16 Sobre el potencial y las limitaciones de la IA: Gary Marcus, un gran desarrollador de IA, emprendedor y científico cognitivo, también es un gran crítico de esta y señala todos los problemas que tiene actualmente. Véase MARCUS, Gary y DAVIS, Ernest (2019): Rebooting AI: Building Artificial Intelligence We Can Trust, Nueva York, Pantheon Books.
17 Cita de Rousseau: ROUSSEAU, Jean-Jacques (1963): “Correspondence Générale XVII, 2-3”, en Ernst CASSIRER, The Question of Jean-Jacques Rousseau, Bloomington, Indiana University Press, citado en Claes G. RYN (1990): Democracy and the Ethical Life: A Philosophy of Politics and Community, Washington DC, Catholic University of America Press, p. 34 [2.ª edición].
18 Sobre el instinto de Welch: WELCH, Jack (2002): Hablando claro, Lluís Delgado Picó (trad.), Madrid, Ediciones B.
19 Sobre los beneficios de utilizar datos y estadísticas: MEEHL, Paul E. (1954): Clinical Versus Statistical Prediction: A Theoretical Analysis and a Review of the Evidence, Mineápolis, University of Minnesota Press.
20 Sobre AlphaZero: Esta sección se benefició enormemente de las entrevistas de marzo de 2019 de Kenneth Cukier con Demis Hassabis de DeepMind, así como con el gran maestro de ajedrez Matthew Sadler y la maestra Natasha Regan, por lo que los autores les dan las gracias.
21 Sobre los detalles del modelo de entrenamiento de AlphaZero: SILVER, David et al. (6 de diciembre de 2018): “A General Reinforcement Learning Algorithm That Masters Chess, Shogi and Go”, DeepMind (web). Disponible en https://deepmind.com/research/publications/general-reinforcement- learning-algorithm-masters-chess-shogi-and-go-through-self-play [consultado el 18/06/21]; SILVER, David et al. (5 de diciembre de 2017): “Mastering Chess and Shogi by Self-Play with a General Reinforcement Learning algorithm”, DeepMind (web). Disponible en https://arxiv.org/abs/1712.01815 [consultado el 18/06/21]. El proyecto sucesor de AlphaZero, llamado MuZero, puede aprender las normas de los juegos de mesa por sí mismo. Véase SCHRITTWIESER, Julian et al. (23 de diciembre de 2020): “Mastering Atari, Go, Chess and Shogi by Planning with a Learned Model”, Nature, vol. 588, n.º 7.839, pp. 604-609. Disponible en https://www.nature.com/articles/s41586- 020-03051-4 [consultado el 18/06/21].
22 AlphaZero y la estrategia de ajedrez: SADLER, Matthew y REGAN, Natasha (2019): Game Changer: AlphaZero’s Groundbreaking Chess Strategies and the Promise of AI, Alkmaar, New in Chess.
23 Our World in Data: Más información sobre el proyecto y sus financiadores en el apartado “Our Supporters” de Our World in Data disponible en https:// ourworldindata.org/funding [consultado el 18/06/21].
24 Sobre Harari: HARARI, Yuval N. (2016): Homo Deus: breve historia del mañana, Joandomènec Ros i Aragonés (trad.), Barcelona, Debate.
25 Sobre Fukuyama: FUKUYAMA, Francis (1992): El fin de la historia y el último hombre, P. Elías (trad.), Barcelona, Planeta.
ii
La capacidad de enmarcar
Los modelos mentales afectan a todo lo que hacemos, incluso aunque no nos demos cuenta
El domingo 15 de octubre de 2017, Alyssa Milano estaba tumbada en la cama de su casa de Los Ángeles leyendo las noticias.1 Internet ardía por las acusaciones al productor cinematográfico Harvey Weinstein. Milano había sido una estrella infantil en comedias televisivas de los ochenta y por aquel entonces era una actriz de cuarenta y pico años, por lo que conocía perfectamente todos los nombres que se estaban mencionando en las noticias. Por desgracia el acoso sexual no es algo inaudito en Hollywood; de hecho, el notorio “casting de sofá” es una institución abominable de la industria. Pero a Milano aquellas revelaciones le parecieron diferentes. No se trataban de insinuaciones indeseadas, sino de agresiones físicas, decenas de ellas, que no habían sido meramente ignoradas durante décadas, sino activamente encubiertas.
De repente, le llegó un mensaje de una amiga que sugería que, si las mujeres alzaran la voz en Twitter, el mundo comprendería la magnitud del problema. A Milano le pareció una muy buena idea; siempre había sido una persona muy comprometida. Cuando era una joven estrella de quince años, besó a un chico seropositivo en un programa de entrevistas de la televisión para demostrar que el contacto casual con personas con SIDA no suponía ningún peligro. En 2013 “filtró” en internet lo que parecía ser un vídeo sexual de ella y su marido, pero que en vez de contener escenas subidas de tono en realidad era un segmento de dos minutos explicando el conflicto de Siria; utilizó el clickbait en favor del humanitarismo.
Así que para ella recurrir a Twitter tenía mucho sentido. “Sería una muy buena manera de hacernos una idea sobre la magnitud del problema”, recuerda que pensó Milano, y también “sería una manera de quitar el protagonismo a estos hombres horribles y devolvérselo a las víctimas y supervivientes”.2 La propia Milano había sido agredida en un estudio cinematográfico casi veinticinco años atrás, pero nunca lo había mencionado públicamente.3 Así que decidió abrir Twitter y teclear: “Si te han acosado o agredido sexualmente escribe “me too” en respuesta a este tuit”.4 A continuación apagó el dispositivo, echó un vistazo a su hija de tres años ya dormida y se fue a la cama.
Cuando se despertó quedó totalmente sorprendida al ver que su tuit tenía treinta y cinco mil respuestas y no paraba de crecer. Se extendió por todo el mundo en un abrir y cerrar de ojos. Al final del día, el hashtag #MeToo ya había sido utilizado en más de doce millones de publicaciones. Empezaron a llamarla los periodistas. Se convirtió en un fenómeno mundial.
El movimiento MeToo es muchas cosas, pero quizá una de las más importantes es que es un marco. Transformó la manera en que percibimos el abuso sexual; dejó de ser algo que deberíamos guardar en la esfera privada para convertirse en algo que podíamos hacer público. Las declaraciones en Twitter se convirtieron en una fuente de empoderamiento y liberación. El movimiento MeToo consiguió revertir el estigma; las mujeres no deberían sentirse avergonzadas y tienen todo el derecho del mundo a avergonzar a los hombres que las han agredido.
Antes del movimiento MeToo, si una mujer hablaba sobre una agresión se arriesgaba a ser vista no como una víctima, sino como una persona complaciente, cómplice o culpable. (“¿Por qué fuiste a su piso?”, “¿Por qué llevabas ese vestido tan provocador?”). Gracias a este nuevo marco, las mujeres pudieron compartir su testimonio sabiendo que no estaban solas y que tenían un grupo de apoyo mundial en la palma de su mano.
Este nuevo marco no solamente nos proporcionó una manera alternativa de reflexionar sobre esta cuestión, sino que nos abrió un nuevo abanico de acciones y decisiones posibles.
cartografiar el mundo
Gracias a los marcos, la complejidad del mundo nos resulta más comprensible, ya sea en relación con la respuesta de las mujeres ante el acoso sexual o con la manera en que los científicos conciben las estructuras moleculares de los antibióticos. Nuestras mentes