La obra muestra los bienes de distinta naturaleza (tangibles, intangibles, duros, suaves, mixtos) de los que dispone cada municipio que integra la región en cada una de las dimensiones que están presentes en su territorio, así como sí son aprovechados o no de manera suficiente y estratégica para promover procesos de desarrollo y lograr competitividad territorial. Con ello intentamos avanzar en el conocimiento de los agentes locales de su capital territorial y en el aprovechamiento de los activos territoriales, así como fortalecer sus capacidades para no sólo diseñar mejores políticas públicas espaciales, sino, sobre todo en construir un capital relacional.
Globalización y competitividad de los territorios
Globalización y reconfiguración territorial
La globalización es un fenómeno económico y social, que ha sido objeto de reflexión teórica en las distintas áreas del conocimiento, cuyo estudio ha permitido entender que no sólo se trata de un fenómeno meramente económico, sino que también tiene efectos en el ámbito político, social, cultural y geográfico o territorial, siendo así, un fenómeno multidimensional.
Si bien es un término ampliamente usado en los ámbitos de la vida social y con distintos fines científicos como ideológicos, lo cierto es que no existe una sola definición de la globalización. En la literatura es posible encontrar diversas concepciones que enfatizan diferentes aspectos de esta, de acuerdo con la disciplina y el paradigma teórico que la estudia. Así, desde una perspectiva económica, la globalización se presenta como un proceso definido por la creciente internacionalización de la economía y el aumento de las relaciones capitalistas de mercado. En el ámbito de las relaciones internacionales este concepto hace referencia al incremento de la densidad de las relaciones interestatales y el desarrollo de políticas globales. Por otra parte, en las ciencias jurídicas y el derecho, la globalización constituye la intensificación y transformación de reglas y normas que rigen la emergente sociedad mundial (Mayor, 2000, pp. 114-117).
Desde la sociología, se ha suscitado un importante debate con la participación de teóricos como Beck, Giddens, Pitersen, Bauman, De Sousa Santos, Sassen, Wallerstein, entre otros autores; los cuales han pretendido responder la pregunta ¿qué es la globalización y cuáles sus características y consecuencias para todos los ámbitos de la vida social? No es la intención del presente capítulo abordar ese nutrido debate, baste con decir que en el enfoque sociológico se han identificado dos proposiciones sobre la globalización, aquella que la define como un proceso hacia la homogeneización y por lo tanto se concibe como un proceso de convergencia entre sociedades, de concentración capitalista y al mismo tiempo como una fase de expansión de su modelo de desarrollo, de homogeneización cultural, social y jurídica (Mayor, 2000, pp. 125-138).
La otra proposición define a la globalización como un proceso que propicia heterogeneidad, es decir, un proceso en el que convergen diferentes elementos de cuya relación emergen nuevos elementos, algunos viejos se conservan mientras otros nuevos surgen, mediante procesos de sincretismo, hibridación, interpenetración cultural, glocalización. Al nivel de las naciones este proceso permite el nacimiento de un nuevo espacio: el espacio transnacional en el cual nuevos actores crean nuevas formas de organización política y de relaciones sociales y culturales que se trastocan. Estos procesos han llevado a un aumento significativo de las relaciones sociales a nivel global permitiendo el nacimiento de la llamada sociedad mundial (Mayor, 2000, pp. 125-138).
Ahora bien, se ha dicho que la globalización es un proceso histórico, que hasta nuestros días lo vivimos, un proceso que ha configurado el desarrollo de los territorios, transformándolos de distintas maneras a lo largo de sus distintas fases, las cuales exponemos a continuación.
Fases del desarrollo de la globalización
En la literatura se hace referencia a tres fases de desarrollo de la globalización. La primera fase (de 1870 a 1913) se caracterizó por una gran movilidad de los capitales y de mano de obra, acompañados del auge comercial promovido por los bajos costos del transporte. La segunda fase comprende el periodo de 1945 a 1973, estuvo marcada por el desarrollo de instituciones internacionales de cooperación financiera y comercial, por el comercio de manufacturas entre los países desarrollados, así como por una limitada movilidad del capital y de la mano de obra. La tercera fase, ubicada en el último cuarto del siglo :XX, se caracteriza por la marcada generalización del libre comercio con una mayor presencia de empresas trasnacionales, así como por la expansión y la considerable movilidad de los capitales, por la tendencia a la homogeneización de los modelos de desarrollo y las restricciones impuestas al movimiento de mano de obra (Comisión Económica para América Latina y el Caribe [CEPAL], 2002, pp. 18-19).
De esta manera, para algunos teóricos de las ciencias sociales, la globalización no es un fenómeno nuevo, sino que se trata de tendencias y procesos que vienen ocurriendo en el mundo desde hace mucho tiempo atrás, que tiene sus raíces en el capitalismo. Lo que presenciamos ahora es solo, lo que se ha denominado la fase contemporánea (Serna, 2016, pp. 52).
Para Camagni (2002) lo nuevo que presenta la globalización es la aceleración de muchos procesos de integración que se refuerzan y se compenetran entre sí de múltiples maneras. Siguiendo con el autor, en esta fase contemporánea, lo nuevo de la globalización es, por un lado, que el comercio internacional ha crecido a un ritmo acelerado y ha pasado del intercambio de bienes finales entre los sistemas de producción nacional, al intercambio de bienes intermedios dentro de redes de producción organizadas a escala mundial. Por otro lado, las inversiones extranjeras directas también se han incrementado espectacularmente sobre todo en los países en vías de desarrollo, y ha crecido significativamente la movilidad y volatilidad del capital financiero (p. 65).
De tal manera que siguiendo con Camagni, la globalización es un proceso de creciente integración planetaria del mercado de bienes y servicios, del mercado de localización de la actividad económica y del mercado de los factores de producción como las tecnologías y de la información.
Otro aspecto nuevo de esta etapa de la globalización, que señala este teórico economista, es la relación dialéctica y confrontación entre la hipermovilidad de algunos factores de producción y el anclaje territorial de otros, que actúan como importantes factores de localización para procesos productivos más avanzados, como las innovaciones tecnológicas de la información y la comunicación (TIC). En efecto, afirma Camagni (2002), el desarrollo de las TIC´s, ha hecho más eficiente el stock de capital y ha permitido integrar nuevas funciones dentro y fuera de las firmas acordes con el nuevo paradigma organizativo basado en la idea de flexibilidad y descentralización integrada.
Es evidente que las innovaciones tecnológicas en el transporte, información y comunicaciones permitieron cambios en la producción, impulsaron el crecimiento económico e intensificaron el comercio internacional y el movimiento mundial de capital financiero,