14 G. Spiegel: «Historia y posmodernismo...», pp. 67-73.
15 M. A. Cabrera: Historia, lenguaje y teoría de la sociedad, Madrid, Cátedra, 2001.
16 P. Burke: Formas de hacer historia, Madrid, Alianza, 1993, pp. 3-59 y 154.
17 M. Foucault: Microfísica del poder, Madrid, La Piqueta, 1991.
18 J. W. Scott: «El género: una categoría útil...», p. 47.
19 R. Chartier: El mundo como representación, Barcelona, Gedisa, 1995, pp. 56 y 67.
20 Véase N. Townson (ed.): El republicanismo en España (1830-1977), Madrid, Alianza, 1994.
21 M. Pérez Ledesma: «Cuando lleguen los días de la cólera. Movimientos sociales, teoría e historia», Zona Abierta, 69 (1994), pp. 51-120. Asimismo en R. Cruz, M. Pérez Ledesma (eds.): Cultura y movilización en la España contemporánea, Madrid, Alianza, 1997.
22 A. Pizzorno: «Identidades e interés», Zona Abierta, 69 (1994), pp. 135-152.
23 M. R. Sommers: «¿Qué hay de político y de cultural en la política y en la esfera pública? Hacia una sociología histórica de la formación de conceptos», Zona Abierta, 77/78 (1996/1997), pp. 31-94.
24 Sobre la noción de ciudadanía femenina véase M. D. Ramos: «La ciudadanía y la historia de las mujeres», Ayer, 39 (2000), pp. 246-253; C. Fagoaga (ed.): 1898-1998: un siglo avanzado hacia la igualdad de las mujeres, Madrid, Comunidad de Madrid, Dirección General de la Mujer, 1999.
25 S. Kirkpatrick: Las románticas. Escritoras y subjetividad en España, 1835-1850, Madrid, Cátedra, 1991, p. 13.
26 A. Prost: «Fronteras y espacios de lo privado...», p. 29.
27 N. Armstrong: Deseo y ficción doméstica, Madrid, Cátedra, 1991, p. 27.
28 B. A. Aldaraca: El Ángel del Hogar: Galdós y la ideología de la domesticidad en España, Madrid, Visor, 1992.
29 G. Fraisse: «Del destino social al destino personal. Historia filosófica de la diferencia de los sexos», en G. Duby, M. Perrot (dirs.): Historia de las mujeres en Occidente. El siglo XIX, Madrid, Taurus, 1993, pp. 57-89.
30 I. M. Zavala: Breve historia feminista de la literatura española (En lengua castellana). III. La mujer en la literatura española (Del siglo XVIII a la actualidad), Barcelona, Anthopos, 1996, p. 26.
31 S. Kirkpatrick: Las románticas..., pp. 15-18.
32 Como afirma Béjar, las luces triunfan a medida que dilatan el fuero interno privado hasta hacer de él un espacio público. Sin perder su carácter privado, la sociedad llamará a las puertas del Estado y a los detentadores del poder político para exigir también allí un derecho de mirada. H. Béjar: La cultura del yo, Madrid, Alianza, 1993, p. 81.
33 Ibidem, pp. 138-140.
34 M. Suárez Cortina: «El republicanismo institucionista en la Restauración», Ayer, 39 (2000), p. 62.
35 J. Varela: Los amigos políticos. Partidos, elecciones y caciquismo en la Restauración (1875-1900), Madrid, Alianza, 1977.
36 Sobre el blasquismo destacan los trabajos de E. Sebastià: València en les novel·les de Blasco Ibáñez. Proletariat i burgesia, Valencia, L’Estel, 1966. A. Cucó: Sobre la ideologia blasquista, Valencia, Tres i Quatre, 1979; A. Cucó: Republicans i camperols revoltats, Valencia, Tres i Quatre, 1975. R. Reig: Obrers i ciutadans. Blasquisme i moviment obrer, Valencia, Alfons el Magnànim, 1982.
37 Respecto a los movimientos feministas a finales del siglo XIX y principios de XX, véase R. Evans: Las feministas. Los movimientos de emancipación de la mujer en Europa, América y Australasia (1840-1926), Madrid, Siglo XXI, 1980. Para la formación del feminismo en España, G. Scalon: La polémica feminista en la España contemporánea (1868-1974), Madrid, Siglo XXI, 1976; M. Nash: «Experiencia y aprendizaje: la formación histórica de los feminismos en España», Historia Social, 20 (1994), pp. 153-154; R. Mª. Capel: El sufragio femenino en la Segunda República Española, Madrid, Dirección General de la Mujer de la Comunidad de Madrid, 1992; C. Fagoaga: La voz y el voto de las mujeres. El sufragismo en España (1877-1931), Barcelona, Icaria, 1985; P. Folguera (ed.): El feminismo en España: dos siglos de historia, Madrid, Ediciones Pablo Iglesias, 1988.
38 K. Canning: «La història feminista...», p. 311.
I. CONTEXTO HISTÓRICO
Tras reseñar que el nacimiento de Blasco Ibáñez tuvo lugar en 1867, la mayoría de sus biógrafos suelen relatar los hechos más significativos que, un año más tarde, tuvieron lugar en Valencia en los días de la Gloriosa.1
Las hazañas y proezas de ese «cantón valenciano», fruto de la sublevación entusiasta y ordenada de los republicanos federales, permanecieron largo tiempo en la memoria colectiva, al igual que todos aquellos personajes de la revolución: Peris y Valero, Guerrero, Cabalote, personajes valencianos magnificados y mitificados que, años más tarde, paseaban todavía por la ciudad y podían verse en una reunión, en un café o simplemente por la calle.2
Durante aquellos años se habían oído por primera vez en Valencia palabras como democracia, ciudadanía, libertad, resonando en calles tortuosas y plazuelas sin otro pavimento que la tierra apisonada.3 Valencia era, pues, la ciudad de España que había conocido algaradas, motines y fracasadas intentonas revolucionarias.
Así, los sucesos de la revolución y las posteriores agitaciones del Sexenio Democrático, el ambiente de euforia y los posteriores desengaños de quienes aspiraban a la democratización de la vida política, no sólo debieron estar presentes en las vivencias infantiles y juveniles de Blasco Ibáñez y de toda su generación hasta ejercer