Sabor peruano. Enrique Blanc Rojas. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Enrique Blanc Rojas
Издательство: Bookwire
Серия: La media vuelta
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9786075712987
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rodeada del cariño y admiración de sus compatriotas. Según su asistente personal, la aparición de la demencia y una leve pérdida de memoria la hacen olvidar las ofensas del pasado. Incluso en inconsciencia, sigue reescribiendo su historia para hacerla perfecta. El 1 de noviembre del 2008 fallece de cáncer de colon en una residencia de ancianos de Los Ángeles. De acuerdo con sus deseos, sus restos descansan en el cementerio Hollywood Forever.

      Mientras los argumentos que la denostaron hace cincuenta años parecen haber envejecido mucho y mal, el arte de Yma se mantiene vigente. No exageraba cuando, al preguntarle por su edad, respondía: “Nací hace dos mil años, pero aún estoy joven”.

      En los últimos años, su música ha aparecido en películas y series televisivas como The Big Lebowski, Mad Men, RuPaul’s Drag Race, Better Call Saul, el Cirque du Soleil y en los Juegos Olímpicos de 2018. Sus canciones son sampleadas y remixeadas por artistas populares y en 2010, la revista V Magazine declaró a Yma Sumac uno de los diez íconos de la moda más importantes de todos los tiempos.

      En 2016, después de aparecer en un doodle de Google, ingresó por primera vez y de manera póstuma entre los veinte principales de Bill.board. En 2021, la disquera Ellas Rugen Records inició su actividad con la reedición de Legend of the Sun Virgin.

      © Getty Images.

      ¿Yma Sumac es un mito que agravió la autenticidad de la identidad peruana, o la identidad peruana es un mito desafiado por la autenticidad de Yma Sumac? Como sea, ella encarna la resistencia de la cultura originaria y, al mismo tiempo, la capacidad de adaptarse a los cambios culturales de un modo insólito, potente y cosmopolita. Zoila se adelantó a su tiempo, hizo del sincretismo su bandera, con un pie en el mundo de sus ancestros y otro en el futuro universal.

      La crisis política que tiene lugar (no importa cuándo leas esto) en el Perú, exacerbada por la desigualdad perpetua entre la clase dominante y el pueblo, hace pensar que la historia de Yma podría repetirse hoy si no fuera porque Yma Sumac ha demostrado ser irrepetible.

      Me pregunto si la diva alada leyó alguna vez esos versos de Emily Dickinson que le calzan de modo tan preciso: “Sé fiel a ti mismo y sé fiel al misterio. / El resto es perjurio.”

      Chabuca Granda: carta íntima a Chabuca

      TERESA FULLER GRANDA

      Cortesía de la autora.

      Quisiera contarles mucho de mi madre, pero intentaré hacerlo brevemente. Chabuca, la madre, nos dio a mis hermanos y a mí todo el amor y comprensión, lo que nos ha permitido enfrentar la vida con valentía, honestidad, entereza y amistad. Era una persona generosa, inteligente, tierna, sagaz, íntegra, veraz, muy divertida y, a la vez, muy justa. Nunca nos castigó, sólo nos miraba fijamente y nos levantaba una ceja. No teníamos necesidad de mentirle, conversaba siempre que podía con nosotros y, además, no queríamos perder su confianza. Detestaba las mentiras y la injusticia social. No toleraba la brutalidad. Nada la hacía callar. Era muy estricta, no sólo consigo misma, sino con nosotros y con los demás. Tenía un humor negro, a veces no sabías cuándo hablaba en broma o en serio. Sumamente generosa y respetuosa con todos. Decía que “a sus padres, les debía que de niña no supiera que las gentes eran de colores. Después ya nadie pudo deformarla.” Me emociona hablar de mi mamá, aún sigo descubriéndola.

      Vida y trascendencia de Chabuca

      María Isabel Granda y Larco, conocida como Chabuca Granda, nació el 3 de septiembre de 1920 en Las Cotabambas Aurarias (a 4800 metros sobre el nivel del mar), asiento minero ubicado en el distrito Progreso, en la provincia de Grau, departamento de Apurímac, Perú. Su padre fue Eduardo Granda y San Bartolomé, ingeniero de minas; y su madre, Isabel Larco Ferrari de Granda. En 1923, la familia se mudó a Lima, donde Chabuca estudió en el Colegio León de Andrade. Desde muy niña descubrió su vocación por el canto, y se unió al coro y a la Asociación de Canto de la escuela. Más tarde, durante su juventud, ingresó a la Asociación de Artistas Aficionados (AAA), en la cual aprendió teatro, ópera y ballet. Asimismo, incursionó en la interpretación de boleros y música mexicana a través del dúo Luz y Sombra, conformado con Pilar Mujica, y en un trío junto a las hermanas Martha y Rosario Gibson, con quienes se presentó en espacios como Radio Miraflores y Radio Nacional.

