La competitividad de la región centro del estado de Guanajuato y valoración de su capital territorial. Susana Suárez Paniagua. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Susana Suárez Paniagua
Издательство: Bookwire
Серия: Pùblica Social
Жанр произведения: Социология
Год издания: 0
isbn: 9786078781768
Скачать книгу
encaminado a establecer políticas de desarrollo favorables a las situaciones de los territorios; afirmar su especificidad y capacidad de respuesta a los problemas generados por el contexto global (Observatorio Europeo Leader, 2001, p. 15).

      Es un hecho que no todos los territorios tienen las mismas condiciones para competir, ello depende de su capacidad para adaptarse y superar las limitaciones y condiciones que impone la economía global, así como las limitaciones que imponen su propia historia y sus características estructurales, es decir, su estructura productiva, su mercado de trabajo, sus capacidades tecnológicas, organizacionales y comerciales.

      En este contexto de libre mercado y libre competencia, lograr que los territorios sean competitivos y mantener o incrementar esa competitividad, representa una prioridad para los gobiernos, pues la competitividad se ha convertido en un punto de referencia con base en el cual los agentes económicos globales toman sus decisiones para elegir los territorios en donde localizarán su actividad productiva, de gestión y demás actividades económicas.

      Aunado a lo anterior, la competitividad ha adquirido mayor relevancia por la influencia que ejerce en todos los aspectos de la vida social, más allá del ámbito económico. Así, ha sido usada como un referente analítico no solo del desempeño económico de una empresa, industria o nación, sino también de las regiones, de las ciudades e inclusive de los territorios.

      A pesar de su importancia, es un hecho que no existe un consenso conceptual sobre la competitividad. Bhawsar y Chattopadhyay (2015) señalan que al igual que la globalización, la competitividad ha sido ampliamente abordada desde distintas perspectivas: económica, administrativa, histórica, política y cultural, desde las cuales se ha generado una abundante literatura, que permite afirmar que la competitividad es un concepto con varias dimensiones, no solo la económica, sino con otras, lo que conduce a señalar que son muchos los factores los que la determinan.

      Por ello, es importante revisar las principales concepciones de la competitividad, sin pretender llegar a un consenso conceptual, sino que nos permitan señalar cuáles son las dimensiones que la conforman según la concepción, saber quién compite y por qué compite, conocer los factores que promueven o determinan la competitividad, para saber cómo se puede ser competitivo, y comprender cuáles son las estrategias que han seguido o pueden seguir para lograr un desarrollo equilibrado y sostenible.

      Como se verá en los apartados siguientes, según la perspectiva de análisis y el enfoque teórico, se puede decir que la competencia ocurre entre las empresas, las industrias o las naciones. En una concepción más amplia se establece que en las ciudades, las regiones e incluso de manera más general, en los territorios tiene lugar la competencia.

      Niveles de la competitividad

      De manera general, el análisis de la competitividad se hace en tres niveles: el micro, el meso y el macro. Desde la dimensión micro se analiza la competitividad entre las empresas que hay en una nación o región; la dimensión meso se refiere a la industria y la región, mientras que la dimensión macro analiza la competitividad entre las naciones (Cellini y Soci, 2002) (Ver figura 1.2).

      Nivel microeconómico

      La competitividad microeconómica, es definida como la capacidad de una empresa para competir con éxito en el mercado doméstico o en el de exportación, incrementando sus bienes físicos, a la par que logra crecer (Sobrino, 2001). A nivel de la empresa, la competitividad se deriva de su ventaja competitiva en los métodos de producción y organización (precio y calidad del producto final) frente a sus competidores específicos, basa su adaptabilidad y capacidad para obtener ganancias a largo plazo, en la combinación de precio y calidad del bien o servicio ofrecido. Esta combinación le da capacidad a la empresa para cumplir de manera sostenible el doble propósito de cumplir con los requisitos del cliente con fines de lucro (Romo y Abdel, 2005).

