La competitividad de la región centro del estado de Guanajuato y valoración de su capital territorial. Susana Suárez Paniagua. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Susana Suárez Paniagua
Издательство: Bookwire
Серия: Pùblica Social
Жанр произведения: Социология
Год издания: 0
isbn: 9786078781768
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la tasa de beneficios que puedan producir. Por ello, las regiones avanzadas y dinámicas se aprovechan de un doble proceso, acumulativo y cualitativo, como lo señala Cuadrado:

      a) En primer lugar, el crecimiento inicial de una determinada zona o punto geográfico, a veces por razones no económicas, genera un flujo de inmigración que, a su vez, determina la creación de un mercado interno más amplio y en crecimiento. Este hecho estimula nuevas decisiones de inversión que producen un relanzamiento de la demanda local y del potencial de crecimiento. b) En segundo lugar, la existencia de economías de escala y de aglomeración y la adopción de innovaciones de proceso que acompañan a las nuevas inversiones y bienes de capital, dan lugar a que aumente la productividad y la competitividad de la economía local, lo que permite atraer nuevas demandas externas. La expansión de las exportaciones produce, a su vez, un aumento del empleo, nuevos flujos de inmigración y más desarrollo (1995, pp. 11-12).

      Esta teoría indica que si dos regiones caracterizadas por enormes diferencias de renta o por su distinta especialización (p. ej.: agricultura e industria manufacturera) compiten dentro de una zona comercial unificada, no funcionan ni el principio de la ventaja comparativa, ni los mecanismos neoclásicos de ajuste, sino que, por el contrario, la región rica se ve favorecida por unos mayores rendimientos e impide el desarrollo de las más pobres.

      h) Teoría de los Polos de Crecimiento. Esta teoría postula que la inversión en industrias dinámicas localizadas en centros estratégicos puede estimular un crecimiento económico más generalizado a través de encadenamientos hacia atrás y hacia adelante con las empresas que funcionan como proveedoras o demandantes de sus productos (Kuri, 2003). Toma como punto de partida una industria líder o ‘clave’, localizada por decisión de una autoridad pública, por azar o por otra razón, dentro de una zona económicamente atrasada. Esta industria por su dimensión y desarrollo tecnológico produce para mercados distintos del de la localización, aunque tiende a demandar y crear in situ una gran parte de los requerimientos y servicios que precisa. Esta teoría, señala Cuadrado, sostiene que la industria líder genera un conjunto de efectos de polarización y de desarrollo en torno al lugar en que está emplazada, en especial:

      a) efectos derivados del multiplicador keynesiano, activados por el gran número de trabajadores empleados y por sus mayores niveles salariales; b) efectos input-output directos e indirectos, activados por la demanda interna de inputs intermedios (los “vínculos hacia atrás y hacia delante” a causa del carácter “básico” de la especialización local); los proveedores encuentran ventajas en instalarse cerca del polo; c) efectos de aceleración de Aftalion, a causa de las altas tasas de inversión y reinversión de beneficios; d) efectos ligados a las ventajas de localización, debido a la existencia o creación de infraestructuras y capital social; e) efectos de imitación y aprendizaje que producen una mejora en los niveles locales de conocimientos y técnicas y en la capacidad empresarial y de gestión (Cuadrado, 1995, p. 13).

      i) Las Teorías del Comercio Internacional y de las Uniones Aduaneras en el ámbito regional. La principal corriente teórica sobre el comercio internacional coincide con las premisas y conclusiones de la teoría neoclásica del crecimiento regional. Afirma que, si existe una perfecta movilidad de los factores de producción y una imperfecta movilidad de las mercancías, los factores deberían dirigirse hacia aquellas regiones en que obtengan mayores rendimientos, conduciendo todo ello a una situación de equilibrio e igualando, por consiguiente, los precios de los productos en todas las zonas. Si, por el contrario, los factores de producción fueran inmóviles, pero existiera un libre comercio para los productos, cada zona se especializaría en aquellas producciones que hicieran mayor uso de los factores que allí fueran más abundantes (Cuadrado, 1995, p. 14).

      j) La Innovación como Impulsora del Desarrollo Regional. La innovación (en productos como en procesos) se ha convertido en uno de los factores clave para impulsar el desarrollo regional, incluso en el factor más importante del éxito de las economías locales (Nijkamp, 1986 citado por Cuadrado, 1995, p. 19). Desde los años ochenta del siglo :XX, aumentó el interés por la economía espacial de la innovación y el progreso técnico, se enfatizó en: a) los procesos de concentración geográfica de las actividades de investigación y desarrollo (I+D) y de innovación; y b) la expansión inter e intrarregional de la innovación” (Cuadrado, 1995, p. 19).

