FUIMOS CREADOS PARA TENER VIDAS MOLDEADAS POR UNA BÚSQUEDA CONSTANTE DE LA GLORIA DE UNA COMUNIDAD HUMILDE Y DEPENDIENTE.
La gloria de la verdad. Inmediatamente después de crear a Adán y a Eva, Dios hizo algo que Él no había hecho con nada de todo lo demás que creó. Él les habló. Este momento mundano ¡era un momento de trascendencia! El Señor, Rey y Creador del universo estaba susurrando los secretos de su sabiduría divina en los oídos de las personas que había hecho. Con esta acción, Dios estaba llamando a Adán y a Eva a trascender los límites de sus pensamientos, sus interpretaciones y sus experiencias. Ellos debían de formar su vida por la perspectiva de origen a destino que solamente el Creador podía tener. Dios había hecho a Adán y a Eva con las habilidades comunicativas que iban a necesitar para recibir esta revelación, porque las verdades gloriosas que Dios les mostraría progresivamente tenían el propósito de moldear todo lo que ellos pensaban, deseaba, decidían y hacían. La vida de cada uno fue apartada del resto porque Dios les había mostrado su verdad gloriosa a ellos, y solamente a ellos. Por sí mismos, ellos nunca podrían haber descubierto las cosas que Él les dijo. Estos tesoros de sabiduría serían conocidos solamente por Adán y Eva porque Dios decidió revelárselos. Las palabras de Dios contenían el conocimiento de Él, el significado y propósito de la vida, una estructura moral para vivir, la identidad de la naturaleza humana, una descripción de puesto humana y fundamental, un llamado a la comunidad humana y un llamado a la adoración divina. Adán y Eva no fueron hechos para subsistir de las conclusiones sacadas de su propia experiencia o de los conceptos resultantes de las interpretaciones autónomas. Cada pensamiento debía ser formado por la verdad gloriosa que Él paciente y progresivamente les impartía. El acto de comunicación aparentemente mundano en el huerto era, de hecho, un llamado a la trascendencia. Era un llamado a una manera de vivir de “por encima y más”. Era un llamado a Adán y a Eva para nunca reducir el tamaño de su pensamiento al tamaño de sus pensamientos.
¡ESPERA UN MOMENTO! ¿Y EL MARTES?
Quizá has estado leyendo y pensando: “bien, Paul, lo que has estado diciendo es muy interesante, pero yo vivo en la vida real. Por ejemplo, el martes tengo que ir a la escuela con mi hijo adolescente para hablar de sus calificaciones que están bajando rápidamente. En la tarde, tengo que encontrarme con una amiga para tratar un malentendido entre nosotras, y en la noche, tengo que hablar con mi esposo sobre nuestras finanzas. Estoy enfrentando un montón de problemas de la vida real que realmente no quiero enfrentar, y ¡yo no creo que tenga tiempo para la trascendencia!”.
Sin embargo, quédate un momento más. Este es el objetivo de este libro. En un mundo caído existe una presión poderosa para restringir tu vida al tamaño y forma de tu vida. Existe una tendencia persuasiva para olvidar quién eres y para qué fuiste hecha. Hay una tendencia a ser miope, a tener una visión corta y a distraerse con facilidad. Hay una tendencia para conformarte con menos cuando has sido creada para más. Existe algo expansivo, glorioso y eterno que tiene el propósito de darte dirección en todo lo que haces. Y cuando lo pierdes de vista, has negado efectivamente tu propia humanidad.
Mira, todas esas cosas que vas a hacer el martes son necesarias e importantes. Este libro no es un llamado a olvidarlas ni a hacer algo más. No, se trata de toda una nueva forma de abordar estas cosas. Se trata de una manera de vivir donde Dios me ha colocado, que abraza las glorias trascendentes para las cuales fui creado. Se trata de vivir por un reino más grande que el reino de mi vida, mi familia y mi trabajo. ¿Y dónde vivo para este reino más grande? ¡En mi vida, en mi familia y en mi trabajo! Este libro no se escribió como un llamado para que tú dejes de hacer lo que has estado haciendo o para que empieces a hacer un montón de cosas nuevas. Más bien, es un llamado para hacer lo que Dios te ha llamado a hacer con una visión que es tan amplia y profunda como la gloria de Dios.
EN UN MUNDO CAÍDO EXISTE UNA PRESIÓN PODEROSA PARA RESTRINGIR TU VIDA AL TAMAÑO Y FORMA DE TU VIDA.
Este libro es un llamado a planificar en grande y vivir en grande. Es un estímulo a dejar que la gloria de Dios, la gloria de la comunidad, la gloria de la mayordomía y la gloria de la verdad alteren la manera en que tú tratas con todo lo que tienes que hacer. Es una motivación para recordar y afirmar que tu humanidad solo existe en realidad cuando está conectada a la gloria trascendente que únicamente puede hallarse en Dios.
¿No estás seguro de todo lo que esto significa? ¿Estás inseguro de cómo sería en la práctica? ¿Quieres llevar una vida que realmente cuente para algo y que marque una diferencia? Toma un tiempo para seguir leyendo.
LA PREGUNTA FINAL: ¿QUÉ ES ESO GRANDE POR LO QUE ESTÁS VIVIENDO EN ESTE MOMENTO?
2
¿MÁS O MENOS?
Pre-ten-der: una apariencia o acción falsa con la intención de engañar
EN RESUMEN: EL PECADO NOS HACE HABLAR MÁS, PERO CONFORMARNOS CON MENOS.
Era uno de esos momentos, de alguna manera pequeños y sin importancia, pero al verlo desde otra perspectiva, era una señal de algo muy relevante. Íbamos de camino hacia un lugar. Debido a mis problemas de la vista, muchas veces Luella maneja en la noche. A medida que se dirigía hacia nuestra localidad, dije: “¿no quieres cruzar allí?”; justo cuando pasamos la calle donde yo habría cruzado.
Ella respondió: “ese camino tomará mucho tiempo”.
Yo le recordé: “la distancia más corta entre dos puntos es la línea recta”.
“¡Exactamente por eso, no crucé!”.
“Pero nos estás llevando fuera de la ruta”, insistí.
“¿Por qué no te calmas y me dejas conducir?”.
“¡Porque no confío en tu sentido de dirección!”.
Luella hizo una oferta: “Hagamos un trato. Cuando estés conduciendo, tú decides la ruta; y cuando yo esté conduciendo, yo decidiré la ruta”.
“¿Y qué hacemos si vas por el camino equivocado?”.
“No se trata de si es correcto o incorrecto; es sencillamente un asunto de preferencia”.
Y yo pensé (sin decirlo), ¡pero mi preferencia es la correcta! En cambio, dije: “Desearía que estuviéramos en un helicóptero para que pudiera mostrarte toda la ruta. Entonces, tú entenderías lo que estoy tratando de decirte”.
TODOS SOMOS CAPACES DE LUCHAR POR LO QUE TIENE POCO VALOR MIENTRAS OLVIDAMOS LAS COSAS DE VALOR TRASCENDENTE.
Luella respondió, “No creo que un helicóptero sea lo que necesites en este momento”.
Fue un momento de poca fricción, no explotamos en una ira total; sin embargo, era un momento que vale la pena analizar. Lo que