático estaría estrechamente unido el segundo –“la vida de los muertos y su retorno a la tierra” (p. 117)–, producto del desarrollo de una serie de experimentaciones y búsquedas propias de la época vinculadas no solo al ámbito científico (las filosofías materialistas y sensualistas, e.g.), sino al pseudocientífico (el magnetismo, e.g.).

      Un tercer tema central es el surgimiento de las preocupaciones en torno al individuo y, más exactamente, en lo que atañe a su definición burguesa. Esta preocupación, obviamente, se manifiesta transversalmente en los demás géneros de la literatura del periodo y –en el caso de los narrativos– alcanza un desarrollo significativo en la llamada novela de aprendizaje (el bildungsroman) (p. 119). Este desarrollo temático también involucra las contradictorias consecuencias que conlleva la autoafirmación del individuo y que se manifiestan explícitamente en un número significativo de personajes de los relatos fantásticos que encarnan “el yo monomaníaco, obsesivo y loco” (p. 120), así como los desdoblamientos del yo dividido y alienado26. Precisamente, estas son las derivaciones consideradas por Ceserani como la cuarta y quinta recurrencias temáticas: la locura y el doble. Tal como se ha mencionado anteriormente, estas dos variaciones temáticas se originan en el desmantelamiento de los límites que separan la racionalidad y la irracionalidad –o, más explícitamente, entre “el loco y el hombre de genio” (p. 121)– así como “la unidad de la subjetividad y de la personalidad humana” (p. 122).

      El sexto eje temático concierne a “la aparición de lo ajeno, de lo monstruoso, de lo no cognoscible” (p. 122) representado a través de la intrusión de “un extraño en el espacio doméstico”, situación que “adquiere súbitamente aspectos inquietantes y suscita reacciones de honda turbación psicológica antes que sólo de mero rechazo del elemento extraño” (p. 123). El séptimo tema –uno de los que reviste mayor interés para Ceserani y que desarrolla con mayor amplitud– se relaciona con “el eros y la frustración del amor romántico” (p. 124); para el crítico, a diferencia de los tratamientos anteriores al surgimiento del romanticismo, el amor romántico se caracterizaría del siguiente modo:

      [el amor romántico] está caracterizado, antes que nada, por un poderoso elemento de autoprogramación y autoafirmación de pareja. Dos individuos se eligen el uno al otro en base a una afinidad misteriosa y profunda [...] El programa consiste en la construcción de una nueva e indisoluble unidad, y es natural que entre en conflicto con las estructuras sociales (en especial con el matrimonio convencional) o con las dimensiones temporales de la historia (el devenir individual, los cambios de los sentimientos, las carreras, etc.). (p. 124)27

      Finalmente, el último tema recurrente en los relatos fantásticos –y que se vincula con algunos de los anteriormente mencionados como el individualismo o la locura– es el de la nada. El surgimiento de esta temática estaría fuertemente vinculada al desarrollo de la filosofía materialista y, en general, devendría de la complejización de “la posibilidad de captar agujeros vacíos en la realidad [...] un tema decididamente «moderno», alternativo a las ideologías optimistas del tradición decimonónica” (p. 128).

      Lo fantástico en el siglo XX

      La discusión en torno a los cambios que ocurren en el relato fantástico durante el siglo XX, se suscita a partir de la ya conocida polémica afirmación de Todorov acerca de la imposibilidad de la existencia de una literatura fantástica por el hecho de haber perdido “la función social que tuvo en el siglo XIX, manifestada a través del tratamiento de temas tabú, puesto que gracias al psicoanálisis estos temas han perdido tal consideración, por lo cual dicho género ha dejado de ser necesario: [en palabras de Todorov] «la literatura fantástica no es más que la mala conciencia de ese siglo XIX positivista» (Roas, p. 33). Roas, por otra parte, señala la importancia que tuvieron los relatos de Franz Kafka –y, en particular, La metamorfosis– en la demarcación de los cambios que ocurrieron en el modo fantástico y cómo estos indujeron a los críticos a reformularlo28. Para él, sin embargo –en contraste con las afirmaciones de críticos como Jaime Alazraki (1983) o el propio Todorov– la gran diferencia que se establecería entre la literatura fantástica del siglo XIX y la del XX se explicaría de otro modo:

      [...] la literatura fantástica contemporánea se inserta en la visión posmoderna de la realidad, según la cual el mundo es una entidad indescifrable. Vivimos en un universo totalmente incierto, en el que no hay verdades generales, puntos fijos desde los cuales enfrentarnos a lo real: el «universo descentrado» al que se refiere Derrida. No existe, por lo tanto, una realidad inmutable porque no hay manera de comprender, de captar qué es la realidad. Y esa idea da la razón, en parte, a Todorov y a Alazraki al postular la imposibilidad de toda transgresión: si no sabemos qué es la realidad, ¿cómo podemos plantearnos transgredirla? Más aún, si no hay una visión unívoca de la realidad, todo es posible, con lo cual tampoco hay posibilidad de transgresión. (p. 36)

      Esta posición, sin embargo, no excluye la posibilidad de la existencia de “la dicotomía normal/anormal sobre la que se basa todo relato fantástico” (Roas, p. 37), porque la transgresión sigue siendo posible en la medida en que subvierte las leyes físicas sobre las cuales se organiza nuestro mundo. Por ello, Roas concluye diciendo que:

      lo que caracteriza a lo fantástico contemporáneo es la irrupción de lo anormal en un mundo en apariencia normal, pero no para demostrar la evidencia de lo sobrenatural, sino para postular la posible anormalidad de la realidad, lo que también impresiona terriblemente al lector: descubrimos que nuestro mundo no funciona tan bien como creíamos, tal y como se planteaba en el relato fantástico tradicional, aunque expresado de otro modo. (p. 37)

      Como puede comprobarse, desde los inicios del siglo XX el modo de lo fantástico desarrolla una funcionalidad distinta a aquella propia de los relatos del siglo precedente que responde al influjo creciente del desarrollo de nuevas formulaciones provenientes de las ciencias (la teoría de la relatividad, el psicoanálisis, por citar solo algunas) que contribuyeron, entre otros factores, a la reestructuración de la subjetividad y a la relación del individuo con su entorno o lo que algunos críticos señalan como la crisis de la noción del individuo29. El relato fantástico a partir de entonces –en palabras de Bessière– “desmantela la sintaxis misma del comportamiento humano e implica que el actuar no sea más percibido como la prueba del poder individual eficaz o ineficaz sino como aquello que le ocurre al sujeto”30, de esta manera, “el mundo de lo humano se convierte en uno en el que reina la contingencia” (p. 237). Como ya se ha visto, desde sus orígenes lo fantástico formula una noción del tiempo como un “eterno retorno” por oposición al devenir lineal y progresivo de la novela, noción que a su vez conduce a un “nuevo status de la objetividad y la realidad” (p. 239). En el mundo descentrado y escindido de la posmodernidad, el relato fantástico reactualiza su vigencia en virtud no únicamente de las nuevas condiciones sociales e históricas y modos de conocimiento que nutren la experiencia del hombre del siglo XX –y XXI, habría que agregar– sino también en función de aquellos modos operativos que lo convirtieron en una poderosa herramienta de ficcionalización en el contexto de la modernidad. Es probablemente en base a estos signos inequívocos que radique su versatilidad y funcionalidad para representar las contingencias siempre cambiantes del mundo en el que nos constituimos como sujetos.

      Referencias

      Bal, M. (1992). Narratology. Introduction to the theory of narrative. Christine van Boheemen (Trad.). Toronto: University of Toronto Press.

      Berman, M. (1988). Baudelaire: el modernismo en la calle. En Andrea Morales Vidal (trad.). Todo lo sólido se desvanece en el aire: La experiencia de la modernidad (pp. 129-173). México: Siglo XXI.

      Bessière, I. (1974). Le récit fantastique: la poétique de l’incertain. Paris: Librairie Larousse.

      Ceserani, R. (1999). Lo fantástico. Juan Díaz de Atauri (Trad.). Madrid: Visor.

      Estébanez