La adquisición del sistema verbal español por aprendices alemanes y el papel del aspecto gramatical. Tim Diaubalick. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Tim Diaubalick
Издательство: Bookwire
Серия: Language Development
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9783823301363
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a la enseñanza de español como segunda lengua cuyo objetivo principal debería consistir en contrarrestar el efecto de los marcadores en contextos que a los aprendices les dan señales contradictorias.

      2 Los planteamientos generativistas

      2.1 Líneas generales: La Gramática Universal y la adquisición de lenguas

      2.1.1 Principios, Parámetros y el Programa Minimista: visión general

      La suposición básica del generativismo, y su desarrollo en el Programa Minimista, consiste en la existencia de la Gramática Universal (GU) mediante la cual los seres humanos adquieren la lengua por vías establecidas y comunes a todos. Esta GU que representa el estado inicial de la facultad cerebral dedicada a analizar y procesar la lengua contiene las herramientas necesitadas para un proceso exitoso de la adquisición mediante una deducción del input lingüístico al que un niño está expuesto (cf. Chomsky 1981, 1995, 2000, 2001).

      “Given this endowment, a human infant, but not her pet kitten, will reflexively categorize parts of the confusion around her as ‘linguistic’ and develop rich and highly articulated capacities to enter into these peculiar modes of human thought and action.” (Chomsky 2000:89)

      Se asume que la GU consiste en principios universales y parámetros que necesitan fijarse. Los principios resumen propiedades abstractas que comparten todas las lenguas del mundo, tanto las actuales como las pasadas y futuras (en tanto que se asuma que la facultad cerebral de la especie humana no cambia). Un ejemplo de tales principios es el Principio de Proyección Extendida1 (Chomsky 2000: 102), según el cual cada sintagma flexional o complementante proyecta una posición para un especificador ocupado por el sujeto de la frase. Los parámetros, en cambio, causan la variación entre las diversas gramáticas de las lenguas del mundo. Estos se sitúan en algunos ítems integrados en el léxico de la GU. Según Chomsky (1995), este tipo de variación –la variación sintáctica– se debe reducir a los núcleos funcionales. Con esta afirmación, el autor adopta los argumentos de Borer (1984), por lo cual se estableció el término Borer-Chomsky Conjecture para referirse a esta observación (Baker 2008, Boeckx 2011, Domínguez 2014, Roberts 2014). Así, originalmente, siguiendo a Roberts (2014:181), estos núcleos se resumen por: caso estructural, rasgos φ (persona, número, género), rasgos categoriales (D, V, …), y rasgos de atracción (rasgos EPP, etc.).

      Los núcleos funcionales que implican una interacción del verbo, más concretamente, de los rasgos temporal-aspectuales son el CP (sintagma complementante), el TP (sintagma temporal) y el vP2 (sintagma verbal ligero). Mientras que los dos primeros se asumen para proyectar una posición que alberga los rasgos que se necesitan en los procesos sintácticos (2.6), el sintagma verbal ligero contiene tanto propiedades léxicas como funcionales, y sirve para proyectar una posición para el sujeto (creado en el especificador, o SpecvP), y así diferencia las posiciones de objetos y sujetos (Chomsky 1995, Schmitz 2006). Al analizar unos sistemas específicos, se evidenciarán otros sintagmas importantes (como AspP, el sintagma aspectual).

      Según los fundamentos del Programa Minimista (Chomsky 2001), la adquisición de una lengua consiste en la selección de los rasgos y el ensamblaje subsecuente entre estos rasgos y los elementos del léxico. La tarea principal, consiguientemente, consta de la asignación de estos rasgos a elementos léxicos o vocabularios. Los parámetros asociados a estas categorías funcionales se consideraban aptos para explicar el problema lógico de adquisición (Chomsky 1986, Grewendorf 2002), según el cual se necesitaba una teoría para explicar que cada niño adquiere las estructuras de su lengua materna enteramente sin que el input pueda contener todas las frases posibles ni tampoco evidencia negativa. En cuanto se ha fijado un parámetro, se fijan automáticamente otros rasgos del lenguaje. Un parámetro clásico acerca del cual se han formulado varias propuestas en la investigación lingüística sería el parámetro del sujeto nulo (Chomsky 1981, Rizzi 1982, 1986, Müller et al. 2011). Con la valuación positiva del parámetro del sujeto nulo, se han asociado varias propiedades como la posibilidad de sujetos finales y la extracción posible de sujetos en interrogativas intercaladas (véase Zushi 2003: 560). Es decir, la fijación de parámetros en un valor u otro produce un efecto fuerte en otras partes de la gramática, y justifica así la enorme rapidez que presentan los niños humanos al adquirir su L1.