      Cuando se logra establecer una dinámica saludable en la competitividad de las empresas, y éstas consiguen organizarse para establecer asociaciones, cooperación, eslabonamientos productivos, aprender y especializarse, se genera un ambiente propicio que favorece la competitividad de la industria y de la región, lo que a su vez incide en la competitividad de las naciones (Romo y Abdel, 2005).

      Nivel meso: competitividad de la industria

      La industria suele definirse como el conjunto de empresas que se dedica a actividades económicas similares. De tal manera que la competitividad de la industria resulta en gran medida de la competitividad de las empresas; es decir de su capacidad para ser constantemente rentables en el mercado abierto. De acuerdo con Romo y Abdel (2005) las empresas que forman parte de una industria competitiva se benefician de diferentes maneras, al generarse un círculo virtuoso entre el desempeño de la empresa y el de la industria (p. 204).

      Según estos autores, una industria competitiva fomenta el desarrollo de infraestructura especializada como centros de investigación e instituciones educativas que permiten el desarrollo de habilidades técnicas y conocimientos para la industria. Esto favorece la formación de eslabonamientos verticales, es decir, la formación de relaciones interempresariales (una empresa adquiere bienes y servicios como insumos de producción de otras compañías en la cadena de producción), otorgándole a la industria mayor capacidad de respuesta y flexibilidad ante los requerimientos del mercado. Beneficiando así el desempeño de la empresa a su vez que el fortalecimiento del desarrollo industrial del país (Romo y Abdel, 2005).

      Otros autores dan una definición más amplia de la competitividad de la industria, afirmando que es el grado en que una industria satisface las necesidades de los clientes, con la combinación peculiar de productos / servicios, precio, calidad e innovación, y las necesidades de varias partes interesadas, como proporcionar un lugar de trabajo seguro a los trabajadores (Bhawsar y Chattopadhyay, 2015, p. 667).

      Nivel macro: la competitividad entre naciones

      De manera general la competitividad de una nación se ha definido como la habilidad, la capacidad de una nación de brindar un ambiente adecuado para que sus empresas y sus industrias prosperen. El Foro Económico Mundial (2013) define la competitividad como el conjunto de instituciones, políticas y factores que determinan el nivel de productividad de un país (Bhawsar y Chattopadhyay, 2015, p. 667). Porter (1990), señala que la productividad de un país, y por tanto su competitividad, depende de la capacidad de su industria para innovar y mejorar continuamente. En este sentido, como se ha señalado, la competitividad es una medida del desempeño económico del país en la exportación. De esta manera un país será competitivo en la medida que logre expandir su participación en el mercado internacional y al mismo tiempo elevar el nivel de vida de su población. Pues como señala Porter, el principal objetivo de la nación es generar altos y crecientes estándares de vida para sus habitantes.

      Sin embargo, existen algunas opiniones que discrepan en torno a la competitividad de las naciones, para algunos autores el enfoque de competitividad desde la perspectiva de las cuotas de mercado tiene sentido para las empresas, pero no a nivel de las economías nacionales. Chitea (2015) señala que “una economía nacional no sale del mercado como una empresa individual no competitiva” (p. 133).

      Al respecto, es muy conocido el argumento de Paul Krugman (1994) respecto de la competitividad nacional. El autor afirma que el concepto de competitividad carece de validez en un contexto nacional por tres razones:

      1) No se puede establecer una analogía entre la empresa y la nación. Dado que, si una empresa que no tiene éxito llega, finalmente, a la bancarrota y detiene su actividad, esto no pasa en el caso de una nación.

      2) Las empresas compiten por las cuotas del mercado y el éxito de una puede ser en detrimento de otra empresa, en las naciones el éxito de una crea, más que destruye, oportunidades para otras naciones.

      3) La competitividad no es más que otra manera de decir productividad; el incremento en la calidad de vida de los ciudadanos está relacionado principalmente con el incremento en las tasas de productividad.

      Desde esta perspectiva eminentemente económica, se considera que el elemento central de la competitividad es la productividad.