Esta publicación ha contado con la colaboración del Aula d'Història i Memòria Democràtica y del Aula de Música, ambas de la Universitat de València.
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© de los textos: los autores, 2020
© de esta edición: Universitat de València, 2020
Coordinación editorial: Maite Simón
Maquetación: Celso Hernández de la Figuera
Cubierta:
Ilustración: Ricardo Bastid Peris, Campesinos saludando al tren (ca. 1954), óleo sobre lienzo, 52x63 cm, Museu d’Art Contemporani Vicente Aguilera Cerni (MACVAC) Vilafamés.
Diseño: Celso Hernández de la Figuera
Corrección: David Lluch
ISBN: 978-84-9134-603-6
Edición digital
ÍNDICE
La capital inverosímil. Valencia, sede del Gobierno republicano (1936-1937), Javier Navarro Navarro
Reacción política conservadora también en la cultura: València, 1931-1939, Juan Carlos Colomer Rubio
La Universidad en guerra, Marc Baldó Lacomba
Los espacios para la música en la Valencia republicana, Juan Miravet Lecha y Luisa Tolosa-Robledo
Fiesta y cambio social. Las Fallas de la Segunda República, Gil-Manuel Hernàndez i Martí
El teatro en València durante la Segunda República y la guerra civil, Ramon X. Rosselló
Cine en Valencia durante la Segunda República. Buscando su voz, Daniel Gascó
PRÓLOGO
Este libro nació para contextualizar un acontecimiento musical que protagonizó la Orquestra Filharmònica de la Universitat de València. En efecto, con el objetivo de conmemorar los ochenta años de la capitalidad republicana de Valencia (noviembre de 1936 a octubre de 1937), la Orquestra recuperó y grabó música de los años republicanos. Una de las directrices de esta es precisamente investigar, recuperar y difundir música valenciana olvidada o hasta desconocida. Y la ocasión de la capitalidad republicana de la ciudad era una excelente oportunidad para rescatar una selección de la obra de un grupo de compositores jóvenes, el Grup dels Joves, y ejecutar conciertos monográficos sobre estos compositores.
El Grup dels Joves, estudiado en este libro por José Pascual Hernández, emergió en 1934. Lo integraron Ricardo Olmos (1905-1986), Vicent Garcés (1906-1984), Luis Sánchez (1907-1957), Vicente Asencio (1908-1979) y Emilio Valdés (1912-1998). Estuvieron activos los años que aquí nos ocupan (también después, prosiguiendo sus biografías truncadas por la guerra y sus diversas trayectorias).
Al recuperar obras de estos compositores y esta época, la Orquestra Filharmònica de la Universitat no solo los reivindicaba, sino que, a su vez, reivindicaba el impulso cultural de los años republicanos, esmaltado de iniciativas culturales rompedoras como la que ofrecen estos maestros que entonces tenían entre 22 y 29 años. El proyecto fue impulsado por el musicólogo del Conservatorio Superior «Joaquín Rodrigo» Pasqual Hernández y el director de la Orquestra Filharmònica de la Universitat, Hilari García, y fue empujado por el Vicerrectorado de Cultura de la Universitat. Al Aula de Historia y Memoria Democrática y al Aula de Música nos pareció un acontecimiento importante, lo suficiente como para preparar un libro que contextualizase al Grup dels Joves, que es el que ahora sale a la luz: El desafío de la cultura moderna: música, educación y escena en la Valencia republicana (1931-1939).
La Segunda República es una estrella que sigue brillando en la memoria democrática de los ciudadanos. Esto se debe a su esfuerzo por desarrollar políticas de libertad e igualdad. Una parte importante de las políticas republicanas se centraron en la cultura, un frente por el que apostó con decisión aquel régimen, y lo hizo para ganar el porvenir, consciente de la importancia que tenía la cultura, o si se quiere la palabra, la educación, la creación artística en todos sus campos. Aportaron su esfuerzo gobernantes, partidos de la izquierda y sindicatos, y fue esencial la implicación de intelectuales, artistas y una parte muy activa de la sociedad civil. Los avances en el campo de la cultura constituyen un hito de la época republicana. No es extraño que fuese calificada como «República de intelectuales» por Azorín en 1931.
La cultura, en los años treinta, se apasionó por la modernidad. Venía haciéndolo desde antes, desde principios de siglo. Pero en los años treinta este interés explosionó, estimulado por la fuerza que inyectaban las libertades que se iban desgranando desde abril de 1931. Buscar apasionadamente la modernidad constituyó un aspecto