      Cortesía de la autora.

      Su actividad como compositora profesional comenzó en 1948 con los temas “Lima de veras”, “Callecita encendida”, “Zaguán” y “Tun, tun, abre la puerta”. Dos años después, el 7 de enero de 1950, Chabuca terminó de escribir “La flor de la canela”, una de sus canciones más emblemáticas, dedicada “a la señora doña Victoria Angulo, de finísima raza negra; a ella y desde ella, esta canción [es] como un ínfimo homenaje a esta admirable raza que nos devuelve con ritmo, con sonrisa y con bondad, los hasta ahora incomprensibles años de injuria de la esclavitud, lo que la historia aún no ha calificado”. A esta misma época pertenecieron creaciones como “Fina estampa”, “El puente de los suspiros”, “José Antonio”, “Zeñó Manué”, entre otras. También compuso temas en inglés y francés.

      La creación artística de Chabuca Granda está formada por un vasto catálogo musical que reúne más de treinta años ofrendados a la composición de canciones populares que transitan por los distintos géneros peruanos, principalmente los costeños, y géneros internacionales. Su obra abarca también poemas, guiones para cine, televisión y teatro musical, como Limeñísima (y otros títulos inéditos), Misa Criolla de Bodas, villancicos y la Historia y geografía de América, entre otros. Su producción musical ha sido publicada en innumerables partituras editadas en diversos países de América y Europa. La audaz profundidad literaria, su capacidad de síntesis y el buen uso del idioma castellano que caracteriza su estilo, en absoluta concordancia con la riqueza melódica de sus creaciones, no sólo enriquecieron el cancionero popular peruano, sino que además lo dotaron sensiblemente de algunas de sus más logradas páginas. Como autora, compositora e intérprete peruana, Chabuca Granda legó a la cultura material e inmaterial de su país grabaciones de su valiosa producción. Fue precisamente a este campo al que dedicó inspirados esfuerzos y donde se concretaron algunos de los álbumes musicales más vanguardistas de nuestra música popular, como Navidad, en el que incluyó sus tres villancicos; Dialogando, con la guitarra de Óscar Avilés; Voz y Vena, con arreglos de Martín Torres y Rafael Amaranto; Chabuca Grande de América, con el acompañamiento del Mariachi Vargas de Tecalitlán y arreglos de Rubén Fuentes; Chabuca Granda y… don Luis González, con arreglos de Jaime Delgado Aparicio; Chabuca Granda, con la dirección artística de Hugo Videla; Tarimba Negra, con arreglos de Ricard Miralles y Cada canción con su razón, con la dirección artística de Hugo Casas. Asimismo, dirigió la grabación de dos producciones discográficas: Lo mejor de Chabuca Granda. Doce nuevos valses de Chabuca Granda y Misa Criolla de Chabuca Granda. Posteriormente, una disquera peruana editó el CD Chabuca inédita, con temas que habían sido grabados previamente.

      Otro rasgo que le da valor a la trayectoria de la comprometida carrera de Chabuca Granda es su aporte a la internacionalización de la música popular peruana. Si por un lado ofreció siempre conciertos en las principales plazas latinoamericanas, norteamericanas y europeas; por otro, sus composiciones viajaron tanto y más en boca de los más encomiados músicos e intérpretes nacionales e internacionales, entre quienes podemos destacar a Yma Sumac, Raphael, Bola de Nieve, Mercedes Sosa, Armando Manzanero, Julio Iglesias, Caetano Veloso, Plácido Domingo, Celia Cruz, María Dolores Pradera, Nati Mistral, Betty Missiego, Olga Guillot, Lucha Villa, Libertad Lamarque, Juan Diego Flórez, Carmina Cannavino, Tania Libertad, Los Panchos, Guadalupe Trigo, Lola Beltrán, entre otros. Su canción más emblemática, “La flor de la canela”, ha sido traducida a varios idiomas, interpretada en los cinco continentes, y es considerada uno de los más contundentes símbolos de la identidad peruana en todo el mundo. Con estilos conservadores y otros más revolucionarios,