      En las últimas décadas, sin embargo, la noción de parámetros en la investigación dentro del marco generativista se ha visto confrontada con varios cambios. Así, una diferenciación importante más reciente con respecto al concepto original de los parámetros es la categoría de microparámetros. Volviendo al ejemplo del parámetro del sujeto nulo, la comparación entre distintas lenguas revela grandes distinciones: mientras que varias lenguas romances, entre ellas el español e italiano, permiten oraciones con sujetos nulos, no permiten la omisión de clíticos en función de objetos. Otras lenguas, como el japonés, en cambio, permiten una omisión de cualquier pronombre, tanto en posición de sujeto como de objeto (Roberts 2014, Zushi 2003). Además, las descripciones de japonés y chino causaron la necesidad de rechazar la presunta correlación entre sujetos nulos y un sistema de conjugación rico. A primera vista, parece lógico que las dos propiedades aparezcan juntas porque la desinencia verbal posibilita la recuperación del sujeto por parte del interlocutor. El caso de dichas lenguas asiáticas, sin embargo, ha demostrado que hay lenguas sin conjugación que sí permiten omitir los sujetos si lo licencian los rasgos pragmáticos en un discurso dado (cf. Zushi 2003).

      Estas observaciones exigieron una reformulación de los conceptos de parámetros, ya que se evidenció que un número limitado de pocos parámetros con efectos mayores no engloba todos los sistemas posibles.

      “Over the thirty years since the idea of a parametrized UG was first proposed, there has been a steady move away from the original conception of a small number of highly abstract parameters with the proliferating effects to a view of parameters as more local in their effects (see Kayne 2005).” (Roberts 2014:181)

      La tendencia a subdividir los parámetros en unidades cada vez más pequeñas, evidentemente, se registró también en la investigación de segundas lenguas. En este contexto, Lardiere (2009) resume que, aunque se empezó con muy pocas categorías funcionales (como C, T y D, cf. Chomsky 1995), estas subsecuentemente fueron subdivididas en más, resultando en una aparición de múltiples micro-parámetros (Kayne 2005, Uriagereka 2007) que para la investigación empírica se mostraron escasamente útiles (Lardiere 2009: 177). Ha habido, por consiguiente, varios intentos de volver a enfocar la idea general de encontrar parámetros grandes con un fuerte efecto en el proceso de adquisición. La discusión sobre la importancia de estos macroparámetros frente a los más recientes microparámetros resultó esencial, no solamente en la descripción lingüística, sino también para los estudios de adquisición. No obstante, Domínguez (2014) advierte que lo que en los estudios sobre la diacronía puede mostrarse como una teoría adecuada no necesariamente lo es también para estudios acerca de la adquisición. La diferencia entre los dos enfoques yace en el lugar donde se genera la variación lingüística:

      “Macroparameters seem better suited to account for big trends across E-languages (differences from the top down) than to capture the essence of variation in I-language in the Minimalist framework, which considers looking at variation from the bottom up.” (Domínguez 2014: 2)

      La mayor ventaja de los planteamientos acerca de los macroparámetros consiste en su manejabilidad práctica, y, por lo tanto, contribuye más a la adecuación explicativa. Roberts (2014) concluye que el actual desarrollo de la teoría se aleja demasiado de estas ideas originales, y no cumple con las generalizaciones pretendidas. Un resultado de la formulación de más y más microparámetros lleva a un número hiperastronómico3 de gramáticas posibles.

      Ante este fondo, los planteamientos del cierre de la GU (→2.2) pueden criticarse en el sentido de que estas posturas sufren un problema de falsabilidad. Los datos obtenidos de la interlengua de hablantes de una L2 no revelan directamente la representación gramatical subyacente a ella, y una comparación con el sistema nativo resulta difícil dado que las teorías tampoco resultan consolidadas. White (2003: 113) concluye que, como la evidencia de la existencia de parámetros en la adquisición de la L1 no