      También se han desarrollado nuevos conceptos tales como el de milieu innovateur o “entorno innovador”. Este enfoque plantea que

      La actividad de innovación tiende de manera natural a la concentración espacial. De hecho, una concentración de instalaciones permite una más fácil explotación de los conocimientos científicos y tecnológicos desarrollados en los centros de investigación y universidades, un mejor y más fácil acceso a la información, una mayor movilidad de la mano de obra cualificada y un mayor desarrollo de los servicios avanzados. La experiencia muestra que, dentro de los estrechos límites de las zonas metropolitanas y centrales, o de algunos “valles”, “pasillos’’ y corredores especializados, se generan toda una serie de procesos de apoyo mutuo en la innovación, de sinergias entre las unidades de investigación y las de producción, de efectos expansivos en la movilidad de la mano de obra gracias, especialmente, a los contactos personales o al fácil acceso a la información necesaria en cada momento (Cuadrado, 1995, p. 19).

      También este enfoque postula que los procesos de innovación son de carácter acumulativo, justificado por las economías externas y por los efectos expansivos de la mano de obra cualificada y los conocimientos tecnológicos y organizativos que impulsan un proceso de generación de la innovación tecnológica en un área determinada (Cuadrado, 1995, p. 20, citando a Nelson y Norman, 1977 y Goddard y Thwaites, 1980). Procesos de innovación que se producen con mayor probabilidad en las regiones centrales, por lo que existe un profundo desequilibrio regional en la capacidad de innovación.

      k) La tesis del “entorno innovador”. En el marco de la teoría del crecimiento endógeno se desarrolla esta tesis, que admite que el desarrollo se produce en zonas geográficas concretas, a causa del complejo conjunto de relaciones e interacciones que tiene lugar dentro de sus fronteras y le otorga un papel importante al factor de la oferta en el logro del éxito local. También concede relevancia a los procesos de innovación, al “entorno innovador”, al medio en que actúan los elementos que se consideran fuentes de creación del desarrollo económico, los cuales se benefician del elemento de proximidad geográfica y de las homogeneidades económicas y culturales que permiten definir territorialmente el propio medio o entorno local/regional. Los elementos económicos que caracterizan al

      “entorno innovador son: a) economías externas y “economías de distrito”, las cuales promueven una especie de “clima industrial” capaz no sólo de reducir las desventajas en términos de costos de las pequeñas empresas locales, sino de ayudarlas en sus procesos de innovación. A este grupo pertenecen, por ejemplo, el importante proceso educativo y formativo que se produce dentro del citado medio o entorno; b) economías de proximidad, que reducen los costes de transacción al facilitar la circulación de la información, generar un mayor número de contactos personales y disminuir el costo de obtención de la información dentro de la economía local; c) elementos sinérgicos, que mejoran la capacidad local de innovación por medio de procesos de imitación, interacciones entre agentes locales, sociedades mixtas privadas y públicas para proyectos de infraestructura y servicios, interacciones entre centros de investigación y empresas potencialmente dispuestas a adoptar invenciones con rapidez, colaboración entre clientes y proveedores (Cuadrado, 1995, p. 23).

      Cuadrado destaca que la capacidad innovadora de un medio no sólo puede atribuirse a su funcionamiento interno, sino que necesita de alguna energía externa,

      en forma de nueva información tecnológica, organizativa o de mercado, y los canales que permitirán recibir y utilizar dicha energía de modo eficiente en el proceso de producción son las redes transterritoriales. Aparte de las redes de infraestructuras tradicionales (aunque sean avanzadas), las formas más importantes de “redes” son las de cooperación que se establezcan entre empresas (acuerdos de colaboración tecnológica, alianzas estratégicas, acuerdos de comercialización), entre instituciones de investigación, e incluso entre instituciones públicas, como los gobiernos regionales o municipales que deseen colaborar